17(Es igual a Magia)

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Kail

Mi cabeza se alza de golpe al escuchar el nombre de Euri ser pronunciado justo tiempo después de que la ruleta haya girado, pero eso no es lo que me sorprende, lo que me deja patidifuso, es el hecho de que mi nombre le siga al suyo. Es por eso, que mientras camino en dirección al escenario en dónde ella ya se encuentra, aún no digiero el asunto.

—Bien, vayan a una habitación, por favor —Nos pide Aarón, rodando los ojos. La pequeña mano de Euri se encuentra con la mía, y me veo a mí mismo reprimiendo un suspiro antes de indicarle que es momento de avanzar.

Al subir las escaleras, no puedo evitar pensar que se está repitiendo lo sucedido anteriormente, pero esta vez, sí va a pasar.

Y todos van a mirar ése momento.

—Me parece absurdo todo esto que hacen —Musita, tan bajo que apenas logro escucharla. La miro sobre mi hombro, mientras subimos las escaleras—, y me parece aún más que suelo ser yo la víctima de este tipo de cosas.

—Sí mal no recuerdo fui yo el de la última vez —Respondo, sintiendo su palma sudar contra la mía mientras abro la puerta de la habitación. Duda en entrar, pero al final lo hace—, es entretenido saber que en todo el tiempo que llevo acá, esté más activo que nunca.

—Creo que Jessica-barra-perra, es la que está con esto —Hay irritación en su voz, más cuando mira hacia la cámara que hay en la esquina—, detesto este sitio.

Suelto un suspiro, antes de acercarme hasta ella por atrás y acariciar su brazo, la siento estremecer y no puedo contener la sonrisa que se forma en mis labios.

—No me gusta que esté sucediendo de esta manera —Le digo al oído, con la voz bastante baja para que sólo ella logre captarlo—, pero tampoco me detendré.

—No puedes hacerlo —niega—, no si no quieres sufrir otro castigo.

De forma suave, acaricio su vientre bajo la camisa, tomándome ese atrevimiento sin haberle pedido permiso. Su cabeza se reposa en mi hombro, y la miro a los ojos.

La amo.

La giro para tenerla frente a frente, antes de inclinarme y, acariciando sus mejillas, dejar caer mis labios sobre los suyos.

Euri

Algunos dicen, que amar es el sentimiento más bonito creado en la historia, otros, llevan esas palabras hacia un mar de tortura, plagado de desgracias de principio a fin, con la promesa de un sufrimiento eterno que no tiene vuelta atrás; que sólo está lleno de futuras lágrimas.

Y, aunque siento que estoy gritando, no puedo contener mis ganas de llorar.

Es injusto no amar, pero es más injusto amar y no poder hacerlo.

Los labios de Kail son suaves, su boca me sabe a dulce y sus movimientos hacen que mis piernas tiemblen. La presión que aplica va en incremento hasta casi volverse desesperado, junto con las caricias que esparce con su palma abierta sobre mis brazos, hasta afianzarse en mi cintura bajo la camisa y alzarme un poco. Mis pies regresan al suelo luego de haberme dejado allí, y logro sentir su frente contra la mía. Nuestras respiraciones son erráticas, distan mucho de ser un ritmo normal. Pero todo es por lo que vamos hacer, me pone de los nervios.

Porque lo vamos a hacer, ¿no?

—Kail... —su nombre escapa de mis labios sin poder evitarlo, y parece que eso le gusta, porque toma de toda su fuerza para alzarme y dejarme caer sobre la cama. Sus besos bajan hasta mi cuello, y estoy echando la cabeza hacia atrás cuando pasa su lengua hasta mi mentón, mientras que con sus manos, me hace rodar los ojos.

The House of Sex: Atrápame si puedesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora