13(Viles Mentiras)

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Nadie en Particular

La colilla del cigarrillo estaba encendida, y era lo único que brillaba en medio de la oscuridad de aquel callejón. La espera parecía eterna, pero era algo de lo que se despreocupaba.

O eso era lo que pensaba Harry, antes de dejar ir el humo de entre sus labios con el rostro alzado; repitió la acción un par de veces, justo a tiempo de escuchar unos pasos en su dirección, pisando los charcos provocados por la torrencial lluvia que había ocurrido más temprano, y que no se había evaporado por el frío y nublado clima que se cernía sobre Defforms.

—Perdón la impuntualidad —La otra voz hizo eco por el silencioso lugar, de manera que Harry despegó su espalda de la pared y se acercó hasta la otra persona que había llegado, la cual se removía en su lugar a causa de los nervios.

Restándole importancia, se acercó y extendió la mano—, ¿Trajiste lo que te pedí?

—Cla...claro —tartamudeó, asintiendo. Buscó en su mochila lo pedido, y se lo entregó con los labios fruncidos—, fue lo que encontré esta vez.

Harry asintió, desenvolviendo el empaque. Miró el contenido con ojos entornados, antes de dejar ir un suspiro y buscar en su bolsillo una paca de dinero bastante considerable.

—Esto es para que guardes silencio —le dijo, depositando los billetes sobre su mano—, y por otro favor más.

— ¿Cómo cuál?

Desvió los ojos, mordiendo su labio con duda. Dejó ir un suspiro enternecido, sacudiendo la cabeza en el proceso.

—Ayúdame con algo más.

— ¿A cambio de dinero?

—Sí.

—Entonces, ¿Qué debo hacer?

Harry soltó el cigarrillo, para luego pisarlo y cruzar la mirada con la otra persona que le hacía compañía.

—Miente por mí.

[XXX]

Euri

Lilianne me extiende una hoja para que la firme, por lo que la tomo con una sonrisa en los labios, con el único propósito de hacerla irritar. Una vez firmado el documento, me coloco de pie al igual que ella. Hay leve satisfacción en su rostro porque ya me voy sin haber ocasionado una de las "mías", pero yo me siento más llena aún.

Me acerco cuando ella lo hace, sin rechazarla. De forma hipócrita, beso su mejilla, pero no me alejo, por el contrario sonrío junto a su oreja y dejo escapar un leve suspiro.

—Sé que me vas a extrañar —Susurro, rodando los ojos—, pero yo a ti no, ni un poco —suelto una risita, alejándome por fin.

—No te voy a extrañar ni un poco, Euri. Eso puedes asegurarlo.

—Quizás no —me encojo de hombros—, pero sé que me vas a recordar constantemente.

Lilianne suelta un profundo suspiro.

—Eres una inmadura.

—Y tú una atrevida —me rio—, bien guardado tenías eso de acostarte con algunos de los enfermeros. Pensé que sólo golpeabas, pero nunca que te golpearan a ti durante el sexo.

La Doctora Martínez alza la mano, con un ademán claro de golpearme, pero cuando se detiene, yo alzo el mentón con una sonrisa bastante superficial.

—Sí... —la miro de arriba abajo, con discriminación—, eres tan tú.

—Te vas arrepentir de todo.

The House of Sex: Atrápame si puedesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora