❝Hogar, dulce hogar...❞
SeokJin era un actor exitoso, y NamJoon era un músico de renombre; pero al contraer matrimonio, decidieron que lo mejor era reinstalarse lejos de las cámaras para tener una vida tranquila. El destino: un pueblo rural llamado...
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SeokJin
Una hora después, había encontrado poco y nada de Hiseolyl en internet.
Todo se limitaba a decir que era una ciudad pequeña, un pueblo, seguido de una vaga descripción de dónde se hallaba.
Ni siquiera el Google Maps podía dar con él exactamente. Las direcciones llevaban a un lugar inhóspito entre lo que sabía, eran bosques.
Se talló los ojos con ambas manos, cansado por el brillo de la pantalla y por lo inútil de su búsqueda.
¿En qué clase de lugar se habían metido?
Sabía que le había dicho a NamJoon que quería un lugar rural, pero ahora se cuestionaba esa decisión. Cada vez todo le resultaba desagradable. Todo y todos.
Bostezó abiertamente y siguió buscando.
Clickeó en la siguiente página del buscador y no se sorprendió al ver que no había nada interesante.
Entonces un título le llamó la atención. Estaba en inglés, entre todas las páginas en Hangul.
Por supuesto, él no entendía inglés, pero de todas formas podía preguntárselo a NamJoon cuando se despertara.
Entró en la página sin más.
La pantalla cargó un momento, y luego se desplegó en un profundo color azul con letras blancas.
Todo seguía estando en inglés, pero se detuvo a contemplar la imagen que decoraba el texto.
Pero no pudo hacerlo por mucho, porque en cuanto la vio, recordó algo.
El fuego casi le quemaba la piel, y a pesar de que supiera que estaba lejos, podía sentirlo.
Sin embargo, no se comparaba con los pitidos en su cabeza y sus párpados pesados.
El miedo lo mantenía quieto en ese lugar, y lo odiaba.
Pero claro, tampoco se movería viendo lo que estaba pasando a su alrededor. Ni siquiera se atrevía a llorar todas las lágrimas de dolor e impotencia que amenazaban con caer de sus ojos.
—Kim SeokJin.— Una voz profunda habló, y el símbolo de un colgante quedó marcado en su cerebro como un tatuaje.
Jin se apretó las sienes con fuerza, maldiciendo a la migraña repentina.
¿Que había sido eso?
Intentó mirar el símbolo de nuevo, pero la cabeza le palpitó aún más, así que decidió salir de la página luego de haberla marcado en Favoritos.
Suspiró, masajeándose continuamente las sienes.
Antes, no recordaba eso. Ahora se sentía como si hubiera desenterrado un recuerdo que no hubiera querido tener.
