🌿Capítulo 28🌿

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''Me gustaria dejarme llevar, hacer y decir ciertas cosas, pero siempre me contengo, creo que buena parte de mi tiene miedo''

Yo, Simon Homosapiens.

En ese entonces tenía nueve años y Sasori trece, él había regresado a vivir con su mamá y apenas podía verlo cada que papá lo permitía

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En ese entonces tenía nueve años y Sasori trece, él había regresado a vivir con su mamá y apenas podía verlo cada que papá lo permitía.

Las peleas entre mis padres seguían siendo una constante nada agradable pero con la que había aprendido a vivir, ya estaba familiarizada con encontrar a mi madre tomando sin importarle mi presencia y a mi padre saliendo por largas horas de casa fingiendo ir al trabajo, la única manera de distraerme era viendo la televisión, yendo a jugar con Hinata o paseando en bicicleta por el vecindario, aunque esto último no era tan frecuente pues mi madre a pesar de todo no quería criar a una ''niña de calle'', motivo por el cual mi interacción con los vecinos era casi nula.

Caí en un pequeño episodio de depresión infantil, lo que mis padres supieron al instante y que al menos uno de ellos intentó arreglar.

Sí han suficiente prestando atención hasta este punto, podrían deducir que no celebro Halloween, mi madre me decía que estaba relacionada con la brujería lo que iba muy en contra de nuestras creencias, por supuesto que yo no le prestaba mucha atención a eso porque no entendía como disfrazarme y pedir dulces podría ser algo malo, vamos, me gustaban los disfraces y nunca podía faltar el inepto que me preguntara porqué era tan aburrida. Sin embargo, se dio una excepción ese año, mi madre tenía que pasar la noche en la clínica acompañando a mi prima Shizune, quien desde pequeña ha tenido complicaciones médicas, y mi padre tuvo una ''brillante'' idea que nos incluía a mi hermano y a mí.

Solo que no lo dijo directamente fue más como...

—¿Qué. Es. Eso? —preguntó una pequeña Sakura perpleja.

Papá, ignorando mi reacción, continuó sonriendo.

—Esto corazón, es un disfraz de brujita, pensé que lo necesitarías sí querías salir a pedir dulces.

—¿De brujita? No me gustan las brujas, son feas, son verdes y tienen marrugas.

—Es verrugas, hija.

—A mamá no le va a gustar.

Aunque admitía que internamente me emocionaba demasiado la idea, sobretodo porque lo sentía como algo prohibido, era muy obediente y me costaba salirme del margen, si mamá decía no, era no. Por ello me costaba tanto dejarme llevar.

Papá comprendía, pero aún así se negaba a que su hija siguiera pasándola triste y sola, quería que yo por esa noche pudiera salir a disfrutar.

—Mamá no tiene porqué enterarse... —Abrí mis ojos sorprendida por la revelación, sumamente tentada—, además, podrás pedir dulces con Sasori.

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