A las doce de la noche se oyen unos golpecitos en la ventana, no le pongo atención y continuo mi lectura, pero otros golpes más fuertes me vuelven a interrumpir.
Con un miedo que podría cobrar vida y con el estómago revuelto cojo lo primero que veo para defenderme, una almohada como escudo y una percha como espada.
Me acerco a la ventana y quito el seguro, cuento hasta tres y abro la ventana de golpe.
Grito hasta que no me quede aire y un Pietro confundido grita igual que yo antes de caerse por la sorpresa.
Gruñe ante el dolor de la caída, me apoyo en el alféizar y observo si Pietro sigue vivo.
-¿estás bien?
-si, genial- su voz suena ahogada y sin aire.
-¿qué hacías aquí?
Se levanta y sacude la tierra de su ropa.
-sorprenderte, y al parecer, lo he conseguido.
Antes de que pudiera echarle y decirle que se vaya a casa, Pietro se sitúa delante mía en el alféizar y me besa la mejilla. Abro la boca y la vuelvo a cerrar.
Me giro para sentarme en la cama. Pietro coge mis armas de guerra, la almohada y la percha, y alza una ceja. En respuesta me encojo de hombros y continuo leyendo.
-bonito pijama.
-gracias, es un regalo de Navidad.
Bajo la vista y observo mi pijama de pingüinos, si supiera que Pietro venía me hubiese puesto al más formal.
Me besa el hombro y luego sigue besando mi cuello, para su sorpresa no se lo impido, solamente siguo con mi lectura mientras el besa mi cuello hasta subir a mis megillas y depositar un beso. Una mano se posa en mi megilla y me obliga a mirarle.
Su mirada viaja entre mis ojos y mis labios. Los míos también hacen el mismo viaje y cuando se acercan pongo un dedo en su boca apartandola de mi.
Pietro arruga la frente y se aparta completamente de mi.
-Estoy leyendo.
Suelta un bufido de enfado y desesperación.
-¿es en serio?, subo hasta tu ventana, me caigo, no sin antes pegar el grito de mi vida, me lo curro y esto pasa - deja caer las manos en la cama totalmente derrotado - todo el esfuerzo tirado a la basura, encima que había traído shawarma.
-buena jugada- aparato la mirada del libro para ver su cara sonriente y sus ojos brillantes.
-te conozco bien, nunca das nada si no recibes algo a cambio.
Le miro desconfiada y entorno los ojos.
-¿qué es lo que quieres?
Coge el shawarma que estaba fuera en el alféizar y me pregunto como no la había visto.
-mi hermana está saliendo con un tal, visión, y quiero asegurarme de que es un buen tipo.
Me rio burlandome de sus palabras de hermano protector.
-Visión es la mejor influencia del mundo, no tienes porque preucuparte.
Muerdo el shawarma ante su mirada atónita. Ya se que es lo que está pensando, ¿como podía confiar ciegamente en un hombre que nació prácticamente ayer?
-es creación de tony, un androide- barajeo esas opciones en un intento de hacer que Pietro entienda mi finalidad- es más inocente que Peter.
-creo que hora debería preucuparme por él.
-deberías preucuparte por otra cosa.
-¿él qué?
-mi padre viene a mi habitación, será mejor que eches a correr.
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