Capítulo 17

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Para mi mala fortuna la casa se ha hecho un campo de batalla, aunque se supone que sólo debería haber dos lados, en nuestro caso hay tres.

Larisa contra mí, y el tercero es de todos los demás, que bien están en contra de la rubia pero igualmente no pueden entrar de lleno a la pelea.

Ella lucha por quedarse con Lucifer a toda costa.

Y creo que yo lucho por el mismo fin, aunque me cueste trabajo admitirlo.

Lucifer, que aquí es la clara causa de conflicto, está en un punto bastante difícil, aunque como es su costumbre parece no interesarle.

Larisa sigue en esta casa como si nada, como si el demonio jamás la hubiera echado. 

Y él supongo que sigue en la misma posición de siempre desde que llegué.

—Tengo que salir — avisa Lucifer poniéndose de pie —, no tardo, vuelvo en un rato.

El demonio sale de la cocina y nos deja a todos dentro en silencio.

—¿No te llevaron de mascota hoy? — pregunta sarcástica Larisa.

—Por lo menos a mí me sacan de esta casa, y no me tienen como esclava adentro.

—Solo eres un juguete, pequeña.

—¿Como el resto de nosotras aquí? — interviene Michelle —, no intentes hacerla sentir menos ni nada parecido, que más bien ella es la que se libra de ser un juguete, sin contar a Valary es a la que más en serio se toman.

—Vas a terminar igual de mal que el resto, niña — me dice mirándome profundamente, casi queriendo matarme con los ojos —, aprende algo, es Lucifer, ¿lo entiendes? El príncipe, el gran príncipe del infierno, tiene millones de años de existencia, tú eres igual de reemplazable que cualquier cosa en su vida, así como se aburrirá de mí, se va a aburrir de ti, y de la siguiente.

—Tal vez tengas razón — acepto —, pero por el momento es de ti de quién se aburrió, ya veremos después qué pasa.

—Estás metiéndote en una guerra conmigo que de verdad no te conviene — dice en voz más baja inclinándose hacia la mesa para verme más de cerca.

—A ti es a la que no le conviene meterse en problemas conmigo — contesto de la misma forma —, realmente no te conviene porque vas a perder, sé algo de ti que nadie mas sabe. Algo que ni siquiera Lucifer sabe, y cuándo se entere van a arder las cosas.

La cara de Larisa se crispa con mis palabras, seguro que está pensando en su infidelidad y el como es posible que yo lo sepa.

—Qué es...

—Mantén tu puta distancia conmigo, Larisa, no pienso ser una presa en este juego.

—¿Quieres que juguemos entonces? Bueno, eso haremos, el juego real comienza ahora, y de verdad no sabes con quién te estás metiendo.

—Al parecer tú tampoco lo sabes, llevas las de perder y aún así quieres arriesgarte.

—Si me lo propongo voy a destruirte, no me cuesta nada hacerlo.

—A mí me cuesta mucho menos que a ti.

—Adelante entonces, veamos quién lo consigue primero.

—No creo que deban hacer esto — habla Satanás —, vamos, Larisa, tú misma sabes que llevas las de perder, tanto con Lucifer como con Ness, mejor detente de una vez.

—¿Detenerme? Esto no se queda así, la niña quiere pelear, pues peleemos.

La sangre me hierve con sus palabras, como puede ser tan estúpida para arriesgarse cuando sabe que hasta su vida corre riesgo con ello.

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