Capítulo 21

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Sé que está a punto de repetirme que tengo que pararme ya, sin embargo sigo en la cama muy dispuesta a quedarme pegada aquí.

—Ness — repite.

—Ya voy — acepto un poco irritada y me siento en la cama.

Lucifer está a unos metros de la cama parado, viene únicamente en ropa interior pues acaba de salir de la ducha.

—Te dije que cuando saliera tendrías que pararte.

—Ya estoy arriba — digo, aunque aún sigo en la cama.

—No del todo.

—Ya casi.

Como puedo logro ponerme de pie, las piernas están matándome del dolor y se me hace razón suficiente para quedarme en cama.

Lucifer termina de vestirse y se pone junto a mí para que salgamos de la habitación.

Empiezo a caminar sin nada de ganas, voy lento en un intento de disminuir mi dolor, cosa que no consigo por completo.

—Vamos ya — dice él antes de alzarme del piso y sacarnos del lugar.

—Ni siquiera puedo caminar.

—Lo arreglaremos en un rato.

—¿Hay algo que no puedas arreglar?

—Supongo que no.

La casa comienza a oler a comida cuando vamos en la última parte de las escaleras, oigo varias risas en la cocina y me alegra bastante ver la diferencia de cuando estaba Larisa aquí. Nadie reía, o por lo menos no era tan común.

—Justo a tiempo — dice Belcebú en cuanto nos mira entrar —. Val está cocinando.

—Todo está recién hecho — dice ella refiriéndose al pan de la mesa —. Ya tenía que poner en práctica mis conocimientos reposteros.

Lucifer me sienta con cuidado en una de las sillas y observo todas las piezas de pan para elegir una.

—Así es, eso me hizo fijarme en ella — comenta Belcebú —, me enamoré de sus panecillos.

—¿Ah si? — pregunto.

—Trabajaba en una cafetería — explica ella —, yo hacía el pan, por supuesto.

—Y así la conocí — termina él con la mirada perdida, claramente recordando la historia completa, pero guardándosela para él.

—Su historia de amor — susurra Lucifer acercándose a mí.

Michelle entra a la cocina junto a Agramón, eran los únicos que faltaban por llegar.

—Bien, estamos todos presentes — dice Lucifer una vez que todos a excepción de Valary están sentados en la mesa.

—¿Algún informe pendiente? — pregunta Astaroth alzando la vista del móvil sin mover la cabeza, y termina por levantar una ceja.

—Por supuesto que lo hay — afirma Lucifer.

—Bien, te escuchamos — responde bloqueando el teléfono y dejándolo sobre la mesa.

—Bueno, pues ayer pedí a Ness, así que es oficial lo nuestro.

Todos se quedan callados un momento, pero al cabo de unos segundos escucho un chillido de emoción por parte de Megan.

—Ya era hora — comenta Belcebú sonriendo.

—Esta elección sí me ha gustado — dice Amún —, sin ofender a la anterior.

—Pienso igual — concuerda Agramón.

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