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Despertar junto a la persona que amo con mi vida podría considerarse la octava maravilla del mundo, abrí poco a poco los ojos debido a la gran cantidad de luz que molestaba en ellos, mire al rededor y empecé a reír.

No puedo creer que hayamos dormidos desnudos en medio de la nada, negué con la cabeza mientras reía. Gire mis vista a Hero y se veía tan tranquilo que no quería despertarlo, sólo acurrucarme junto a él y pasar el resto de mi día así pero como no todo puede ser perfecto si no llego antes de que mi mamá se de cuenta de que no estoy le va a dar un patatus y a mi me van a llover coñazos.

Además, Hero tiene que trabajar. Al recordar eso mi sonrisa se borra un poco pero me niego a ponerme triste, él ya hizo mucho trayendome aquí y haciendo toda ésta sorpresa, él realmente puede ser muy mariquito si se lo propone. Busque con mis ojos donde había quedado mi ropa y no pude evitar sonreír mientras me mordía un labio al recordar todo lo que habíamos hecho la noche anterior.

Tapandome con la pequeña cobija agarré mis cosas y como pude me vesti, dudo que haya alguien más que nosotros por aquí a ésta hora pero es mejor prevenir.

—Hey... Hero... Despierta... Tienes trabajo.—Dije mientras lo movía suavemente pero él ni se movió sino es porque veo que está respirando juraría que está muerto, ni con un terremoto se despierta éste hombre.

Me senté a horcajadas sobre él y empecé a hacerle cosquillas, segundos más tardes casi me parto la cabeza con la piedra cuando Hero se levantó de coñazo y me puso debajo de él pero todo bien, no pasó nada.

—¿Estás bien? Mierda Andy, me asustaste.—Dijo negando con la cabeza mientras se levantaba lentamente.

No pude evitar bajar la mirada a su cuerpo desnudo y sentí como mis mejillas se calentaban de inmediato.

—¿Has visto mi ropa?—Preguntó mientras se tapaba con la cobija.

Sonrei y le señalé al lado de la cesta, él sólo me guiño un ojo y se dirigió a vestirse.

—¿Nos vamos?—Pregunto con una sonrisa y yo asentí, empezamos a recoger todo lo que habíamos dejado ahí y Hero saco una bolsa de la cesta y metimos todo el mugre ahí.

Cuando ya teníamos todo tomé su mano y caminamos hacia el auto.

Definitivamente fue la mejor forma de empezar mi cumpleaños.

—Gracias.—Le sonrei mientras nos subíamos.—Eres el mejor del mundo entero, te amo.—Dejé un beso en su mejilla.

—Lamento no poder estar contigo el resto del día pero ya sabes...—Lo interrumpo.

—Trabajo es trabajo y es lo que amas hacer, ya tendremos mucho tiempo para ambos luego.—Acaricie su mejilla mientras el encendía el carro.

El camino a la casa se paso relativamente rápido, entre ambos cantando a todo pulmón el tiempo siempre se pasa volando.

Estacionó el carro frente a la casa y nos miramos "serios" por unos breves segundos hasta que él soltó una pequeña risa.

Éste hombre me tiene mal, Dios mío dame fuerza de voluntad para no comermelo aquí mismo.

—Entonces ¿qué harás hoy, cariño?—Dijo sin quitar la sonrisa.

—Dani me dijo para salir a un club, así que ya sabes, tarde de chicas.—Sonreí sin mostrar los dientes.

—Te voy a extrañar.—Hizo un pequeño puchero.

Después de unos quince minutos de besos, de disculpas por su parte por no estar hoy conmigo y de despedirnos entre a la casa para mi suerte al parecer nadie se había despertado aún, caminé en completo silencio y entre a mi habitación con muchísimo cuidado de no hacer ni el mínimo ruido.

MI VENEZOLANA || Hero Fiennes-Tiffin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora