''Mientras el sol salga todos los días, sabré que estás conmigo.''
Sakura nunca se ha sentido conforme con su vida, y Sasuke nunca se ha sentido feliz con la suya.
Dos jóvenes cuyas vidas están repletas de desgracias intentan seguir adelante para d...
''He luchado en vano, ya no puedo más. Soy incapaz de contener mis sentimientos. Permítame que le diga que la admito y amo apasionadamente. ''
—Orgullo y Prejuicio - Jane Austen
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Debía admitirlo, Sai se había lucido. Para ser mi primera cita, no era una cena lujosa en un restaurante cinco estrellas, ni mucho menos un paseo por algún lugar turístico e interesante de la ciudad, se trataba de un almuerzo tranquilo en una cafetería, un lindo local con muchas plantas, estábamos al aire libre y ahora tomábamos un café. Primero fuimos al cine, pero prefiero destacar esto. Me gustaba mucho el café, eso no era ningún secreto pero tomarlo caliente era el problema, si, reconozco que así es como se toma dicha bebida pero nunca he sido fanática de las bebidas calientes. Aún así no quise parecer grosera y acepté gustosa sin proferir queja alguna o hacer una mueca, café era café donde sea que vaya.
Sai me contaba mucho de él, de la misma forma en que yo hablaba de mi, era muy entretenido todo pero no me atrevería a decir romántico. A fin de cuentas, conozco sus intenciones conmigo, pero presentía que lo más seguro es que fuéramos a terminar siendo simplemente amigos.
—¿Has pensado en hacer una audición como para trabajar como una bailarina más profesional? Por lo que me dices debes tener mucho potencial que puede ser bien aprovechado. —Alegó elevando su taza de café para dar un sorbo.
—Lo he pensado mucho al igual que mi mamá, pero a decir verdad, no me veo como una bailarina profesional.
—¿Y como qué te ves?
—No lo sé... —di un pequeño sorbo—, hace un tiempo estaba segura de lo qué quería, pero ahora... No quiero pensar tanto en el futuro, ya veré.
—Ya veo...
Sai era muy agradable, quizá un poco directo en ocasiones, pero eso no cambiaba nada. Me daba cosita de cierto modo pues ya daba por seguro que no llegaríamos a nada y apenas él estaba buscando iniciar algo. ¿Quien sabe? Quizá el destino sea bueno y ledé una chica que si tenga auténtico interés por él.
Pero ¿cuántas probabilidades hay de que eso suceda ahora?
Antes de terminar el hilo de mis pensamientos, escucho una voz a mis espaldas gritando mi nombre, me giro reconociendo a la persona y ambas sonreímos antes de saludarnos con un corto abrazo.
Ino, quien por lo visto no estaba trabajando, llevaba zapatos deportivos, shorts de jean, una blusa floreada de tirantes que dejaba parte de su abdomen al aire. Dios, Ino era demasiado sexy, la envidia de cualquier chica sin dudarlo. Ella se detiene junto a nosotros luego de saludarme y alterna la vista entre Sai y yo sin borrar su sonrisa. Aunque era del tipo de chica que amaba retocar su rostro con excesivo maquillaje, —yo sabía que no lo necesitaba, pues con él o sin él era muy linda—, en esa ocasión estaba al natural, con no más que delineado, algo de rubor y brillo labial.
