Se acerca a mí y va acercándose más, pero muy despacio. Me harto de su juego y lo agarro del traje para atraerlo finalmente cerca mía y juntar nuestros labios. Él libro que tenía en sus manos cae al suelo ante mi atrevimiento y Loki no se molesta en recogerlo.
Son tan suaves, justo como los imaginaba. Al principio es algo torpe pero con el tiempo se hace más profundo y la necesidad de aire se hace presente. Se separa de mi y habla sobre mi boca, rozando sus labios contra los míos.
-realmente necesitaba esto.
Lo único que hago es sonreír y esperar a estar lista para lanzarme otra vez hacia sus labios, que están rosas y un poquito inchados.
Está vez el toma la iniciativa y empieza un beso lento, que calienta y derrite todo mi ser. Es como montar en una montaña rusa, sube y baja de tono. Aveces muy caliente otras apasionado.
Cuando parece que todo llega a su fin me muerde el labio. Rio ante su atrevimiento y me recuerdo la suerte que tengo de tenerle.
Cuando recupero mi espacio personal oigo como algo se mueve y veo a un Thor cabizbajo dandome la espalda dispuesto a marcharse.
-¿sabías que estaba ahí?
Le miro directa, determinada a obtener la verdad. Loki guarda silencio y no me mira.
-loki, dime la verdad.
-sabía que Thor estaba ahí.
-¿y me has besado solo por eso, o ha sido por otra cosa?
Me acomodo en mi asiento esperando su respuesta.
-te he besado porque Thor nos eataba observando, en realidad no siento nada por ti. No estoy interesado en ti.
Dicho esto, recoge el libro del suelo, le quita la tierra de encima, para acto seguido reanudar la lectura.
Le miró incrédula, dolida por sus palabras.
Incapaz de contener mi ira me levanto de un salto y empiezo a caminar dando unas pisadas enérgicas.
-Naomi, espera, Naomi.
Loki grita detrás mía y lo ignoro. El daño que me ha echo es grande y no pienso dejar que se salga con la suya, nunca más.
Limpio mis lágrimas con rabia y Loki agarra mi mano.
Me obliga a darme la vuelta y mirarle a la cara. Y lo hago en un intento de mostrar mi fuerza.
Me vuelve a besar y me resisto en un principio. Pero luego me rindo a un beso lento.
Los segundos pasan y seguimos así, pegados. Hasta que mi cerebro reacciona y me separo bruscamente de él. Recuerdo todo lo que me acaba de decir y de como se aprovecha de mi y le doy una bofetada.
-eres un monstruo.
Escupo esas palabras llenas de veneno y giro para irme y no mirar atrás. Oigo un lo siento a mis espaldas, pero ya es demasiado tarde.
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