Maratón 3/3
SeokJinEran las ocho y media cuando los niños ya estaban preparados para dormirse, acurrucados en el amplio sofá aunque el espacio sobrase, JiMin abrazando contra su pecho a su Ryan de peluche y JungKook a su conejo.
SeokJin, una vez habiendo cerrado las mamparas que separaban la escalera de la sala, se acostó también, dejando solamente encendida la luz tenue de una lámpara sobre la mesa ratona.
JungKook se pegó a su costado, y JiMin al del bebé.
El rubio jugó con el pelo del más pequeño, apoyando su mejilla contra su brazo.
—Ya duérmanse, mis pequeños.— arrulló en voz baja, mirando sus costados subir y bajar por debajo de la manta.
Aún si él estaba resquebrajándose, los protegería con todo lo que tenía.
JungKook comenzó a dormirse ya, como era de esperarse. Pero JiMin era un caso especial.
El azabache se quedó mirando directamente a SeokJin cuando sus ojos se encontraron.
Por la luz de la lámpara, su mirada se veía aún más profunda, inquisitiva, y... con miedo.
—Mochi...— murmuró, estirando el brazo para quitarle el flequillo de los párpados.
—Tengo mucho miedo, appa.— soltó el niño, apretando con más fuerza su peluche.—Ya no me gusta esta casita...
—Nos iremos de aquí, bebé. Papi vendrá y juntos iremos con la abuela. ¿Te acuerdas de ella?
JiMin asintió, pero no se veía emocionado. Más bien, se veía triste.
—A TaeTae tampoco le gusta su casita, porque dice que su mami le grita y casi nunca está.— relató inocente, sin saber lo que realmente implicaba.—Yo le dije que papi y tú nunca hacían eso, y le prometí que nos iríamos juntos.— sus ojitos se ensancharon.—¿Podemos llevar a TaeTae también, appa?
SeokJin no supo que decirle, el nudo en su estómago apretandose incontrolablemente.
—...Claro, cielo.
—Gracias...— el azabache bostezó, cerrando sus ojos.—Te quiero, Appa.
—Yo también te quiero, Mochi. Como no sabes.
JiMin sonrió perezoso.
—Quiero decirle a papi que lo quiero también, appa.
SeokJin se apresuró a besarle la frente antes de que sus ojos se aguaran por enésima vez en el día.
—Él ya lo sabe, mi amor; pero podrás decírselo cuando venga.— le tocó el pelo una última vez, antes de que el pequeño cerrara sus ojos definitivamente y ya no los abriera.
SeokJin miró el techo, pidiendo fuerza de algún dios internamente.
Poco sabía... que esas serían las últimas palabras.
SeokJin despertó con el rostro pegado a la alfombra de la sala, sintiendo sangre caer de sus labios por un corte y la cabeza palpitandole como nunca.
No entendía. ¿Por qué estaba allí?
Se levantó del suelo apoyándose en sus manos y parándose tembloroso.
Era de noche aún.
Jungkook estaba dormido en el sofá, pero JiMin no estaba.
Entonces todo le volvió a la mente.
JiMin.
Sus gritos. Appa, sálvame.
—No, no...— susurró roto, aún desorientado. Corrió hacia las mamparas a medio abrir, con el corazón latiendole a mil.—¡JiMin!
El pasillo se volvió de repente demasiado largo para llegar hasta la habitación.
—¡Mochi!— continuó llamando, tropezando con sus propios pies y sujetándose del marco de la puerta.
Su habitación estaba vacía, por lo que giró en la habitación que debería estar tapada.
Estaba abierta.
—¡No, no!— entró, descubriendola totalmente vacía también. Solo había un charco de sangre en el medio, y el peluche Ryan en él.
Appa, sálvame.
Ya voy, mochi.
Nonono.
Estaba cerca, casi lo alcanzaba.
Ryun y su collar. ¿Recuerdas esto, SeokJin?
Negro, sueño.
Cayó de rodillas frente al charco, agarrando el peluche aún si estuviera hecho un desastre.
—Mi b-bebé... No...— su cuerpo empezó a temblar con sollozos, espasmos. En su mente se repetía lo mismo. —¡No, NO!
Se lo habían llevado. Finalmente, lo habían hecho.
Habían logrado romperlo.
No me maten...
¡Hasta aquí el maratón! Espero que les haya gustado ;)
Nos leemos pronto <3
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Hiseolyl 「 NamJin 」
Фанфик❝Hogar, dulce hogar...❞ SeokJin era un actor exitoso, y NamJoon era un músico de renombre; pero al contraer matrimonio, decidieron que lo mejor era reinstalarse lejos de las cámaras para tener una vida tranquila. El destino: un pueblo rural llamado...