Capítulo 14

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—¿Puedes explicarme a qué se referían con eso de "ahijarme"? — pido mientras vamos en el auto.

—Bueno, es como si Lucifer te adoptara.

Me da un vuelco el corazón al escucharlo, obviamente lo intuía, pero deseé que simplemente me estuviera equivocando.

—¿Como si él fuera mi padre?

—Así es.

¿Lucifer mi padre?

No, no, no y no.

Lucifer no puede ser mi padre, aunque sea sólo de nombre, me niego por completo, jamás podría ver a Lucifer como un padre.

—¿Por qué?

—Pues... algunas veces suelen hacer eso, estás bajo su protección y ahora ha decidido "adoptarte", sólo hace falta que sea oficial.

—¿Y cómo sería oficial?

—Supongo que lo hará en la fiesta del siguiente fin de semana, tiene que ser proclamado y punto, serás Ness, la hija de Lucifer.

El título incluso me provoca náuseas, hija de Lucifer.

Nunca.

No sé cómo evitarlo, pero haré lo sea para que se le quite esa retorcida y extraña idea de la cabeza al demonio.

—¿A dónde vamos?

—Pensaba en llevarte a comer algo — contesta —, luego sería divertido ir al bar... si gustas, claro, y si no, podemos ir a dónde tú lo desees.

—Está bien — contesto aceptando el plan —, creo que es hora de desatarse un poco.

—Se ve que eras una niña de casa — comenta sin quitar la vista del camino —, puedo adivinarlo.

—Sí... — acepto recordando esos días en los que aún estaba en la que fue mi casa —, mi padre es de pensamiento un poco conservador, sigue pensando en el recato que las mujeres deben tener y la autoridad inescrutable de los hombres... así que no nos fue demasiado bien, no sé quién sufrió más, las cuatro hermanas o mi padre con cuatro hijas.

—Por lo que entiendo, puedo suponer que tu padre se sintió frustrado de no tener un hijo.

—Lo tuvo — afirmo —, somos cinco, pero supongo que un hombre no nivelaba demasiado las cosas con las cuatro chicas.

—¿No tienes madre?

—La tengo, sin embargo no soportó lo suficiente a mi padre, conoció a alguien más y decidió irse. Quiso llevarnos, pero cinco hijos son demasiados y nosotros lo entendimos, a las dos más chicas se les dificultó demasiado entenderlo y dejar a mi madre, pero los tres grandes hablamos y entendimos las cosas, mi madre merecía ser feliz y libre, y aunque quisiéramos irnos con ella seríamos una carga muy pesada para el inicio de su nueva vida, así que decidimos dejar que se fuera, había posibilidades mayores de que lograra salir adelanta en el tiempo suficiente para que las tres más pequeñas pudieran irse luego con ella.

—¿Eres la más grande?

—Sí, aunque realmente mi hermano y yo somos de la misma edad, yo nací en agosto y él en julio del siguiente año... mi padre siempre dijo quererme demasiado, incluso algunas veces dijo que era su hija favorita... eso se pone en duda tomando en cuenta la forma en la que me vendió, sin embargo siempre ha tenido una preferencia por mí, y a pesar de su pensamiento conservador, respetó la idea sobre el control que tiene el hijo mayor sobre los negocios y familia, además de que mi hermano nunca se interesó por el tema, y prácticamente yo era el único apoyo y posible responsable de todo junto con él.

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