Suspiro y se me escapa un gemido mezclado con un gruñido. El también respira pesadamente mientras su mano se desliza hacia detrás de mi espalda. Me sonrojo ante su cercanía y me recuerdo que esto es solo un juego. Una manera de pasar el rato.
-esta posición es muy difícil.
-es twister, todas las posiciones son difíciles.
-puff, y yo que pensaba que en el futuro habría coches volando y resulta que inventan un juego para que se te rompa un brazo.
- o dos, depende del color.
Me dejo caer en el suelo y Bucky hace lo mismo a mi lado.
Bucky lleva dos años viviendo conmigo. Nadie sabe que se esconde en mi apartamento, bueno, nadie salvo Steve. Es un secreto que compartimos los dos.
-¿una hamburguesa? - backy habla con su voz ronca, lo que me causa que un escalofrío.
-invito yo- levanto la mano ofreciendome y empezamos a recoger el juego.
-recuerdame porque jugamos a esto.
-no me acuerdo, solo se que tengo una contractura.
Estiro mi espalda y él estira sus manos hasta masajear mi espalda adolorida.
-oh si, sigue así.
-¿te das cuenta de que eso ha sonada muy erótico?
-¿te das cuenta que te has vuelto muy coqueto desde que has recuperado tu memoria?
-¿no te gusta?
Pienso un minuto antes de responder. La respuesta podría valer millones, y como toda una provocadora mi instinto me lleva a decir una respuesta que desencadena grandes sensaciones.
-me encanta.
En respuesta, baja su cabeza hasta que sus labios toquen mi cuello. Besos van siendo depositados muy despacio, haciéndose de rogar. Suelto un gemido y sus besos se hacen más mojados y duraderos.
-Bucky
Gruñe y sus manos bajan a mi cintura, las aprieta. Es como si estuviera haciedo el amor con mi cintura, deleitando mi cadera y sus manos. Un tacto gélido sube por mi vientre y antes de que me de cuenta sus manos estan bajo mi camisa y buscando mi pecho.
Desabrocha mi sujetador y al momento en que este cae en mi regazo se me pone la piel de gallina ante su tacto. Sus manos que ya no están frías, si no calientes, me acarician una y otra vez. Mi respiración se agita y se sincroniza con la suya. Al mismo tiempo que quita las manos de mi camisa me lanzo a besarle. No iba a ser la única que disfrutara del momento.
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