48.

718 90 34
                                    

—Mierda ¿estás bien?—Preguntó Daniela y yo la miré tipo ¿really?—Marica, estás pálida, la hoja se quedo pendeja.—Dijo poniéndola al lado de mi cara.

La miré tan mal que la quitó de una vez y sonrió sin mostrar los dientes.

—¿Q-que voy a hacer?—Dije apenas recuperando el aire.

—¿De quién es?—Preguntó y aproveché que se había sentado a mi lado para meterle un lepe.—Coño chama yo sólo preguntaba, simple curiosidad.—

—¿Y si Hero no quiere más hijos? Ya va a tener uno con Mafer y...—Me interrumpió.

—No se quien es más estúpida, si tú o tu pregunta.—Me metió un lepe.

—¡ES UNA POSIBILIDAD!—Grité.—Hero recién tendrá veintidós años y dime ¿quién quiere dos hijos a los veintidós? Nadie porque nadie está tan loc...—

—¿Te puedes calmar y respirar cinco minutos? Me estresas a mí y no soy la embarazada.—Respiré profundamente mientras ella también lo hacía.—Hero está malditamente loco por ti, Andrea. Probablemente ahorita no te des cuenta por todo lo que ha pasado estas semanas pero estoy segura de que si fuera por él se casarian mañana.—Sonreí al imaginarme ese momento con él.—Y pasado mañana estarían teniendo una docena de carajitos.—Abrí los ojos de coñazo y le metí un lepe, ella empezó a reírse como foca epiléptica.

—¿Puedes ir al punto?—Pregunté.

—¿Por qué crees que hay un punto?—

—Porque te conozco y no dirías un discurso todo mariquito sin motivo.—Le levanté una ceja.

—No debería decírtelo yo pero Hero no será papá.—Fruncí el ceño.—Bueno si, ahora sí, o sea del tuyo ¿si me entiendes?—Negué con la cabeza.—El bebé de Mafer no era de él.—

¿Está mal sentir alivio por eso? ¿Tal vez sentir alegría? Mierda, mierda, mierda. Agarra Chavez mamaguevo.
El tiempo que estuve con la loca me sirvió para reflexionar muchísimas cosas, más que nada lo que había pasado con Hero y Mafer, no lo justifico pero tampoco fue totalmente su culpa, tal vez si hubiera estado en sus cinco sentidos hubiera rechazado o quizás no, eso nunca lo sabré. Lo importante es el aquí, el ahora, la falta que me hacía cada noche, cuando soñaba que todo aquello era una pesadilla y me despertaba en sus brazos. Hablé muchísimo con Leonardo y podía decirse que mi arrechera hacía él disminuyó un cinco por ciento, lo que menos esperaba era que me aconsejara sobre Hero, el que nos hubiera visto diría que somos panitas en vez de secuestrdor-secuestrada. En esa semana me di cuenta de cuanto lo amo y de que él es con quien quiero estar, no me importa si dos, tres, cinco años o toda la vida. Quiero disfrutar el tiempo que tengamos juntos.

—Hey, tierra llamando a Andrea ¿todo bien?—Preguntó Daniela mientras me echaba aire.

Asentí frenéticamente.

—¿Podrías llevarme a ver a Leonardo?—

Ella negó y se río.

—A ti te pica es el culo.—

—Por favor.—Le hice puchero.

—Ni porque venga el mismísimo Shawn Mendes a pedirmelo.—

—En tal caso de que viniera él si me ayudaria.—Me encongí de hombros pero no me paró bolas.—Por favorsito.—Puchero con ojitos.

—Coñoelamadre contigo carajita ladilla.—Me miró mal.—Voy a buscar una silla de ruedas.—Asentí y ella salió. En menos de cinco minutos ya estaba de vuelta.—Me van a matar, yo sé que sí, donde tu familia y el novio tuyo se enteren de ésto me van a quemar viva.—

MI VENEZOLANA || Hero Fiennes-Tiffin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora