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IMPORTANTE: Este capítulo fue editado el día 12/12/2021, por lo que algunos comentarios pueden no tener sentido con respecto a lo que se desarrolla actualmente.
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«Una cosa terrible acerca de la búsqueda de la verdad es que se la encuentre.» Remy de Goumont
«Debí haber aceptado la oferta de Yamato de llevarme en motocicleta» piensa mientras trota hacia su casa. Está cubierto en sudor y el pecho le duele por correr varias cuadras a toda velocidad, aún sabiendo que es en vano hacer tanto esfuerzo desde el principio. Aprovecha que el semáforo de peatones está en rojo para recuperar el aliento y toma el teléfono celular del portafolio para llamar nuevamente a su casa.
«Usted se ha comunicado con la familia Yagami. En este momento no nos encontramos, ¡por favor deje un mensaje después del tono y nos contactaremos a la brevedad!» Es la voz de Kari la que se oye, pero no es precisamente eso lo que quiere que diga.
—Vamos, responde. —Cuelga y remarca, pero no obtiene otra respuesta que el mensaje automático después del tercer tono. Cierra con fuerza el teléfono, provocando que el llamado se corte—. Kari, ¿dónde estás? —En cuanto aparece la luz verde, retoma el trote, sin fijarse en el camino que tiene delante ni pedir disculpas a los transeúntes a los que golpea en el proceso.
Finalmente llega al edificio donde viven. Sube de dos en dos los escalones que conducen a su piso, no tiene tiempo que perder. Mete la llave en la cerradura con cierta dificultad por el apuro. No se descalza: tiene que estar listo por si debe salir corriendo a alguna parte. La casa está vacía, no hay notas en el refrigerador ni mensajes en la contestadora del teléfono fijo. El silencio lo golpea como un bate directo en la cabeza, aturdiéndolo. Sin embargo, debe continuar. De un salto llega a la habitación de Kari, baja el picaporte y abre la puerta con ímpetu.
Una parte de él desea despertarla, así sea asustada. Y la otra, una pesimista, le dice que no lo hará porque el cuarto está vacío.
Y gana la segunda.
Se queda parado apoyado contra el marco de la puerta que lo contiene, impidiendo que se caiga al suelo aún cuando los músculos de sus piernas se han aflojado. Observa todos los detalles de la habitación, intentando encontrar allí la respuesta a lo ausente: algunos cuadernos descansan sobre el escritorio, junto a la lámpara; el aburrido maletín negro se encuentra sobre la silla, listo para ser llevado a clases; la cama está ligeramente desacomodada, indicando que evidentemente alguien durmió en ella y se fue sin tener tiempo de estirar las sábanas.
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«Kari no está en casa.
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Recibido de TAICHI el 02/09/2004 a las 16:57»
T-K lanza el celular al sofá con enfado al leer aquel mensaje.
—Maldición. Ya lo sabía. —Se siente impotente, molesto. ¿Qué puede haberle ocurrido a su amiga? —. Iré a buscarla yo mismo. —Toma un abrigo ligero de su armario, el teléfono que ha caído al piso tras haber resbalado del cojín, y prepara una rápida nota para su madre avisando que no lo espere para la cena. Sabe que volverá tarde.
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—No, no la he visto hoy —dice una voz femenina al otro lado de la línea.
—Entiendo, gracias. —Corta la comunicación con un sabor amargo en la boca. Es la quinta amiga a la que llama, y ninguna ha visto a Kari en el día, lo que significa que no llegó al instituto.
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La eterna lucha entre la luz y la oscuridad I: El Mundo de las Tinieblas
Fanfiction«La luz cree que viaja más rápido que cualquier otra cosa, pero se equivoca; da lo mismo lo rápido que pueda viajar, porque al final, la luz descubre que la oscuridad ha llegado antes que ella y la está esperando.» Terry Pratchett «¿En dónde estoy...
