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    Faltaba un día para la celebración de la virgen. El calor era insoportable ese día.
     Taemin ayudaba a Max a armar las decoraciones dentro de la iglesia. Colgaron palomas blancas y algunos angeles por las paredes y decoraron los asientos con telas amarillas y blancas.
     Ambos hombres estaban sudando como locos. Taemin se sento en el suelo y tomó agua de la botella que las hermanas le entregaron. El pelinegro observaba a las monjas con su vestimenta y río levemente.

-¿Cómo hacen para aguantar este calor con esas cosas?- Preguntó Taemin mientras mojaba su rostro con el agua de la botella.
-Pues  ellas están acostumbradas- Dijo Max sentándose a su lado y observó la iglesia. -Quedo fantástico- Sonrió ampliamente.
      Taemin se levantó y camino hacia afuera de la iglesia. Se dirigió hacia el baño y vio a la rubia cargar una caja que se veía pesada. Sonrió levemente y camino donde ella.
        Tomó la caja y la dejo sobre la estantería, la joven se volteó y se cruzó de brazos.

-Yo podía hacerlo- Dijo tratando de mantener una postura sería.
-Si,claro- Sonrió nuevamente y beso la mejilla de ella. -No puedo dejar de pensar en ti, mi vida- Susurró en su oído. La joven lo tomo de la mano y camino con él hacia las escaleras para subir a la segunda planta del edificio escolar. Ingresaron a un salón y ella lo miró mientras acomodaba su cabello.
-Taemin... Tengo miedo- Dijo bajo.
-Lo se ... Es por Félix, ¿Verdad?- Preguntó mientras se sentaba en una mesa.
-Si, esta muy raro y me observa cada vez que hago algún movimiento- La rubia suspiró y apoyo sus codos sobre la mesa.
-Mira ... Tú debes llamarme cuando él esté así ... Y lo vigilare de cerca- Dijo Taemin.

     La puerta se abrió fuertemente y ambos jóvenes se espantaron ante el estruendo. Miraron hacia la puerta y vieron a Alice quien los miraba algo molesta.

-¿Que hacen aquí?- Preguntó mirando a Agustina de reojo.
-Ayudaba a ... Agustina- Dijo rápidamente.
-¿A qué?- Preguntó mientras se cruzaba de brazos.
-Me ayudaba a limpiar las mesas- Dijo la joven mostrándole un trapo sucio.
-¿Con la luz apaga?- Preguntó nuevamente.
-La habitación del conserje está cerrada por lo tanto no podemos encender las luces- Explicó nervioso.
-Esta bien, te espero esta noche en casa- Besó la  mejilla de su novio y salió del salón.
   Suspiró aliviado y se bajó de la mesa,observó a la rubia que miraba hacia la pizarra y de acercó lentamente a ella. Sabía que estaba molesta por el comentario de su novia. La abrazo por la cintura y apoyo su barbilla en el hombro de ella.

-Te amo...- Susurró cerca de su oído. Llevo sus manos bajó su camiseta,acarició el vientre delgado y acalorado de la muchacha.
-Taemin... No- Dijo firme. El pelinegro quitó sus manos y l volteo para que lo mirará. Sus ojos verdes estaban concentrados en el pecho musculoso del pandillero. Mientras que él observaba su rostro,su expresión de    molestia . Suspiró. Ganándose la atención de la presente.
-Besame ...- Susurró con un hilo de voz. Taemin acarició su barbilla, Agustina levantó la mirada y dejó que los gruesos y carnosos labios del pandillero se posaron en los rosados de ella.
      La sostuvo de su nuca para tener mayor profundidad. Ladeó la cabeza suavemente ,llevando sus pequeñas manos a los hombros del varón. Separo sus labios un poco y se miraron a los ojos. Taemin la subió a una de las mesas y volvió a capturar su boca con lentitud.
     Las manos grandes y venosas acariciaron el corto cabello de ella. Agustina mordió levemente el labio de Taemin, haciendo que el pelinegro sonriera coqueto.

-Eres un ángel- Musitó con una sonrisa en sus labios irritados. Agustina acarició el cuello del presente mientras sus mejillas se tornaban rosadas.
-¿Que ocurrirá después de esto?- Murmuró la jovencita.
-Quiero que estés conmigo ... Que me dejes mostrarte que soy un buen hombre ... Que te haré felíz- Cerró los ojos la muchacha y asintió levemente.
-Debo renunciar a mis votos ...- Profirió.
-¿Tarda mucho?- Balbuceó.
-Aun no lo se ...- Bajó de  la mesa y dejó un beso en el pecho de Taemin.- Vamos ... Van a sospechar- Sonrió y lo tomo de la mano.
      Salieron del salón y el pelinegro la miraba mientras razonaba acerca de Alice.

-¿Irás está noche?- Volteo a ver a su amada y besó su pequeña mano.
-No ... Iré a casa y mañana te veré en la celebración- Sonrieron y antes de bajar las escaleras. Se dieron su último beso, su beso de despedida.

Nothing breaks like a heart/TAEMIN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora