III

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Pase por mi comida y camine por el comedor con la charola. Todos estaban separados por grupos, la mayoría estaban vestidos casi completamente de color negro pero todos tenían un color que los diferenciaban. Vi el color rojo brillante resaltar en una de las mesas así que camine lo más rápido que pude. Sentía que en cualquier momento me empujarían y me golpearían. Cuando llegue a los Red Killers me dispuse a buscar a Lindsey, eran cuatro mesas llenas de este grupo de personas y si no me fallaba la vista parecía ser la pandilla más numerosa.
Encontré a Lindsey sentada junto a los chicos de más temprano y curiosamente con el chico de mi salón. Me acerque a ellos y en cuanto Lindsey me vio me llamo emocionada a sentarme a su lado.

—¡Oigan todos!- llamo la atención de los chicos en la mesa incluido mi compañero. -¡El es Gee-Gee! El viernes le dieron la bienvenida a su familia y bueno, su cabellera roja me hizo creer que podría agradarles. Es agradable-

Yo sonreí saludando a cada uno de ellos. Todos se presentaron, no se veían intimidantes o algo así. Supuse que no tenían miembros nuevos tan seguido o simplemente les agrade. Alguna vez en el pasado ya me habían dicho que soy una persona agradable.
Todos se presentaron conmigo hasta llegar a mi compañero de clase.

—Miron... así que te llamas Gee...- Sonrió de lado.

—De hecho es Gerard- reí nervioso. -Lamento si te incomodo mi mirada, Linds me dijo que buscara en mi salón otro miembro de su pandilla...-

—Gerard... lindo nombre, pero Gee también te queda bien, miron. -Sonrió -Soy Frank, debiste contestar mi mensaje con lo que me acabas de decir, no te abría ignorado al salir de la aula-

—Frank es el hijo del jefe- Murmuro Linds en mi oreja -Es importante agradarle-

Mire a Frank, el ya estaba en su asunto comiendo con una chica y riéndose de algo que no escuché. Se veía agradable ¿que tan cierto podría ser eso? 

—Deja de verme- Su voz me saco de mis pensamientos. -¿Que quieres? Ya me presente- y el encanto se rompió. El chico volvió a poner mala cara. La misma expresión que puso en el salón.

—Sabía que era bueno para ser verdad-Linds golpeó su frente.

—Yo... lo siento, no quería molestarte ni incomodarte, solo lo siento ¿si? Perd...- La chica tapo mi boca riendo.

—Lo que el tonto de Gee-Gee quiere decir es que si le puedes dar concejos... ya sabes, de líder a novato- Guiño un ojo. Frank parecía un poco fastidiado.

¿Acaso era bipolar?

—Bien. No veas a la gente como la haces, en primer lugar. Creerán que estás buscando pelea y créeme, no quieres eso. Aquí les gusta comer niños de papi en el desayuno- cerro tomando su charola y levantándose de la mesa.

—Mierda, ni siquiera se por que me le quede mirando- hable bajo pues todos en la mesa me miraban.

—Frank puede ser exagerado y tener su carácter pero le agradarás...- Me ánimo.

— ¿y si no lo hago?-

La expresión de felicidad de Linds se desvaneció, apretó los labios y miró a otro lado.

—Seguramente hará que te den una paliza y ahuyentara a toda tu familia. Después de todo tu casa está en su territorio.- Dijo.

—Genial, ya empece con la pata izquierda. Bueno, al menos mi primer día aquí no fue horrible, te conocí-

—Así es, Gee-Gee, y créeme, que estes aquí y no con cualquier otra pandilla es lo mejor-

Termine mi almuerzo y regresé a clases tratando de llevarme el día con tranquilidad y tratando de prestar atención. Ignorando a quienes trataban de molestarme, pues a diferencia de antes del almuerzo las personas parecían notarme demasiado.  Fue extraño, siempre me había gustado que la gente me vieran pero ahí por primera vez desde ser invisible. Esa escuela era tenebrosa.
Las últimas horas de clase se hicieron eternas, me sentí pequeño en un salón lleno de gente molestando, lanzándome bolas de papel, basura y lápices. No quise discutir, me gustaba vivir.

El timbre sonó y esta vez nadie salió del aula, solo el profesor. Guarde mis cosas despacio en la mochila sintiendo la mirada de los chicos de mi salón. Y en cuanto me puse de pie todos también se levantaron. "Estoy muerto" pensé, esos chicos no parecían querer ser mis amigos. No sabía si echarme a correr, no tenía ganas de que me golpearan.

—Oye, miron- Frank camino hacia mi. Todas las vistas pasaron a el. -Vámonos-

Frank sujeto mi brazo con fuerza y me jalo fuera del salón, pero fue en vano, aún nos seguían.

—¿Que Quieren?- Pregunté nervioso. Frank ya había soltado mi brazo y solo caminaba a mi lado.

—Darte besitos en tu maldito rostro, claro- Senti su mirada sobre mi pero esta vez yo no lo mire. —Quieren darte la bienvenida a la escuela, imbécil.-

—Mierda, Mikey- Murmuro. Rezaba por que mi hermano estuviera bien.

—¿Quien?- Frank frunció el ceño.

—Mi hermano, está en la secundaria-

—No Es por desanimarte pero si ese Niño es igual que tú, probablemente a estas alturas del día ya eres hijo único-

Trague saliva espantado. Tenía miedo. Era el primer día de clases y aún que parecía que estaría bien parecía que solamente estaban esperando un buen momento para atacar.
Salimos al estacionamiento, yo seguí siguiendo a Frank nervioso hasta llegar a unas motocicletas.

—Te llevare a tu casa o definitivamente no sobrevivirás, esos Dark Sea no se rinden tan fácil. Estoy seguro de que será lo mismo hasta que puedan atraparte.- saco un casco. -Ten, úsalo tú, no valla ser que te despeines con el aire-

No pelee a pesar de que quería decirle que no fastidiara pues me estaba ayudando, solo me puse el casco y espere a que encendiera la moto para subir tras de él y sujetarme de la agarradera en la parte trasera.
Frank condujo la motocicleta a más de 120km/h y yo no pude gritar ni pedir que bajara la velocidad para no quedar como un cobarde.
Estacionó frente a mi casa y yo baje sin que el apagara la motocicleta me quite el casco y lo mire.

—Gracias-

—No agradezcas. No sobrevivirías aquí solo nunca, ¿vienes de una vida de paraíso, no?- Sonrió burlón.

—¿Quien te dijo?- Le respondí regresándole el casco.

—Mi padre sabe todo de todos, Gee- Se colocó el casco y abrió el cristal para seguir hablando. -No te acostumbres a esto, aún no me agradas pero le caes bien a Linds y si te dejara morir ella no me lo perdonaría nunca.-

—Tu y ella...- No creí que eso fuera posible, no parecía que fueran pareja.

—Somos medios hermanos. Además de miron eres muy curioso. Recuerda que eso mato al gato, niño fresa- Frank bajo el cristal y se despidió con la mano antes de arrancar y alejarse.
Entre a mi casa y para mi alivio Mikey ya estaba ahí tirado en el sillón con su celular. Debo aclarar que yo no me sentía tan seguro como para llevar el celular a la escuela.
—¿Que tal tu primer día?- Le pregunté sentándome a su lado.

—Bien- respondió sin más -¿Y el tuyo?-

—Bien- Lo imite.

Esto no parecía que iba a mejorar.

P O O R   B O Y //frerard// Donde viven las historias. Descúbrelo ahora