XXXIV

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6 años después.

Mis vacaciones en Nueva York se habían alargado por culpa de Bert. "vamos a comer juntos", "tengamos una noche de 'chicos'", "Salió una película increíble, vallamos a verla".

No me molestaba, mi mejor amigo y yo no nos veíamos desde hace cinco años, así que si por mi hubiera sido me quedaba a vivir en su casa todo el año. Pero debía regresar al trabajo sin falta la siguiente semana. Así que ese martes por la mañana Bert me despertó con su habitual entusiasmo.

—¡Me haré otro tatuaje!- gritó brincando en la cama. Era como un niño pequeño. Yo reí.

—Felicidades. Ahora quiero dormir- dije envolviéndome hasta la cabeza en las cobijas.

—Pero quiero ir con mi tatuado de confianza... ademas tal vez puedas ver a tus amigas de NJ- murmuro inocentemente. Me destapé un poco mirándolo.

—Hace un tiempo no hablo con ellas, pero podría escribirles... ¿tienes cita para el tatuaje?- pregunté. El afirmó con la cabeza.

—La programs ayer en la noche por que me gusta molestar a mi tatuador. Es a las tres.- rio.

—Bien. Deja en bañarme y escribirle a las chicas para ir desde temprano y velarlas.-

Bert me dejo solo. Así que tome el celular y es escribí al grupo que mis amigas y yo teníamos. Hacia un par de meses que no hablábamos pero me respondieron de inmediato.
Para mi buena suerte ambas estaban libres aún que solo hasta las cuatro de la tarde, pues trabajaban como meseras en el bar de Andy.
Así que más temprano que tarde estábamos bebiendo cerveza en casa de Linds.
Ella se había casado con Jon y se veía más que feliz. Aun usaba la chaqueta y se había tatuado el emblema de la pandilla. Era la mamá del barrio, todos la querían y la respetaban.
Avril también tenía un tatuaje alusivo a la pandilla.

—No sabes como te extrañamos- Me abrazaban.

—Yo también las extraño tanto chicas-  les regrese el abrazo.

—¿cómo está Kristin?- pregunto Avril. Yo reí.

Si, Kristin y Mikey se habían casado. Vivían en Australia, donde Mikey había comenzado a hacer crecer una empresa de juguetes ecológicos. 

—Muy bien, hace poco fui a casa. Se les ve felices- sonreí.

—¿Y qué hay de ustedes chicos?- Linds pregunto -¿Que los trajo por aquí?- 

—Vine a tatuarme- Bert hablo rápido. -Ya sabes, vengo seguido a eso- rio nervioso. Lindsey puso cara de sorprendida.

—Genial, creo- guardó silencio unos segundos. -¿tienen hambre? Tengo nuggets de pollo. A Jon le encantan- Se levantó de un brinco del sillón -Bert, ¿me ayudas?-

No estaba entendiendo nada. Mi amigo se levanto tras Linds y la siguió a la cocina.

—¿Hice algo malo?- le pregunte a Avril algo incómodo.

—En realidad no.- murmuro igual de nerviosa que mi Linds. -Creo que... olvídalo, no es importante- sonrío.

—Dime, Avril- le pedí. -Me ponen nervioso-

—Si te digo no se que pueda pasar. Bert me odiara...- mordió su labio.

—¡Listo!- entraron Linds y Bert a la sala con una charola de nuggets que aún estaban crudos y congelados. Aun así Linds tomo uno y lo mordió.
¿Por que todos actuaban extraño?

-¿De que hablaban?- miro a April como deseando asesinarla.

—No dije nada- se excusó la rubia.

—Okay. ¿Que está pasando? Quiero que me digan ahora mismo- me cruce de brazos. Todos me miraron. Era obvio que estaban ocultándome algo.

—¡Gee! ¿Ya viste la hora? Llegaré tarde a mi tatuaje- Bert me hizo levantarme del sillón jalándome del brazo —así todo sale bien las veo en un rato chicas, si no, las veo cuando vuelva a tatuarme- Se despidió Bert. ¿Que?

—Nos vemos pronto chicos- mis amigas se despidieron. Tanto tiempo  sin vernos y nos despedimos así.

Bert me subió a su auto a empujones. Yo lo mire mal.

—Explícame todo esto, Bert- le pedí. El encendió su auto y comenzó a avanzar antes de suspirar.

—Bien. La verdad estoy saliendo con Avril. No te había contado, lo siento- me miro rápidamente. Yo estaba sorprendido aún que feliz por mis dos amigos. -Hace unos cinco años vine a tatuarme por primera vez, resulta que mi tatuador de confianza es amigo de Avril y Linsey. Ese día estaban ellas dos haciéndose un tatuaje, comenzamos a hablar y Avril me agrado. Regrese a tatuarme una vez más y le pregunte al tatuador donde podía encontrarla. La fui a buscar, comenzamos a salir, me gusto y fin. Estaba pensando pedirle que nos mudáramos juntos. Por eso estábamos todos ahí nerviosos. Por qué le conté a Linsey y creo que se le escapó decirle algo a Avril y ahora tengo miedo que me rechace- finalizó.

—Wooow- no pude decir más. -Eso es genial hermano. Honestamente creo que no te rechazará- sonreí tratando de reconfortarlo. -Debes hablar con ella.-

—Si todo sale bien se lo dire esta noche, cuando vallamos al bar por un vaso de refresco, no podré tomar después del tatuaje- rio.

—¿Que debe de salir bien para ir a beber con mis amigas?- yo también reí.

El estacionó el auto frente a un estudio y antes de bajar me miro serio.

—Lo que tiene que salir bien es tu reacción- me dijo.

—No me digas que te tatuaras su nombre...-  dije burlón.

—Casi, pero no. Tiene que ver con la persona que me hará el tatuaje. Vamos, baja del auto.-

Y ahí caí en cuenta de lo que en realidad estaba pasando.

P O O R   B O Y //frerard// Donde viven las historias. Descúbrelo ahora