''Mientras el sol salga todos los días, sabré que estás conmigo.''
Sakura nunca se ha sentido conforme con su vida, y Sasuke nunca se ha sentido feliz con la suya.
Dos jóvenes cuyas vidas están repletas de desgracias intentan seguir adelante para d...
''Cada quien vive la historia que quiere vivir, y construye la historia que desea tener.''
—Darlis Stefany
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Sinceramente, no tengo mucha experiencia con el mundo, he vivido prácticamente aislada en mi casa saliendo cuando mi madre me lo permite con Hinata o Naruto, quizá he ido a un par de fiestas de chicos de mi curso, pero siempre me mantenía bromeando con ambos deseando no llamar la atención, sobretodo del sexo masculino.
En una ocasión le llegué a mencionar a Sasuke que todas las mujeres deseábamos enamorarnos, tal vez me equivoque en generalizar, pero, yo soy de ese escaso porcentaje. La idea de encontrar a alguien que me complemente, que encaje perfectamente conmigo, que me ame con todo y mis defectos y yo poder amarlo con la misma fuerza, era algo que me parecía tan maravilloso... Y lamentablemente aterrador.
No sé, tal vez no me acostumbré a las muestras de afecto, mi madre no era nuy abierta con sus sentimientos hacia mi papá como para saber que reacción tener ante los más mínimos detalles, y él tampoco era un romántico empedernido con ella, parecía más una relación profesional que se mantenía debido a la monotonía; si, he leído cientos de libros y visto millones de peliculas de romance, y he tenido la misma reacción que la mayoría de chicas de mi edad, pero eso no significa que sea una jodida experta en el área, no sé cómo expresar mis sentimientos y mucho menos como demostrarlos con regalos y chucherías, por ende, muy pocas veces me he dado la libertad de coquetear con alguien y esperado que vaya más allá de una conversación casual y un beso corto, y vamos, ningún chico estaba listo como para soportar mi sequedad y enseñarme a querer.
Por eso jamás pensé que un día común y corriente, un chico se me fuera a acercar con otras intensiones; y si, es precisamente eso lo que pienso relatar.
Durante la clase de literatura recuerdo haber sentido como alguien me observaba fijamente con cierto descaro. De no ser por mi atención a la profesora, me habría girado para enfrentar a la persona que se haya tomado tal atrevimiento, pero no lo hice, más bien dejé todo en observar de soslayo y poder divisar solamente una cabellera negra un par de asientos más atrás. La clase terminó y el chico pareció abandonar el aula primero, por lo qué, no me esforcé en buscarlo, guardé en mi bolso mis pertenencias y abandoné el aula quedando con la intriga respecto al pelinegro de identidad desconocida.
Claro qué, la intriga no me duró mucho, inmediato abandoné el aula un chico empezó a caminar a mi lado con un audífono en uno de sus oídos, podía escuchar por lo bajo la melodía de una canción de Imagine Dragons. No disimulo al mirarlo con un ceño ligeramente fruncido y el desconcierto palpable junto con el gran interés que guardaba. Él hace una mueca.
—Sai, estudiamos juntos desde inicio de este año escolar. —Contestó para aclararme aquello. Yo asentí; realmente no conocía a la mayoría de mis compañeros, eso estaba más que claro, supongo que eso era debido a mi poca capacidad para socializar en un entorno donde debía mantenerme fija en el objetivo, o sea, aprobar las materias—, me fue inevitable no fijarme en ti, lamento si te incomodó.
