II

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-Connor, mi amor, ya hemos llegado. -Dije zarandeándolo. -Despierta bebé. -Mi pequeño abrió los ojos perezosamente. Me miró y sonrió, alzando los brazos para que lo cogiera.

Así hice. Lo agarré en brazos y salí del avión, recogiendo mi bolso y la mochila de Connor. Bajé y me seguí a la gente, para así dar con las maletas. Una vez encontradas, las recogí y bajé a Connor al suelo para que me ayudara. Agarró una y me dio la mano, todavía adormilado.

-¿Y tito Pedo? -Preguntó mirando por todos lados.

-No lo sé cariño, dijo que vendría a buscarnos. ¿Vamos a desayunar algo y le llamamos? -Asintió.

Nos dirigimos a la cafetería, y una vez pedir y sentarnos, llamé a mi hermano. Connor mientras comía un bollo de chocolate y veía la televisión.

-Tito Pedos, ¿dónde estás? -Pregunté mientras bebía mi colacao.

-Estoy llegando, que me he quedado dormido. -Sonó una bocina. -¡Pero que está en verde, hijo de puta! ___ te dejo que al final me lío a palos. -Colgó, dejándome boquiabierta.

Sonreí y seguí con mi desayuno.

La puerta se abrió y me di el lujo de mirar descaradamente, gran error. Un chico de ojos azules, pálido, alto y de pelo castaño oscuro, me miró al igual que yo: tímido. Se dio el lujo de escanearme como yo hace segundos antes había hecho, y, se mordió el labio. Sonreí tímida y volví mi mirada a Connor, quien fulminaba con la mirada al chico.

-No me gusta para ti, es muy alto. -Se quejó, cruzándose de brazos.

-¿Ah? -Reí. -¿Y qué tiene que ver la altura cariño?

-¡Que te dará capones con la barbilla mamá! -Gritó en un susurro, desesperado. -Además, me quitarías atención y no quiero eso. -Bufó.

-Cariño, nunca te quitaría atención. -Besé su frente. -No hay cosa que más quiera en este mundo que tú, ¿de acuerdo? -Asintió.

El chico -sexy- se acercó a nuestra mesa, bajo la mirada de un grupo de chicos. Reí mirando a Connor, que este agarraba mi mano, enfadado.

-Hol...Hola. -Dijo tímido. Por su acento, era inglés.

-Hola. -Sonreí. Aparentemente tendría unos 26 años. Estaba bien bueno, ¿para qué engañarse?

-Soy Christian, Christian Wenry. -Sonrió relajado.

-Soy ____ _____. -Sonreí dándole dos besos.

-Es mi mamá, no la tuya, ¿capicci? -Interrumpió Connor, señalándolo con el dedo índice.

-De acuerdo. -Rió Christian. -Bueno.. Vine porque esos chicos de allí que nos miran me estaban diciendo que me acercara y consiguiera tu teléfono. Sí, es precipitado, pero si no se tirarán todo el día restregándomelo y yo llamándome imbécil por no tenerlo. -Sonrió. -¿Me lo das?

Reí y le apunté mi teléfono. Me despedí de él y agarré las maletas y la mano de Connor, para así salir de la cafetería bajo las atentas miradas de los amigos de Chris. Salimos del aeropuerto y miré el teléfono. Miguel Ángel había llegado. Me puse a buscarlo con la mirada, hasta que le vi acercarse como un rinoceronte.

Se había colocado la mano en la cabeza e iba empujando a todos con ella. Venía dando trotes y gritando como un loco. Cuando me vió, corrió y me abrazó, envolviéndome en un abrazo. En un tierno y cálido abrazo. Se separó de mí y alzó en brazos a Connor, el cual abrazaba el cuello de su tío. 

–¿La vigilaste? –Susurró mi hermano en el oído de mi hijo.

–Sí. Hoy un chico se acercó y le dio su número. ¡Mamá le dio su número a un chico desconocido! –Bufó mientras se golpeaba la frente.

–Ya, dejen de quejarse. ¡Tengo 22 años y no tengo novio! –Me quejé, cruzándome de brazos y haciendo un puchero.

–Y yo tengo 18 y tampoco tengo. Mírame, como una rosa. –Sonrió, subiendo a Connor en sus hombros y agarrando unas maletas, mientras que yo agarraba el resto.

–Tú tienes a una chiquilla, yo ni eso. –Hice un puchero. –¡Llevo dos años sin hacerlo, Miguel! –Susurré en su oído.

–Agh, no e smi problema que no f.. –Lo tapé la boca con un guantazo.

–¡Calla! –Grité.

–¿Qué iba a decir mamá?

–Nada hijo.

–Foll... –Le volví a callar.

–Tito pedo, ¡dilo de una maldita vez! –Gritó enfadado.

–¡Follar! –Gritó.

–¡Miguel Ángel! –Le regañé.

–Mamá, ¿qué es follar?

–Nada, cariño, nada. –Fulminé con la mirada a mi hermano.

–Quiero follar. –Dijo Connor.

–¡Connor, no digas eso! –Le regañé. –Es una palabrota.

–Entonces la diré, así no me dicen niño bueno en clase. ¡Follar, follar! –Gritó.

La gente se quedaba mirándonos mal. No era nada normal el ver a un chico y una chica, permitiendo que un niño pequeño de cinco años dijera la palabra ''follar''. 

–¡Connor! ¡He dicho que eso no se dice! –Le regañé.

–Puedes decir gilipollas. Eso es peor. –Dijo mi hermano, encogiéndose de hombros, metiendo las maletas en el maletero.

–Gilipollas. –Dijimos Connor y yo a la vez, frunciendo el ceño.

Owé, ya sé que tardé en subir. Pero teng que estudiar y esas cosas... :/ Bueno, les dejo este capítulo. El de multimedia es Christian Wenry (Nash Grier, es mío eh, eh) Y... Por si no lo saben, el nombre de Connor lo saqué de Connor Ball, el bajista de The Vamps. (También mío tss) Un besazo. Votad y comentad ♥

Jodido idiota. | Abraham Mateo |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora