Sé que está a punto de repetirme que tengo que pararme ya, sin embargo sigo en la cama muy dispuesta a quedarme pegada aquí.
—Ness — repite.
—Ya voy — acepto un poco irritada y me siento en la cama.
Lucifer está a unos metros de la cama parado, viene únicamente en ropa interior pues acaba de salir de la ducha.
—Te dije que cuando saliera tendrías que pararte.
—Ya estoy arriba — digo, aunque aún sigo en la cama.
—No del todo.
—Ya casi.
Como puedo logro ponerme de pie, las piernas están matándome del dolor y se me hace razón suficiente para quedarme en cama.
Lucifer termina de vestirse y se pone junto a mí para que salgamos de la habitación.
Empiezo a caminar sin nada de ganas, voy lento en un intento de disminuir mi dolor, cosa que no consigo por completo.
—Vamos ya — dice él antes de alzarme del piso y sacarnos del lugar.
—Ni siquiera puedo caminar.
—Lo arreglaremos en un rato.
—¿Hay algo que no puedas arreglar?
—Supongo que no.
La casa comienza a oler a comida cuando vamos en la última parte de las escaleras, oigo varias risas en la cocina y me alegra bastante ver la diferencia de cuando estaba Larisa aquí. Nadie reía, o por lo menos no era tan común.
—Justo a tiempo — dice Belcebú en cuanto nos mira entrar —. Val está cocinando.
—Todo está recién hecho — dice ella refiriéndose al pan de la mesa —. Ya tenía que poner en práctica mis conocimientos reposteros.
Lucifer me sienta con cuidado en una de las sillas y observo todas las piezas de pan para elegir una.
—Así es, eso me hizo fijarme en ella — comenta Belcebú —, me enamoré de sus panecillos.
—¿Ah si? — pregunto.
—Trabajaba en una cafetería — explica ella —, yo hacía el pan, por supuesto.
—Y así la conocí — termina él con la mirada perdida, claramente recordando la historia completa, pero guardándosela para él.
—Su historia de amor — susurra Lucifer acercándose a mí.
Michelle entra a la cocina junto a Agramón, eran los únicos que faltaban por llegar.
—Bien, estamos todos presentes — dice Lucifer una vez que todos a excepción de Valary están sentados en la mesa.
—¿Algún informe pendiente? — pregunta Astaroth alzando la vista del móvil sin mover la cabeza, y termina por levantar una ceja.
—Por supuesto que lo hay — afirma Lucifer.
—Bien, te escuchamos — responde bloqueando el teléfono y dejándolo sobre la mesa.
—Bueno, pues ayer pedí a Ness, así que es oficial lo nuestro.
Todos se quedan callados un momento, pero al cabo de unos segundos escucho un chillido de emoción por parte de Megan.
—Ya era hora — comenta Belcebú sonriendo.
—Esta elección sí me ha gustado — dice Amún —, sin ofender a la anterior.
—Pienso igual — concuerda Agramón.
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The morning star
Paranormal¿Qué harías si un día tu padre paga sus deudas dándote a cambio con dos hombres que nunca habías visto en la vida? Dispuestos a cometer los más grandes crímenes y teniendo negocios con las personas más peligrosas. Dos hombres que no dudarán en saca...