31(Shock)

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Euri

Sabía que Kail aguardaba en silencio mi respuesta, incluso podía ver en su rostro reflejado la incertidumbre, pero, siendo sincera conmigo misma, en mi mente sólo habitaba la respuesta negativa. Un rotundo no que parecía intensificarse o el tiempo. Y aun así, me mordía la lengua y no respondía.

Miro a mis espaldas, en donde Harry esperaba por mí con un cigarro en sus labios, antes de mirar a Kail con una mueca en mi rostro.

¿Respuestas o más mentiras?, aunque el problema no estaba en quién iba a dármelas, sino el cómo sería la manera.

—Kail... —mi voz fue baja cuando abrí la boca, respondiendo—, yo no sé si deba...

—Me lo debes —interrumpe, apretando con fuerza sus manos sobre el volante—. Me lo debes, Euri.

Efectúe una segunda mueca, ésta, sin embargo, cargada de molestia.

—Y tú me debes respuestas, pero te limitas a mentirme cada dos por tres —me alejo del auto, negando—, no pienso ir contigo.

—Euri...

No, Kail —niego—, esta vez no.

— ¿Confías en él? —Lo observo bajar del auto, dando un portazo brusco y acercarse a mí sin más, sus pasos fuertes y firmes se afincaron sobre las pequeñas piedras regadas en el suelo—. Dile, Harry, anda.

El susodicho despegó su espalda de la pared, por lo que giré a mirarlo con el ceño fruncido. Con su bota pisó la colilla de cigarro, antes de girar sus ojos en ademán dramático. Me tomó por un brazo, antes de colocarme detrás de él.

¿Qué diablos estaba pasando exactamente?

—Kail, no es momento.

— ¡Maldición, Harry! —Gruñe Kail, golpeando con su puño el capó del auto—. Estoy sacrificando hasta el culo por ti, ¿y no puedes decirle la verdad?

— ¿Qué verdad? —salgo detrás, con las cejas fruncidas. Harry sólo se limitó a suspirar, llevando su mano al puente de su nariz.

—Estás siendo impulsivo, Kail —Dice, pasando de mí por completo—. Decirle porque...

— ¡Quieres a mi chica!

Me quedo de piedra.

—No, Kail. No la "quiero" —el susodicho dio un paso al frente, pero Harry ni se inmutó—, la necesito, qué es diferente.

— ¡Te dije que la mantuvieras alejada de esto, te lo dije, joder!

—Y yo te dije que ella es pieza clave. Y Euri aceptó. No puedes cambiarlo, incluso es un Pichón.

Los ojos de Kail se giraron a mirarme, dio dos zancadas hacia mí y se detuvo muy cerca, incluso tuve que alzar la cara para mirarlo. Había un revoltijo de emociones en su rostro, pero predominaba el miedo en su mirada.

— ¿Es cierto? —Pregunta, en voz baja—. Eres una...

—No sé en dónde me metí —Respondo desconcertada, porque mentira no es, y aunque ya sentía el peso del arrepentido sobre mis hombros, sabía que, después de todo, no podía hacer nada más para evitarlo.

— ¿Por qué lo hiciste? —acusó. Hago ademán de responder, pero luego me doy cuenta que no es a mí a quien se dirige, sino a Harry, porque golpea su pecho con ambas manos y lo empuja hacia atrás—, eso no era parte del plan.

— ¿Y qué querías que hiciera, Kail?—Responde—, ya sabían de ella, quizás ésta misma noche hablaron de mí porque falté a la bendita cena. Pero te digo, de una vez, que dejes de fingir.

The House of Sex: Atrápame si puedesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora