Darrell Bennett, veintiún años y estudiante de obstetricia. El prospecto de chico rudo, engreído y sexy de toda la universidad. Se podría decir que, era el típico cliché de las novelas juveniles. No obstante, no todo es lo que parece. Las chicas babeaban cada vez que él caminaba por los pasillos. Muchas más, peleaban el puesto para ser la mujer de aquel hombre. Peyton lo conoció por amigos en común. Sí, cuando lo vio por primera vez de inmediato le gustó como a muchas chicas, sin embargo, rápidamente se dio cuenta de que era un caso perdido ir tras él. Darrell era un chico reservado y la mayoría de las veces demostraba su carácter frío, pero cuando se dio cuenta de que Peyton no lo miraba con la lascivia de sus compañeras, en cuanto tuvo la oportunidad, se acercó hasta ella al enterarse que estudiaría en la misma universidad.
Era agradable estar en su compañía, sentía que podía ser él mismo y no aparentar algo que no era. Todos lo idealizaban como el tipo perfecto, quizás por sus buenas calificaciones, tal vez por su arrastre con las mujeres, sin embargo, no era así. También tenía sus caídas y sus fallas, pero Peyton no lo cuestionaba en lo absoluto, todo lo contrario, siempre le dio su apoyo incondicional y por eso se hicieron grandes amigos, casi inseparables.
Peyton caminó de vuelta a la siguiente clase. Neonatología, esa era una de las ramas a las que más empeño le ponía. Cuando vio como entubaban a su hermanito, deseaba aprenderlo bien para poder hacerlo sin ningún inconveniente. Aún recordaba como el doctor se había puesto cuando no lo había podido hacer con uno de sus pacientes que estaba en estado crítico. Fue la experiencia más aterradora que jamás pensó vivir. Ver su rostro cargado de angustia al salir de la sala de emergencias, gritando que no podía ponerle el respirador artificial a su paciente, mientras que aquella persona escupía sangre por la boca al tiempo que convulsionaba, casi la dejó traumada.
Caminó por el largo pasillo que la llevaría a esa clase y se encontró con Rachel ya que, en esa oportunidad, compartirían salón. Conversaron algunas cosas superfluas mientras esperaban la llegada del profesor. Miró por sobre su hombro y otra vez vio a un par de chicas mirarla y reírse llenas de burla. ‹‹Estúpidas››, pensó. Levantó los hombros y le restó importancia, eso era lo único que debía hacer, sino, seguirían hablando. Bueno y si fuera así no le molestaba porque como le había dicho Darrell, ella sabía del material que estaba hecha. Se rio, ese chico sí que decía cosas acertadas... a veces.
Sin embargo, había muchas otras en las que se descolocaba cuando Darrell le susurraba frases como: "¿Cuándo tendrás una cita conmigo?". "Tú no sabes cómo te haría vibrar en la cama", o, "Deberías dejarte llevar por lo que sientes cuando te toco el cabello". De solo pensarlo su rostro se puso rojo carmín. Sonrió por lo bajo, Darrell podía ser un coqueto cuando quería, quizás por eso tenía a tantas mujeres a sus pies.
Peyton estaba absorta recordando a su querido y lascivo amigo, cuando de pronto llegó el profesor interrumpiendo sus pensamientos. Las horas fueron extenuantes. Hemorragias y convulsiones fueron el tema principal de aquella clase. No obstante, hipoxia feto-neonatal la dejó marcando ocupado. ¿Cómo podía ser que el feto pudiese sufrir falta de oxígeno?, ¿no se supone que la madre se lo provee a través del cordón umbilical? Era un tema demasiado interesante para ella.
Cuando la clase se dio por finalizada, caminó junto a Rachel hasta el casino. Deseaba comer un gran sándwich de queso y aguacate, de tan solo pensarlo se le hizo agua la maldita boca. Mientras estaba en la fila para ser atendida, a lo lejos vio como una mano se alzaba en el aire llamando su atención. En ese instante vio a Brad, otro de sus amigos, sentado junto a su novia Casey. También los acompañaba Darrell y su pelirroja novia, Natasha.
Recibió su apetitoso sándwich y el jugo de naranja que la señora de la cafetería le había entregado en una bandeja. Comenzó a caminar hasta ellos, pero se percató de que Rachel se quedó parada buscando a alguien. Peyton ya sabía de quién se trataba.
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Amante de medianoche
Novela JuvenilPeyton Cooper es una chica extrovertida, risueña y estudiante de medicina. Con tan solo veinte años ya se había ganado una fama que no concordaba con lo que ella era. Sus compañeras de universidad siempre hablaban a sus espaldas. Decían que era una...