Día 22 Año Meihan

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Estúpido Diario: 

Aún me sigo preguntando como demonios es que les termino siguiendo el juego a estos idiotas...

Es... estúpido lo que se les ocurre a cada momento. Y no entiendo como diablos es que siguen vivos ¡Y jamás los castigan! 

Pues bien, en resumen el juego consistía en que no pudieras hablar por un día o te tenían que abofetear. Claro, entre mas hablaras, mas golpes te caían. Si terminabas como una puta manzana, era tu propia culpa.

Y como siempre, los jugadores... ya los conoces. 

Yo sinceramente no participé. No soy tan idiota para terminar con la cara como una calabaza conociéndome... asi que convencí a mi hermano, de que yo sería el vigía del juego (¿Sabes el placer que se siente, ser el que los acuse y ver que se abofeteen? )

 Digamos que transcurrió el día entre bofetadas, maldiciones, mas bofetadas, risas, bofetadas... los golpes eran el pan del día. Y si no te miraban raro, como mínimo se reían. 

Estábamos en clase, cuando ocurrió lo que creo, fue lo mas divertido e inusual del día. 

¡Oh no me jodas! Yo no soy el malo de la historia. Te juro que yo solo dije que estaban hablando nada mas... lo que les pasó después no fue mi problema. 

Qiren nos mandó a leer cierto manual en silencio, asi que iban a ser los 22 minutos mas aburridos de lectura. Se que si me quejo, me irá mal, asi que me quede callado. Llevaba creo tres o cuatro páginas, cuando escucho que a mi lado Wei Yin le susurra a Huaisang.

De primera mano no dije nada, pero dado que el susurro perduraba, tranquilamente me giré y dije "Ustedes dos, están hablando."  Creo que por sus caras ya sabían lo que les esperaba. No obstante, no me había percatado de dos pequeños detalles: en primer lugar, el maestro había salido y en segundo lugar, había dejado al segundo jade a cargo. En cuanto me di la vuelta para seguir con las lecturas, escuché el sonido de una cachetada, el quejido de Wei Yin y el grito de horror de Huaisang. 

Instantáneamente me di la vuelta de nuevo y la escena que se presentó a mis ojos, estaba como para morirse de la risa: Wei Yin tenía la huella roja de una mano en la mejilla, parecía a punto de llorar. Huaisang se había tirado para atrás asustado y la espada Bichen estaba frente a su rostro, flotando. No hace falta decir el rostro oscuro que tenía el Lan en ese momento. 

Y claro, para rematar tal alboroto, justo estaba pasando frente a la puerta el primer jade hablando con uno de los discípulos mayores, en realidad un guardia, quien al ver la escena, se congeló de inmediato mirando el asunto con cierto asombro.

¡TE JURO POR EL NOMBRE DE LOS 77 DIOSES MARCIALES QUE CASI ME MUERO DE RISA! 

Pero como no quería entrar en el ajo, hice todo lo posible por no reírme. Zewujun entró de inmediato y no se que habrá hecho, pero Bichen regresó de inmediato a su vaina como un niño regañado. El segundo Lan, Wei Yin y Huaisang fueron llamados aparte. Me salvé al menos, porque no supieron explicar el juego y por lo tanto no me nombraron.

Por la tarde, en el descanso no los vi. Bueno, si los vi y fué sumamente extraño la verdad. Los tres supongo que fueron castigados o algo parecido, porque estaban de rodillas en el prado, sosteniendo algo con sus cabezas mientras intentaban escribir sin perder el equilibrio. La verdad me resultó gracioso. No todos los días ves a un Lan castigado. 

Y si me preguntan, yo simplemente fui el obediente discípulo que cumplió con su deber de guerra.  Por fortuna... no tuve cargo de conciencia ¡Jajajaja! 

- Jiang -

El Diario de Jiang ChengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora