27(Mi Familia)

759 109 14
                                    

Mateo

Jessica se sienta a mi lado en la mesa, yo lo hago al lado de Nicole, que se remueve nerviosa y temblando, y sonrío.

Como que te he asustado bastante, hermanita traicionera.

Ella nota mis ojos sobre sí, pero por nada del mundo se gira hacia mí. En cambio, le da una mirada de auxilio a Jared, el cual se inclina para tomar un pedazo de pan. Me mira a mí y luego a su hermanita, y niega con la cabeza. Levantándose, lo veo rodear la mesa y le pide a Nicole que le cambie de sitio. Ella lo hace sin dudar ni un segundo, cosa que me causa risa, pero la oculto al beber de mi copa un poco de Champán.

Moët Chandon Rosado. Una exquisitez.

Miro como mis demás hermanos se ubican, pero reparo en que el asiento de Harry está vacío y me cuestiono por qué sería eso, después de todo, el amor devoto de madre va a su causa. Miro a Jessica, ella también nota lo que miro. Saber que mi hermano Harry ha estado sospechoso últimamente con la Polilla, me causa risa. Mucha risa.

Nicole cedió, lo hizo y aunque parece que se la tragó la tierra para el resto, está aquí, justo frente a mí con su tembloroso cuerpo. Teme que le haga algo malo y hace bien en creerlo así. Pero de hacer algo como eso, Madre no me perdonaría. Para ella, todos somos sus enfermos mentales...

Pero su favorito es Harry, siempre ha sido Harry.

Cuando la dichosa mujer entra por las puertas del comedor con su rostro enseriado, cada uno de nosotros nos ponemos de pie y, para mí mal gusto, le brindamos una reverencia. Su cabello, tan perfectamente arreglado en una coleta alta —Como las dos hermanas que aún me quedan—, apresa cada mechón sin darle fuga. Se sienta a la cabeza de la mesa y alza la mirada. Sus impactantes ojos azules chocan con los míos, y me incomodo.

Esta mujer es peor que nosotros juntos.

— Mateo. Bendice los alimentos, por favor —Me pide. Y quiero negarme, incluso reprimo mi burla, pero lo hago. Bendigo los alimentos como Madre lo pide y luego comenzamos a comer. Noto a Jessica nerviosa, y, por debajo de la mesa, apreso su mano en la mía y le doy un firme apretón.

No tiene por qué temer, Madre no hará nada malo está noche. Al menos no contra nosotros.

Y lo confirmo, cuando al alzar la mirada, frunce el ceño y cuestiona:

— ¿En dónde está Harry? —Nadie responde, Bruce suspira, ocultando su tembloroso cuerpo, pero ella no está satisfecha y, golpeando certeramente el cuchillo contra la mesa, dice, sin perder la compostura—, ¿Dónde está su hermano?

Cada uno nos miramos el rostro, es así mientras permanecemos en silencio. Le tememos a Madre, hasta yo y Harry le tememos, pero siendo valiente, abro la boca y hablo:

—Si me permite decir, Madre —La clase, ella, ante todo, pide clase, siempre—, Harry desobedeció sus órdenes al faltar esta cena.

—Eso lo noto perfectamente, Mateo —Suelta, apretando el puente de su nariz—, lo que no entiendo, es por qué.

Miro a Jessica, es su momento. Ella lo hace, se acomoda la falda de su vestido y le pasa su teléfono con cuidado por la mesa, en donde se reproduce el vídeo: Harry hablando con Euri de una manera que parece sospechosa.

—Creemos que Harry atenta contra usted —hablo, mirando a mi hermana que sostiene el teléfono mientras la mujer mira— hay posibilidades de que...

— ¿Por qué haces esto, Mateo? —Alzo mi mirada de golpe hacia Jared, que me mira con los ojos entornados—, ¿Harry? ¿El respetadísimo Harry con intenciones de traición?

The House of Sex: Atrápame si puedesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora