32(Decisión)

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Al día siguiente Kail llega temprano, y cuando Harry le abre la puerta y le permite pasar, aunque no me mira fijamente, noto el atisbo de vergüenza y culpa. Suspiro, volviendo la mirada hacia Chico, que clama mi atención para que le sobe la panza. Lo hago, aunque consciente del incómodo silencio que se posa entre nosotros desde que él entra por la puerta.

Muerdo mi labio cuando él me saluda y se coloca frente a mí en el sofá, Harry, en cambio, se sienta en otro sofá y yo decido permanecer en el suelo y seguir sobando a Chico, a manera de distraerme y liberar mis nervios.

Hacía ya una hora desde que desperté y desayuné, pero no me atreví a hablar con Harry y sonsacar una que otra información. Decidí permanecer en completo silencio e invertí mi tiempo en distraerme con Chico y tomar una ducha caliente.

—Euri —alzo la cabeza cuando Harry me llama, por lo que centro mi atención en él sin quiera voltear a ver a su mejor amigo. Noto como mira de reojo a Kail, pero yo, como buena cobarde, decido que es mejor tener mi atención puesta en el animal.

—Yo... —muerdo mi labio—, puedes hablar, Kail.

El susodicho rasca su nuca cuando lo veo, al tiempo de mostrarse un tanto desorientado por la situación. Pero asiente, se echa hacia al frente y entrelaza sus dedos. Sus ojos grises atrapan los míos y me entra nervio, pero decido no desviar la mirada.

—El... reto Drógala —comienza—, se basa en escoger a personas fuera del grupo para "obligarlos" a tener relaciones, como ya mencioné. El propósito es que no recuerden nada, si es así, cumples el reto. Yo acepté el reto, porque sabía que de no hacerlo, otro tomaría mi lugar. —Sé encoje de hombros, con una mueca en los labios—, sé que es horrible, lo sé, pero debía tomar el reto. —Cierro mis ojos, suspirando. No me gusta lo que escucho, pero no por nada dicen que la verdad duele—. Siento mucho eso, Euri.

Asiento levemente con la cabeza, aceptando de manera breve sus disculpas.

—Está bien —acaricio el pelaje del canino, para disimular el temblor de mis manos—. ¿Me cuentas lo demás?

—La otra chica murió porque no acepté —continúa, mirando de reojo a Harry, que permanece en silencio—, era la mejor amiga de mi hermana. Tenía una obsesión conmigo, Mateo lo supo y... pues eso.

— ¿Por qué permites que te pisotee así? —Comento con molestia—, ¿Por qué?

—Por mi hermana.

—Pues me vas a disculpar, pero ella está lo bastante grandecita como para saber en dónde se mete —sé que sueno brusca, pero quién tiene rabo de paja que no se acerque a la candela—. Así que me parece injusto. Injusto, Kail. Entiendo que te sacrifiques por ella de esa manera porque es tu sangre y... supongo que es esto de responsabilidad de hermano mayor, pero... ¿Estás siendo consciente de todo esto?

Su mirada es turbia cuando me mira, incluso parece molesta, pero más estoy yo por las actitudes infantiles de su hermana y de las jugarretas sucias de Mateo.

—Te ayudaré a salir. Ya es tiempo.

—No es tan fácil.

— ¿Cuál es el problema?

—Mateo es el problema —Harry se echa hacia delante, para acariciar el hocico de su perro con mimo—. Sí lo buscas, lo encuentras, si lo provocas no se tienta.

Los miro a los dos, buscando la respuesta para entender si Harry aún no ha confesado lo de que Mateo fuera el asesino a Kail, incluso, me gustaría saber qué es lo que en realidad sabe Kail del asunto. Pero, por la mirada que me lanza el primero, me atrevo a pensar que no es momento para decir nada. Que es mejor ocultar ese detalle tan importante. Y es extraño, porque yo soy a la que le ocultan las verdades, mas no la que guarda los secretos.

The House of Sex: Atrápame si puedesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora