Capítulo 25

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—Pues yo te recomiendo que vayas ya por tus cosas — dice Peter levantando su copa de la mesa —. Nosotros no tardamos demasiado en irnos y quién sabe qué quisiera hacer con las cosas que se queden.

—Que haga lo que quiera con mis cosas, no me interesa.

—Iremos por ellas mañana — contesta Lucifer por mí.

—¿Qué? — inquiero yo.

—Ya lo dije, Ness, mañana vamos por tus cosas.

—Pero...

—Sin peros.

No agrego nada.

Es una orden después de todo.

—¿Desde cuando están juntos? — continúa mi hermano cambiando de tema.

—Desde hace varios meses — contesta Lucifer por mí.

—Vaya, pues no sabíamos de ti — comenta muy tranquilo —. Seguro que Ness lo quería mantener en secreto.

—Tal vez — acepto, aunque todo es mentira.

—Bueno, pues si la tratas bien no tengo problemas con ello — le dice Peter a Lucifer —. Pero si le haces algo voy a acabar contigo.

—Me parece un gesto demasiado lindo lo que serías capaz de hacer por tu hermana — contesta sonriendo —. Y no tienes de qué preocuparte, jamás le haría algo a Ness, de eso no tengas duda.

—No puedo no tener dudas, si mi padre fue capaz de venderla, no puedo confiársela a nadie ya.

—Sé lo que tu padre hizo, pero créeme, no soy esa clase de persona. Y voy a cuidar bien de ella.

—Eso espero.

—Así será.

Veo a mi madre caminar en nuestra dirección, ambas hacemos contacto visual y nos sonreímos hasta que llega a la mesa.

—Chicos — dice —. Vengan, quiero presentárselos.

Mis hermanas son las primeras en pararse de la mesa.

Es hora de conocer formalmente al nuevo esposo de mi madre.

—Ahora vuelvo — le digo a Lucifer parándome de la silla.

El hombre es tal vez unos años más grande que mamá, tiene el cabello completamente cano, pero su aspecto es bastante joven al igual que ella.

—Hola — nos saluda muy sonriente cuando nos ve acercarnos, trae una botella de vino en la mano y estaba platicando con otro hombre —. Te veo en un momento.

El hombre se va, y el esposo de mamá termina de acercarse a nosotros.

—¿Cómo están? — nos pregunta sin quitar la sonrisa de su rostro —. Me da muchísimo gusto tenerlos aquí por fin, su madre no ha parado de platicarme de ustedes. Nos alegra muchísimo que por fin puedan ir con nosotros a vivir.

—A nosotros también nos alegra demasiado este logro — contesta Peter, y aunque me cuesta trabajo aceptarlo, me doy cuenta de la frialdad de sus palabras. Se ha hecho como mi padre.

—Soy Tony — nos dice su nombre —. Tú debes ser Sandy — dice mirando a mi hermana —. Tú Cassidy, Anne. Y tú debes ser Ness.

—Así es — acepto.

—Y claramente tú eres Peter.

—Creo que no hay de otra — contesta mi hermano sonriendo.

—Increíble. Quiero que sepan que pueden confiar en mí plenamente. Pueden llamarme como quieran, Tony. Papá... da igual, pueden hacerlo como quieran.

—Gracias, lo mismo para ti — contesta Sandra esta vez —. Ya sabes, llámanos como gustes.

—Increíble. Sé qué hay que disfrutar de la fiesta hoy, pero me gustaría charlar un poco, ya que después de hoy las cosas sucederán muy rápido.

—¿De qué quieres hablar? — pregunto esta vez yo.

—Bueno, nos mudamos hace poco ya que la familia se agrandaría. Y ahora ustedes van a mudarse con nosotros, supongo que será en estos días, tal vez mañana...

—Creo conveniente que comencemos desde mañana — acepta Peter —. Lo mejor será salir de ahí cuanto antes, no sé la reacción de mi padre, de por sí no se tomó para nada bien la noticia de su boda... las cosas van a tornarse un poco pesadas.

—Lo sé, tenemos contemplado eso — dice mamá.

—En efecto, tenemos abogados para el momento en el que tu padre quiera poner resistencia — continua Tony.

—¿Abogados? — inquiere Peter.

—Escucha, tus hermanas son menores de edad aún, y tu padre se quedó con la custodia después del divorcio, esa será la forma de impedirnos hacer lo que queremos.

—Peter... — le llamo en voz un poco baja —, ¿puedes venir un momento?

Ambos nos retiramos un poco de los demás para que no nos escuchen.

—¿Qué pasa?

—Es sobre eso — digo en cuanto a la edad de mis hermanas —. Creo que no necesitamos abogados...

—¿Eso crees? Viendo las cosas de esta forma yo creo que los necesitaremos.

—Escucha. Mi padre no está en buenos pasos, tal vez no lo sepas muy bien, pero yo he estado ahí desde los inicios de eso. Tal vez suene un poco mal lo que voy a decir, pero, nuestra forma de acabar con todo rápido y fácil es ocupar eso de chantaje. A mi padre no le conviene que algo de eso salga a la luz, no es estúpido, así que tendrá que acceder a que salgan de su casa. Es dejarlos o dejar que todo su imperio se venga abajo.

—Y eso jamás lo permitiría...

—Exacto. Haciendo eso nos eliminamos problemas, ahorramos tiempo y hasta dinero en abogados innecesarios.

—Hecho. Pero... no les digas nada — pide mirando a mamá —. Lo mejor será que ella no se entere de eso...

—Va a enterarse de todas formas, y creo que incluso sería lo mejor, no tenemos porque ocultarle nada.

—Lo sé, pero... también sabes como es ella, es capaz de poner el mundo de cabeza si se entera... no digo que mi padre merezca discreción con ello, pero no creo demasiado conveniente que mamá lo sepa de todas formas.

—Ya veremos, mejor que se entere por nosotros a que lo haga de otra forma. Si se lo decimos probablemente logremos neutralizarla y evitar que haga algo.

—Démosle un tiempo a las cosas, por lo mientras necesito que estés ahí con nosotros cuando nos vayamos. Creo que sabes cómo es esto, tú y yo tenemos que sacar la cara por ellas.

—Mañana iré — aseguro —, yo me encargo de que salgan, no te preocupes por ello.

—Sigues teniendo el control, ¿no es cierto?

—Es un poder que mi padre me dio para demostrarme su confianza en mí... lástima que la traicionada terminé siendo yo.

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Espero que les esté gustando como va la historia. ❤️

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