XV

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Bert y Frank Se terminaron odiando. Era triste pero ya se llevarían bien. De eso me encargaba yo.
Pero esa mirada antes de salir de la cafetería, la forma en la que me vio mientras secaba mis lágrimas... me había dejado idiotizado. Así que me trababa al hablar, temblaba y actuaba torpemente.
Pero después de despedirme de Bert y de evitar que Frank lo matará por hacerme llorar el y yo nos fuimos juntos al hotel. Ya casi eran las once de la noche y queríamos dormir para dar una vuelta a la ciudad antes del concierto. Solo nos metimos en la cama en ropa interior y no hablamos.
Frank no me preguntó por lo que había dicho Bert y eso me alegraba demasiado. Seguramente si lo hubiera hecho hubiera tenido otro ataque de pánico.
Yo no le pregunté nada al respecto por el mismo motivo.
Esa noche ni siquiera hubo bromas, solo dijimos 'buenas noches y nos dimos la espalda.

A la mañana siguiente desperté y Frank ya se había bañado y estaba terminando de vestirse. En cuanto me vio despierto me miró emocionado.

—¡Tienen jacuzzi! ¡Debo probarlo!- Se veía como un niño pequeño y emocionado.

—Claro que si- reí. -En la noche te ayudo a llenarlo. Ahora solo quiero bañarme y prepárame.- sonreí tomando mi celular. Tenía un millón de mensajes de Bert poniéndome perdón. Ya estaba superado. Aún así le contesté que no importaba, después me metí a bañar rápidamente. Después de vestirme y quejarme de que mi cabello se despintaba fuimos a desayunar. El hotel nos regalaba el desayuno bufet, así que aprovechamos y comimos todo lo que pudimos. 
Después salimos a caminar, tomamos el bus, lo lleve a la estatua de la libertad, comimos hot dogs y cuando casi daban las cinco nos fuimos a donde sería el concierto.
El acceso fue a las ocho. El concierto comenzó a las nueve y media. Y puedo jurar que todo valió cada maldito segundo.  Estábamos en el centro a unas pocas personas del escenario.

Tocaron todos sus éxitos, cante cada una de las canciones, pero ese día una en específico se volvió mi favorita.
Lo recuerdo todo como una película, sonaba Flawless, la canción sonaba como si solo fuera para mi, como si trajera audífonos. Entrando el segundo pre-coro sentí su mano rodear mi cintura, los nervios me invadieron pero no quise dejar que se notara y seguí cantando. Sentí a Frank apegándose a mi y antes del coro se acercó a mi oído.

—En la cafetería- Hablo alto para que lo escuchara. —Me debes algo-

Eso me puso aún más nervioso, pero me arme de valor para girar mi rostro y verlo a la cara. No me dio tiempo de hablar, Frank no pensó mucho y solo se lanzó a mis labios. Me estaba besando y yo no supe cómo reaccionar. Al no notar respuesta se separo de mi y me vio a los ojos.

—¿Lo arruine?- Murmuro, pero pude leer sus labios. Se me escapó una sonrisa y negué con la cabeza.
Y antes de que Frank se arrepintiera tome su rostro entre mis manos y le regresé el beso. El respondió al instante.
La música nos rodeaba y las personas gritaban eufóricas. El beso era lento, dulce y Perfecto. Frank tomaba mi cintura, yo acariciaba su rostro. Mi mundo se detuvo.
Cuando por fin nos separamos me quería morir de vergüenza. La canción había terminado, Frank me miraba con cara de bobo y yo no sabía si era bueno.

—No me gusta tu música, pero esta canción era perfecta para estos- volvió a decir cerca de mi oído -Gracias por ese beso- Frank deslizo sus manos fuera de mi cintura pero no me soltó pues de inmediato tomó mi mano.

El concierto siguió pero yo ya no podía cantar las canciones. Sentí como si mi cerebro hubiera explotado. Solo estaba feliz. Creo.
Aún así salí afónico de ahí. Frank no había soltado mi mano después de ese beso, aún estaba nervioso y temblando.

—¿Quieres ir por hamburguesas Gee?-  Me pregunto sacándome de mi transe -Está vez pago yo.- Sonreía.

—Claro...- Tartamudee. Frank ser rió y jalo de mi mano para acercarme a él y besarme rápidamente. Sin despegarse mucho de mi volvió a hablar. -Tu llévanos donde recomiendes-

P O O R   B O Y //frerard// Donde viven las historias. Descúbrelo ahora