Capítulo 25

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Al día siguiente cuando fue hasta su habitación, se encontró con Rachel en el pasillo de la residencia y ella le tendió las llaves de la puerta. Al entrar todo estaba en silencio, pero de repente escuchó los gemidos de Peyton. Gemidos de placer. Oh, por Dios. Estaba seguro de que estaba pensando en él. Movió su cabeza mientras sonreía. Que ganas de meterse al baño y ver como se autocomplacía, tal cual como lo había hecho él la noche anterior.

Caminó hasta la puerta del baño y se afirmó de la manilla apretándola con todas sus fuerzas. Cerró sus ojos cuando la escuchó gemir con la respiración entrecortada. Su miembro reaccionó rápidamente. Santa mierda, cómo quería enterrarse en ella una vez más. Salió de su fantasía cuando escuchó, lo que supuso él, la cortina de la ducha.

Se alejó para dispersar su lascivo pensamiento y justo en ese momento, Peyton salió del baño solo envuelta en una diminuta toalla, ¡carajo! Antes de saludarla se deleitó un instante. Estaba perfecta con su piel húmeda. La recordó bañada en sudor envuelta entre sus brazos. Decidió saludarla y sonrió cuando ella se exaltó. Estúpidamente no recordó la marca que le hizo y como un novio celoso le reclamó, teniendo un pequeño altercado con ella.

Salió furioso de la habitación, cegado por los celos y por eso decidió invitar a Natasha al cine, para que Peyton viera que a él no le importaba en lo más mínimo lo que hiciera y de paso, para darle celos. No funcionó. Peyton salió furiosa del local de comida rápida y en ese momento se sintió un completo imbécil. Él la había marcado. Se abofeteo mentalmente y los dejó a todos tirados, incluida Natasha, y se fue en busca de la chica. Cuando se produjo ese pequeño juego afuera de la habitación de Peyton, pensó que era su oportunidad de probar sus labios sin hacerse pasar por otro hombre, sin embargo, Peyton no quiso y él se quedó con las ganas.

¡Mierda!

Así pasaron los días y decidió hablar con Mike para que le dijese el día en que Peyton iría a ese lugar. En un principio Mike no comprendió como el pelinegro supo que él había estado en ese lugar. Pero después de una conversación con Darrell, Mike se dio cuenta de lo que él había hecho y por eso no quería decirle nada. Sin embargo, Darrell le aseguró que le diría quién era. Mintió, esas no eran sus intenciones. Cuando se encontró con ella en el pasillo, se puso nervioso al verla. En un par de horas estaría haciéndole el amor nuevamente. Como saboreó ese pensamiento. Sin embargo, actuó con total normalidad, fingiendo que iría a ver a Natasha. Lo cierto era que iba a la habitación de Mike.

Esa noche, se iría con él...

Decidieron irse antes al gran salón y cuando llegó, rápidamente se acercó a un camarero para pedirle que preparara la habitación de una manera especial. Le describió todo lo que quería para esa noche y el hombre asintió con una sonrisa. Caminó por el lugar con las manos metidas en los bolsillos y en ese momento se dio cuenta de que el lugar era alucinante. Un mozo se le acercó con varios tragos en la bandeja, pero Darrell sacó un Martini. Cuando caminaba hacia la barra, Peyton estaba ahí.

La vio preciosa sentada con sus piernas al descubierto, tentando a cualquiera que la viese. Y entonces quiso jugar con ella, tal cual lo había hecho Peyton hacía unas horas atrás. La sedujo comiendo aquella aceituna, la provocó haciéndola bailar, la volvió completamente loca cuando la tocó y la llevó a las puertas del cielo en frente de todo el mundo. No le importó.

Para él, nadie existía...

Solo ella...

Quiso poner ese tema provocador, tenía una parte que le recordaba tanto a ella. "Mía, sueño inmaculado hecho respiración y piel. He estado esperándote". Pero no sabía que aquella canción decía mucho más, como previniendo su futuro. "No puedo creer que me estás rompiendo el corazón. Tomará un poco de tiempo. Puede llevarse algunos delitos para terminar deshecho está vez. Trataremos de no ver. Hey niña permanece más salvaje que el viento y golpéame hasta llorar". Si tan solo hubiese escuchado con más atención aquella canción. Después del desastre que pasaría, pensaría que era un dèjá vu.

Amante de medianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora