Capítulo 19

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Los ánimos están por los suelos aún, hablar con Mason de cierta forma nos relajó bastante, por lo menos nos dejó claro que ninguno de los demonios estaba en peligro.

Sin embargo las horas han pasado y no hemos recibido ni la menor señal de estos, y eso es lo que nos sigue teniendo así.

Si por lo menos recibiéramos una llamada diciendo "estamos bien, destruimos la casa pero todo está bien". Eso sería suficiente.

—¿Siguen con esas caras largas? — Mason vuelve a donde estamos, se cruza de brazos y nos mira a todas.

—¿Qué mas quieres? Esto es preocupante — contesta Michelle mientras juega con la botella de la cerveza.

—Arreglemos eso — Mason gira sobre sí y da un paso hacia una de las meseras, veo como le dice algo y ambos se separan de nuevo.

—¿Qué planeas, brujo? — inquiere Megan.

—No planeo nada — responde sentándose a mi lado —, ¿también estás preocupada? — me pregunta.

—Jamás lo había visto tan enojado.

—Bueno, no lo has visto enojado muchas veces.

—Varias, pero ninguna como esta vez.

—Era de esperarse, pero ya se le pasará.

—Se veía tan molesto que parecía que jamás iba a pasársele...

—No va a vivir el resto de su existencia molesto, seguramente ya rompió tanto como pudo y está bien de nuevo.

—No lo sé, de cierta forma me siento mal... tal vez fue una traición guardarme eso... ¿no crees que debí decírselo en cuanto me enteré? Le estuve mintiendo...

—No le mentiste, sólo le ocultaste algo... tal vez debías decirlo, pero no lo hiciste y no está mal, así se dieron las cosas. No te sientas mal, menos por él, Lucifer es... indestructible, es un demonio, no deberías sentirte ni culpable, sólo se molestó, no es una persona, no se siente mal ni triste, ni defraudado, sólo está enfurecido, déjalo y no te sientas mal, tú no fuiste la que lo engañó.

Es cierto, no lo engañé, pero aún así le oculté algo y eso no va muy bien conmigo.

—Hey, espera, ¿quieres que tomemos eso? — cuestiono cuando veo las bebidas que ponen sobre la mesa.

—Sólo uno y van a estar bien — asegura mientras toma una de la mesa.

—Por supuesto — contesto rodando los ojos —, ¿bien qué? ¿Bien ebrias?

—No — niega riéndose —, bien. Sobrias.

—No suena para nada seguro — insisto, sin embargo Valary ya está tomándose la bebida sin siquiera preguntar qué es, y las demás por hacer lo mismo —. Pero a quién le importa lo seguro, ¿no?

Tomo el último vaso que queda en la mesa y comienzo a beberlo. El sabor sigue siendo igual de agradable a como la primera vez, es tan dulce que aún no comprendo como es que no termina empalagándote por más que tomes.

—¿Quieres más? — pregunta el brujo cuando me lo he acabado.

Debo decir que no, la primera vez que tomé estas cosas terminé ahogada y no sé ni cómo salí de aquí.

Pero nunca hago lo que debo.

—Sí — acepto muy segura de que esta vez no se me va a salir de las manos la situación.

—¿Quieren más? — pregunta a las demás.

Todas aceptan y Mason llama a la mesera para volver a pedir.

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