Capítulo 27

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Darrell y Brad salieron de la residencia con destino a una reconocida discoteca. Estaban esperando un taxi, cuando Darrell miró hacia atrás pensando en que vería a su guapa molestia. No fue así. Se subieron al auto y Brad le indicó la dirección al conductor. El camino transcurrió en completo silencio. Darrell divagaba perdido en sus pensamientos, no se podía sacar de la cabeza las palabras de Peyton: "No te perdonaré el haberme mentido". Apretó los puños sobre sus piernas y solo se dedicó a mirar por la ventana.

Al llegar, el lugar estaba atestado de gente. Bueno en un sitio así era normal, y no tenían motivo de quejas porque a final de cuentas sabían lo que les esperaba, además Darrell quería ir allí. Entraron y el olor a alcohol, sudor, humo, era impresionante. Fueron directo al segundo piso, y Darrell se afirmó de la barandilla para mirar la marea de gente que bailaba. Vio que Rachel estaba en el lugar con Mike. ‹‹Lo más seguro es que Peyton esté sola en la residencia››, pensó.

Idiota, iré por algo de beber. ¿Qué vas a querer?

—Una cerveza —contestó sin dejar de observar a Rachel.

—En enseguida vengo.

Darrell se quedó mirando a Brad y luego volvió a fijar la vista en las personas que estaban en la pista. Rachel saltaba como una loca, colgada del cuello de Mike. Darrell sonrió.

—Pobre Mike —se dijo —, aguantar a una chica loca como ella.

Movió la cabeza. Ojalá y él pudiese disfrutar tanto como esos dos, pero Peyton no quería verlo ni en pintura. Era tan necia por Dios. Brad llegó con dos cervezas y le entregó a Darrell la suya

—¿Oye idiota?

—¿Mmm? —musitó mientras bebía un sorbo.

—¿Qué harás? —Darrell entornó los ojos ante la repentina pregunta.

—Si te refieres a Peyton, no lo sé —bajó la mirada —. Mañana trataré de hablar otra vez con ella. Se tiene que dar cuenta que yo no le miento cuando le digo que estoy enamorado de ella —hizo una mueca.

—¿Por qué mejor no bajamos?, ¿a ver si encontramos a algunas mujeres para bailar? —sonrió cambiando de tema.

—¿Tú?, ¿bailando con otras mujeres? —preguntó con sorna.

Brad se encogió de hombros —Hace tiempo que no salgo solo y...

—Ya entendí —lo miró jocoso.

—¡No idiota! No engañaré a mi Casey —regañó con cara de espanto.

—Yo no he dicho eso —soltó una carcajada —. Vamos antes de que arrepientas.

Se dirigieron a la pista y Darrell se metió entre la multitud junto a Brad. Había dos chicas bailando muy prendidas, y Brad le mandó un codazo en las costillas a Darrell. Este sabía a lo que se refería. La idea era que Darrell les pidiese bailar con ellos. Jodido rubio, era un cobarde. Sin perder más tiempo se acercó a ellas

—Buenas noches, señoritas —se paró derecho mientras saludaba.

Estaba comenzando a usar sus técnicas de seducción, las mismas que estaban un poco añejas por pasar tanto tiempo con Peyton. Una de ellas se giró y lo miró sonriendo.

—Hola —la chica se mordió el labio.

Darrell sonrió, conocía tan bien a las mujeres...

—Mi amigo y yo, nos preguntábamos si querían bailar con nosotros.

Se hizo a un lado y mostró al Brad, que graciosamente se había escondido detrás de él al igual que un niño chiquito. La chica que estaba al lado de la otra, miró a Brad y le guiñó el ojo. Sin embargo, él le dio una fingida sonrisa. Se había arrepentido. ‹‹Puto cobarde››, pensó Darrell poniendo los ojos en blanco.

Amante de medianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora