''Mientras el sol salga todos los días, sabré que estás conmigo.''
Sakura nunca se ha sentido conforme con su vida, y Sasuke nunca se ha sentido feliz con la suya.
Dos jóvenes cuyas vidas están repletas de desgracias intentan seguir adelante para d...
«Amada mía, desde que me miraste mi corazón te pertenece. Es tuyo desde que lo envolviste entre los hilos de tu collar.»
—Cantares 4:9.
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Ya era viernes, inicio del fin de semana, el día en que Hinata pensaba dejarme plantada con tal de ir a una cita con Naruto, y el día en que esperaba poder encontrarme con Sasuke para poder empezar con mi plan de comenzar una amistad con él.
Y ahora que lo pensaba, quizá me estaba obsecionando demasiado con Sasuke, digo, sigo sin conocerlo verdaramente, pero cuando tengo una idea metida en la cabeza difícilmente puedo sacarla, esta vez no es la excepción; Hasta el momento, la única persona que sabe sobre esto, es Naruto por claras razones, me prometió no decir nada y confío en él, por otro lado, aún no estoy del todo segura de sí decirle o no a Hinata, ella aunque no suele ser muy prejuiciosa puede llegar a preocuparse mucho por mi y no la culpo, pero buscaría cualquier motivo para desconfiar de Sasuke y cada una de sus acciones por más mínimas que sean, por ahora, trataré de no decirle nada.
No obstante, por más que intento buscar a Sasuke a lo largo de los pasillos del instituto Blake, no lo encuentro, he tratado incluso entrar dentro de algunas aulas de clases disimulando que ha sido una equivocación, y aún así, no aparece. Llego a conciderar que todo se pudo tratar de una broma por parte de Naruto y Hinata y que Sasuke en realidad no estudia en Blake, pero Hinata jamás me haría una broma, ella no es así.
Claramente la única opción que me quedaba para encontrar a Sasuke antes de que la campana anunciando la próxima clase resonara por cada uno de los rincones del instituto era pensar como él. Sí fuera Sasuke ¿Donde estaría? ¿trabajando en la cafetería? ¿en el metro? ¿fumando un porro en alguna esquina alejado de la mirada de los profesores?
¡Eso es!
Dios mio, espero que estos estereotipos del chico mala influencia sean ciertos.
Tras una rápida parada tomando las cosas que iba a necesitar de mi casillero, me largué casi corriendo hasta la cancha de fútbol, para mas precisamente, dirigirme a la parte trasera de las gradas.
Estaba al aire libre, la brisa chocaba contra mi cara moviendo ligeramente mi cabello recogido en una coleta alta, y alzaba involuntariamente mi falda por lo que debía estar bajándola con constancia para evitar que se viera más de lo debido. Me empezó a incomodar el hecho de haber llevado falda ese día, pero en mi defensa, se suponía que me encontraría en el interior del instituto y no por detrás de las gradas de la cancha de fútbol.
Tal y como supuse, estaba Sasuke con la espalda apoyada contra uno de los postes metálicos que sostenían las gradas, dando una calada a su cigarrillo antes de soltar una pequeña nube de color gris; no tarda en percatarse de mi presencia dándome una mirada de fastidio y luego tratando ignorarme. Aún así, me acerco lo suficiente procurando mantenerme a una distancia prudente.
