Mi nombre es Andrea Valentina Medina, tengo 20 añitos, metro y medio me dicen, ciudadana Venezolana, pa' ser más exacta del estado Táchira, el cual se ubica al oeste del país en la región de los Andes.
Gocha con orgullo chamas.
Intento fallido de ac...
Por alguna extraña razón no puedo ni quiero separarme de su boca.
Sus labios se mueven al compás de los míos, su brazo pasa por mi cintura acercandome más a él, puedo sentir su respiración agitada.
Y pa que les miento yo estoy hasta peor chamas
Pero esto no está bien, yo podré ser lo que sea pero una zorra jamás.
Y tampoco quiero ser la chica con la que engañan.
Así que saco fuerzas de donde no tengo porque todo de mí quiere seguir sintiendo sus suaves labios.
Y me separo de él.
—Lo siento, esto no debió pasar.—Dije rápidamente.
—Hey, no te disculpes.—
—Marico no está bien, tu tienes novia.—
—Primero ¿que es maruico? Y lo de Carmella no es importante créeme.—
—Nawevona todos los hombres son iguales de imbeciles, como vas a decir eso si hace unas horas estabas poniendo tus fotos con ella en tus redes sociales, según tú es "tu inspiración" y me dices que no es importante?—
—Dejame explicarte Andrea.—
—Marico no, vete de aquí antes que te saque a patadas.—
—Esta bien pero mañana hablaremos de esto.—
—Aja, aja, chao.—
Lo termine de empujar fuera de la habitación, cerré la puerta y me acosté en la cama.
Como pude dejar que me besara, o bueno, proponerle que lo hiciera
Chamas no es mi culpa que el tipo esté tan bello y tan bueno.
No pensé con la cabeza, pensé con la de abajo por eso es que por eso.
Esto es culpa tuya, maldito Maduro.
Y tuya también Chavez, no creas que te salvas pajuo.
Si no la hubieran cagado, yo tuviera en Venezuela en mi casita chill, sin peos de que pase de ser la engañada, a ser con la que engañan, la burla yo marica.
Así tendré la conciencia que no pude ni pegar un ojo en toda la noche, salí como diez minutos antes de lo normal para evitar encontrarme a Hero.
Si, por si no lo habían notado prefiero evitar las cosas antes que afrontarlas, soy una cagada, sorry.
Llegué al estudio todo estaba tranquilo, el maquillador no había llegado entonces las asistentes me pusieron ique cucharas heladas en las ojeras porque sino al pana le daría un infarto cuando me viera.
Y no lo niego chamas, parecía la propia muerta, pasando pena ya saben.
INSTAGRAM
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
