XIII

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Mi madre nos estaba regañando pero aún así nos preparo un café y un omelet. Frank había despertado en mi cama y mi madre lo había malinterpretado. Fue muy incómodo explicarle a mi madre que no habíamos hecho ni 'eso' ni 'esto' que ella tanto alegaba. Bueno, Frank solo se estaba riendo como idiota. Mi padre se había reservado todo sus comentarios. Ya sabía que a él no le gustaba que a mi me gustaran los chicos, pero yo no tenía cura. Perdón.

—Tienen suerte de que sea domingo- Mi madre aún nos sermoneaba. -¿Y donde está tu hermano?-

—Supongo que en su cuarto- murmure.

—No llego a dormir- Mi padre me miró con seriedad-

—Oh, valla... supongo que en casa de Avril... Espero- mire a Frank -¿Sabes algo?-

—Creo que se fue con su novia-

—¡¿La emo?!- Gritó mi mamá espantada -¡Dios no! Me desmayaré...-

—Que dramática eres mamá- Me reí -Kristin no es emo-

Mama llamaba emo a Kristin desde que la conoció. La Niña ni siquiera se maquillaba, pero parecía que el simple hecho de usar flequillo y ropa negra ya la había vuelto emo.

—Si quieren podemos irlo a buscar-

Obviamente mis padres afrontaron la propuesta, así que en cuanto Frank y yo terminamos el desayuno salimos. Decidimos caminar a casa de Avril pues vivía muy cerca de mi casa. Mientras íbamos hacia allá Frank me contó que el fue el que me llevó a mi casa, que me había puesto muy mal en la fiesta y había comenzado a desvanecerme. Todo gracias a Bob. Le pidió prestado el coche al padre de Andy y me acosto en la parte de atrás. Dijo que estaba en calidad de bulto, pero que hablaba y decía muchas incoherencias. Después solo toco la puerta de mi casa, le explicó a mis padres lo qué pasó y se fue de regreso a la taberna a regresar el auto y recoger su moto, fue ahí cuando recordó mi regalo y regreso a despertarme unas horas más tarde.
Llegamos a la casa de Avril y tocamos. Por suerte el tonto de mi hermano había sido recibido ahí y le habían prestado el sofá para dormir. Resulta que el jovencito también se embriagó y no quería llegar así a casa.
Después de agradecerle a la familia de nuestras amigas y despedirnos lo lleve a casa de las orejas.

Me quede un rato más sentado en la banqueta con Frank. Hablábamos del concierto, esas entradas definitivamente eran el mejor regalo que había recibido en mucho tiempo, pero el concierto sería la siguiente semana y por supuesto que después de esa noche mis padre no me dejarían salir. Mucho menos si se enteraban que sería en Nueva York.

—Vamos a escaparnos. Encontraremos donde dormir y regresaremos el día siguiente- Me propuso Frank

Para el era fácil decirlo, siempre fue un chico malo y sus padres debían estar acostumbrados, sin embargo a mi me daba miedo que me castigaran eternamente o algo así. Aún así termine aceptando. El plan era irnos un día antes del concierto, buscar un lugar para dormir y salir a divertirnos un rato antes del concierto. Si todo iba bien regresaríamos el domingo en la mañana. Yo estaría listo para el castigo de por vida después de eso.
El único enterado fue Mikey, pues el seria encargado de que mis padres no llamaran a la policia.

Así que el Viernes llegó. Yo prepare Una pequeña y discreta mochila con un par de mudas de ropa y salí 'con mis amigos'. Frank me esperaba afuera de mi casa en su motocicleta y yo no perdí el tiempo y me subí. Nos pusimos el casco y tomaron un camino diferente al de siempre. 
"Deberías sujetarte a mi en vez de a la moto. Es más seguro" me había dicho antes de subir, así que lo iba abrazando.
Ya me había acostumbrado a la velocidad con la que Frank manejaba, así que ya no me daba miedo; además confiaba ciegamente en el.
En cuanto atravesamos el puente que conectaba las cuidases me sentí como en casa, libre y feliz.
Buscamos un hotel cercano a donde sería el concierto y debatimos si debíamos ahorrar o dormir cómodos. No teníamos mucho dinero pero pudimos pagar una habitación doble. ¿Sabían que la habitación doble tiene una cama matrimonial? Pero eso no importaba, el día de mi cumpleaños habíamos dormido juntos y no hubo problema, así que dejamos nuestras cosas y salimos de ahí.
Me encantaba estar ahí, arrastraba Frank a todos los lugares que me gustaban, fuimos al centro comercial (En Jersey había uno, pero era pequeño) y cuando estábamos en Central Park se me ocurrió llamar a mi mejor amigo.
Por supuesto que Bert acepto y tardo menos de media hora en aparecer frente a mi tumbarme en el pasto de un abrazo.

—¡Pedazo de idiota!- Gritó -Te he extrañado tanto- 

—Oye, tranquilo- Me reía. -Quítate de encima que te quiero presentar a alguien.-

Bert Se separo de Mi riendo y nos levantamos del suelo.
Frank nos miraba, lo sentí un poco nervioso.

—El es Frank, ya te he hablado de él por mensajes.- Abracé a Frank por los hombros. -Frank, el es Bert, mi Mejor amigo de Nueva York.-

—Es un gusto- Bert tomo la mano de Frank y la estrechó animadamente -No sabes cuanto he leído y escuchado de ti. Este Niño de aquí...- Me señaló -No para de contarme de ti-

—¡Bert!- Le dije. Mi rostro se sentía caliente de la vergüenza. -Eso no se dice- Le susurre. Frank rio.

—Valla... bueno, yo también suelo hablar mucho de él con mis amigos así que supongo que estamos a mano- Se volvió a reí.

—Je je je... mejor vamos todos por un café.- Dije tomando a ambos por  brazo y haciéndolos caminar uno a cada lado de mi -Nos vamos a divertir aún que sea solo por un día.- Afirme.

Realmente tenía esperanza de que esos dos se llevaran bien. ¿Que cosa mala podría surgir?

P O O R   B O Y //frerard// Donde viven las historias. Descúbrelo ahora