XXVI

311 46 26
                                    

Llegué a mi casa con Frank y Bert completamente ebrios. Como era de esperarse mi madre noto mi ausencia (y la de Mikey) y me castigo, de nuevo.
Seguí mi camino a mi habitación, si mamá odiaba que Frank se quedará a dormir debieron ver cómo se puso cuando la dije que los dos chicos que me acompañaba dormirían en la misma cama que yo.
Y yo estaba seguro de que no íbamos a caber.
Con dificultad los senté a ambos en la cama, no habían parado de pelear desde que veníamos de regreso y mi cabeza dolía.

—¿Que haré con ustedes?- les pregunte desesperado.

—Podemos meter a tu amigo al armario y tener sexo toda la noche- Frank arrastraba las palabras y reía como tonto. Su propuesta no era una opción (si no estuviera Bert probablemente lo sería)

—¿Haz follado con este vago? ¡Que asco!-

—¿A Quien Le dices vago?, pendejo- Frank grito.

—¡Cálmense!- perdí la paciencia. Ambos me miraron. -Frank, no le digas pendejo a Bert. Bert no llames vago a mi novio, no lo es- entrecerré los ojos pensando. —¿Quieren dormir los tres en la cama o nos arreglamos de otro modo?-

—No planeo dormir cerca de él- Bert se cruzó de brazos como Niño pequeño.

—Y yo no quiero que tú duermas cerca de él- Frank me miraba -Amor... sácalo al patio-

—No haré eso, Frankie- No pude evitar reír mirándolo. -Bueno. Bert, la cama es tuya, dormiré con Frank en el suelo sobre alguna colcha-

Frank aplaudió y se levantó de inmediato caminando al cajón donde sabía que guardan mis cobijas y sacando algunas para acomodarlas en el suelo.

—¿Estás seguro?- me preguntó Bert.

—Por supuesto, solo serán un par de días, puedo manejarlo- sonreí. Frank ya estaba tirado en el suelo con las cobijas mal acomodadas pero también sonreía mirándome. -No lo pienses- murmure, el rió.

—No estoy pensando nada- mordió su labio. Vi como golpeaba la cobija a su lado invitándome a acostarme a su lado. Mire a Bert, el también ya se estaba quedando dormido así que apague la luz y me acosté con Frank, el me abrazo con fuerza y yo me acurruqué en su pecho.

—Gee... debo decirte algo en este momento que el alcohol me da valor...-

—Dime- murmure besando su pecho.

—Creo que te amo y mucho. Y también creo que lloraré como un bebé el día que me dejes- me apretó contra su pecho.

-Frankie, yo también te amo mucho- sonreí aún que el no pudiera verme. -Y Créeme, no pienso dejarte-

—Lo harás, eres mucho para mi y se que no te tendré por siempre, al menos no físicamente... te irás con alguien mejor ¿no?- Senti que iba a llorar y yo no entendía que le pasaba.

—Eres tan tonto. No te dejare ni aún que mi vida dependiera de eso, ya habíamos hablado de esto. Solo duerme, mañana será un largo día- bese sus labios y el rió suavemente.

—Te creeré sólo si tenemos sexo- Volvió a apretarme entre sus brazos.

—Nos atraparan, Frank. Olvídalo- murmure.

—podríamos ir al baño- Murmuro -Si tú quieres-

Yo reí. Me removí un poco y salí de entre sus brazos. Me asegure de que Bert estuviera dormido, después cerré la puerta con seguro y regresé a colocarme sobre Frank, el me sonrió.

—Te advierto que si nos escuchan ambos estaremos muertos- Lo apunte con mi dedo antes de besarlo.

Y el resto pasó solo. Sus manos pasearon por mi espalda y piernas, nos mirábamos a los ojos y nos besábamos. Nada era mejor que eso. Frank cubrió mi boca en todo momento pues se tomó muy en serio lo que le dije.
Terminamos exhaustos, acostados en el suelo y yo con dolor de espalda y cuello. Cuando nos levantáramos iba a sufrir bastante.

Después de divertirnos Frank y yo por fin nos acostamos para dormir.
Los gritos de Bert fueron lo que nos despertaron en la mañana. Al parecer había notado que Frank y yo estábamos desnudos.

—¡Vístanse! Dios ustedes lo hacían-cubría sus ojos.

—Tenemos ropa interior- Frank se rió -No exageres, pareces un bebé chillón -

—Es asqueroso. De Gee lo soporto pues somos mejores amigos pero de ti no, hazme un favor y vístete- Bert tapaba sus ojos.  Yo me reí.
Tenía que lograr de algún modo que ese par se llevaran bien y no sabía cómo hacerlo. Al final eros eran las personas más importantes para mi después de mi familia y odiaba ver cómo se trataban. Literalmente no habían parado de insultarse el uno al otro desde que Bert nos despertó. Ya hasta habíamos desayunado y ellos continuaban.
Yo tenía ganas de que Bert conociera el nuevo lugar donde yo vivía, así que fuimos los tres a las rampas.
Debo decir que Frank no quería acompañarnos y Bert no tenía problema en eso, pero yo quería que ellos  convivieran.
Así que solo los lleve y me desaparecí. Al menos tendrían que unir fuerzas para buscarme.

P O O R   B O Y //frerard// Donde viven las historias. Descúbrelo ahora