Día 15 Año Meihan

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Estúpido Diario:

Los mosquitos son el mismísimo demonio.

Ah no ¡Perdón! Olvidaba que el demonio da clases en Gusu Lan.

Esos diminutos y fastidiosos animales, delgados como un pelo, insoportables como mi hermano, feroces como tigres los desgraciados.

Tan diestros los malditos, que ni con un arma sagrada lográs destruirlos.

Porque cuando crees que ya los mataste, los muy infelices reviven de saber donde y te siguen como almas en pena.

Hoy precisamente fueron el primer y mayor problema.

Estábamos reunidos en el salón de estudio alrededor de una mesa. Qiren había dicho que aprendiésemos a crear matrices de encierro, de protección, etc.

Yo no se para que aprendemos eso ¿Sabes cuanto tiempo lleva dibujarlas? En lo que encierras al cadáver con tus dibujitos, ya se salió y te sacó toda la mierda.

Tratar de pronunciar los conjuros también es un problema. Como tienes que decirlos rápido, a veces suena como si estuvieras invocando demonios o insultando en saber que puto idioma.

Y estábamos practicando, pero como sabes, el calor es traicionero y el verano insoportable. Muy concentrados y todo, cuando empezamos a oír cierto ruidito molesto que parecía salir de la nada.

Yo puedo ignorarlos.Gracias a Zidian, puedo protegerme creando una pequeñísima capa protectora ¡Ja! Yo se bastantes trucos, son pan comido.

Pero Wei Wuxian... No tiene esa clase de poder y mientras dibujaba en el pergamino cuidando las líneas, lo veía manotear molesto de vez en cuando, manchando a veces el papel y tirando gruñidos por ello.

Y no era el único. 

Huaisang y Zixuan también peleaban en lo mismo. Otros discípulos estaban en las mismas condiciones, solo el segundo Lan estaba muy tranquilo, aunque por el ligero fruncir de cejas, al parecer lo único que intentaba era soportarlo.

Estaba a punto de terminar mi impecable trabajo, cuando una mano salida de la nada se estrelló contra mi cara.

Aturdido y furioso, me giré para ver quien había sido el atrevido y vi a mi hermano a medio levantar y el brazo justo cerca de mi rostro.

Sentí que toda la ira se acumulaba en mi y gruñendo su nombre, empuñe la mano dispuesto a darle una lección ¡Cómo se atrevía! Wuxian rápidamente se sentó hablando muy nervioso y sacudiendo las manos, pero cuando casi le parto la nariz, escuchamos una imprecación del otro lado.

- ¡MALDITO ENANO DEL DEMONIO COMO TE ATREVES! 

- ¡Lo siento lo siento lo siento lo siento!

El pequeño Nie estaba cubriéndose con ambas manos, mientras Zixuan estaba de pie gritándole a todo pulmón con la mejilla izquierda roja y media clase se moría de risa.

Me senté de nuevo, frotándome la mejilla que ardía, maldito Wei Wuxian, voy a golpearlo cuando todo esto termine.

Seguimos haciendo nuestro trabajo y todo estaba mas tranquilo, al menos eso creí antes de ver nuevamente a mi hermano en una ardua lucha contra los infelices visitantes que, al parecer, se habían colado por las ventanas.

Me sentía importante, al menos porque estaba inmune o eso pensaba. Sentí un piquete en el cuello y rápidamente di un manotazo en lo que creí era mi nuca. Grave error, mi mano, en vez de llegar a mi cuello, se estrelló a medio camino con la nariz de Wuxian.

No hace falta decir la risa que me atacó cuando vi su nariz sumamente roja.

- ¡Shidi! ¡Eres cruel! 

- ¡Mas respeto vago insolente! 

En plena discusión, Wuxian me tiró una bola de papel, yo la esquivé y el proyectil pasó por mi hombro. De pronto escuchamos un sonido y el silencio invadió la habitación.

Wei Wuxian parecía estar sorprendido, antes de estallar en carcajadas. 

Resulta que el inofensivo proyectil fue a chocar contra la frente de Lan Wanji y al tener aún tinta fresca, le dejó una mancha en medio. Claro, no solo era una mala imitación de la secta Lanling, sino que además me entró un inevitable ataque de risa.

Y no solo a mi, por desgracia a toda la clase.

No hace falta decir que aparte de las orejas rojas, la mirada del segundo jade gritaba a los cuatro vientos en cuantos pedacitos nos iba a cortar.

- Wei Wuxian.... 

El pincel que tenía en la mano se partió en dos. Yo creo que si las miradas mataran, mi hermano ya hace tiempo estaría bajo tierra.

Terminamos todos en el pabellón copiando 30 veces las reglas de ética, comportamiento y disciplina.

... Y todo por un maldito mosquito.

- Jiang -


El Diario de Jiang ChengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora