XVI

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Ya era de día. Frank dormía abrazado de mi y yo ya quería levantarme. Nos habíamos dormido demasiado tarde por culpa de Frank. El Niño no quería salirse del jacuzzi y por supuesto no me dejó salir. Y ahora tampoco me dejaba salir de la cama.
Me estire por mi celular y revise los mensajes y llamadas. Mis padres ya me habían llamado un millón de veces. Supuse que sería bueno reportarme con ellos, después de todo ese día regresaría, así que llame a mi madre.
Después de escuchar todo sus gritos y de que me recordó lo estúpido que era por no avisar nos despedimos tranquilos. Aún así estaba casi seguro de que me darían un castigo eterno.
Frank parecía garrapata. No me soltaba y tampoco se despertaba y yo no podía soltarme de su abrazo. Solo quería ir al baño y a lavarme los dientes.

—No te vallas- Me apretó con más fuerza hacia el cuando sintió que me movía.

—¡Ah! ¡Estabas despierto!- Dije soltándome con brusquedad y saliendo de la cama. -Deja De molestarme-

—Oye ¿Que te ocurre?- Frank se sentó en la cama y tallo sus ojos -¿Algo te molesto?-

—Que estás jugando conmigo. Solo llegas, me besas y ¿después que? ¿Volveremos a Jersey y fingiremos que no me dijiste que te gusto y que sabes que me gustas?- apreté los ojos. Ya había hablado de más.

—No, esos no eran mis planes.- Dijo serio levantándose de la cama -Pero si es lo que quieres olvidémoslo.- Suspiro.

—Finjamos que nada de esto pasó- Camine despacio al baño y me encerré.

Sentí que había pasado lo que yo estaba tratando de evitar. Nuestra amistad iba a terminarse y todo por culpa de una ligera atracción.
Cuando salí del baño Frank ya se había cambiado, veía television y parecía estar molesto.  Me senté a su lado y lo escuché bufar.

—¿Que pasa?- Le pregunte sintiendo el ambiente tenso.

—Que yo realmente creí que podíamos funcionar. Solo eso. Pero olvídalo, yo haré lo mismo.- Parecía que no quería mirarme.

—Frank... es que a ti solo te gustan las chicas ¿no?- Pregunté animándome a tocar suavemente su brazo. El rodó los ojos.

—Te dije que me gustabas. Lo demás es historia. Me gustas. ¿Que importa si también me gustan las chicas o no?- Por fin me vio de reojo.

Debatí un poco en lo que debía hacer o decir. Frank estaba muy enojado y no me gustaba verlo así. Inhale profundo antes de hacer la locura que estaba a punto de hacer.
Me senté sobre el con una pierna a cada lado y lo vi a los ojos. El se había sorprendido pero aún me veía con molestia. Me acerqué lento y dejé un beso en sus labios. Luego otro y otro hasta que sus manos se fueron a mi cintura y las mías a su cuello.

—También me gustas.- murmure pegando mi frente a la suya. -Mucho-

—Gee...- Se quedó en silencio unos segundos, sonrió y volvió a besarme. -Solo vístete. Ya hay que irnos.-

—¿Eso que significa?- Le pregunte.

—Significa que estás semidesnudo sobre mi y que, aún que me está gustando, ya debemos desalojar la habitación.- Frank se rió. Yo me baje de el avergonzado y corrí a mi mochila para sacar mi ropa. -Llegando a Jersey hablamos de todo. No estoy jugando contigo Gee, lo juro.-

El también se levantó. Me vestí torpemente y con rapidez y guardé mis cosas en la mochila. Ahora no solo estaba nervioso por la probable regañiza de mi vida que mis padres me darían, si no tambien por que Frank y yo hablaríamos de "esto".
El regreso en moto fue graznidos. Nos detuvimos para desayunar en la carretera y llegamos a las dos a mi casa. Frank no se despego de mi hasta que mi madre habría la puerta.

—Gerard Arthur Way Lee, estás castigado por dos meses.- Ni siquiera me saludo. -Y tú, pequeño criminal ¡No te acerques a mi angelito!- Le Gritó a Frank.

—Bueno...- Murmuro el. -Supongo que dejaremos 'eso' pendiente. Nos vemos en clases- Frank se acercó a mi. Ese Niño no le temía a la muerte pues me besó frente a mi madre para luego largarse ignorando sus gritos.

—¡Gerard!- Mi madre ya me había metido con empujones a la casa -¿Que demonios, Gerard? ¿Por que ese cretino te beso?- Mi madre me reclama a como si hubiera cometido un crimen.

—No lo se, supongo que por qué quería hacerlo- Sonreí como idiota.

—¡Es un criminal! ¿no los odiabas?- Mi madre me sacudía por los hombros -Despierta-

—Me gusta. Nos divertimos mucho este fin de semana. Perdón si el no te agrada pero no dejare de salir con el.- Me levante de la silla donde me había sentado.

—Probablemente el se aburra de ti de todos modos. Solo de verlo puedes notar que es un patan.- Mi madre me bloqueó el paso.

—Woow mamá... no puedo creer que me acabes de decir eso.- negué con la cabeza ofendido.

—Ve a tu cuarto. Ahora.- ignoro lo que dije y solo señaló el pasillo. -Estas castigado. Y espera a que llegue tu padre Gerard, por que también te hará abrir los ojos.-

—Lo que digas mamá- rodé los ojos. Mi madre siguió regañándome mientras yo pase a su lado para ir a mi habitación.
Me crucé con Mikey en el pasillo, solo le sonrió. Estoy seguro de que por dentro se burlaba de mi.

Me encerré y me asomé por la ventana. El jardín ya era bonito. Yo lo había arreglado ya hace unas semanas y mis amigas me habían ayudado. Yo ya no odiaba NJ pero ahora mi madre lo hacía. No soportaba la idea de que mis amigos fueran completamente diferentes a los que tenía en Nieva York. Pero yo estaba seguro de que al menos los 'criminales' eran realmente mis amigos.

Mi padre llegó unas horas después y me regañó amenazándome con enviarme a Italia con mi abuela si me seguía juntando con los chicos. Específicamente con Frank Iero.
Así que cuando mi padre salió del cuarto no tuve mejor idea que mostrarme aún peor que ahora. Me volvería específicamente lo que ello no querían, me uniría a la banda.

P O O R   B O Y //frerard// Donde viven las historias. Descúbrelo ahora