Always-Nuevo inició.

~EL PLAN~

No tubo de otra, tenía que pensar rápido en un plan, no podía quedarse parado soportando las miradas de todos, cuando decidió que hacer, se dirigió rápido hacia la enfermería, y espero ahí  hasta que anocheciera.

Cuando el reloj tocó la hora que tanto había deseado, salio sin hacer mucho ruido, siempre percatándose que nadie lo siguiera o viera. Sabia que estaba enteramente prohibido caminar o salir del castillo, si se dejaba ver,  aunque sea por esa horrible gata que siempre acompañaba al selador, su plan se echaría a perder.

Camino en dirección al bosque prohibido, soportando la fría brisa de la noche, tenía en mente algo que el creía era la solución de todo. Si se podía encontrar a solas con Black, tal vez de una vez por todas seria sincero con el.

Pero faltando solo unos metros para adentrarse en el bosque, se detuvo, se empezó a sentir extraño, creía que alguien lo estaba observando y no era el único problema. ¿No se estaba comportando como un suicida? ¿Estaba bien encontrarse con el hombre que le había arrebatado a su familia y podía ser el causante de su prematura muerte?  

Pero ni el pesado silencio le ayudaba a poder aclarar esos pensamientos, porque el sentimiento de ser vigilado se hacia cada vez más intenso.

Gruño ante ese sentimiento ¿Quien más podía estarlo espiando para luego acusarlo o burlarse?

—Malfoy—murmuró con los dientes apretados y sin querer amargarse más, continuó con su camino  hacia el bosque—. Veremos si eres tan valiente y me sigues por completo—cada pisada que daba lo hacia con enojó.

Logro adentrarse en el bosque y llego al mismo lugar donde Black lo había atacado.  

Escuchó pisadas a sus espaldas, y volteó rápido.

—Ojala pudiera librarme de ti, Malfoy—gruño mirando los arboles en busca del rubio Slytherin—. Si eres valiente deja de esconderte. ¿Es que tu vida es muy aburrida para que siempre estés detrás de mí?

No recibió respuesta, y el silencio pesado volvió, empezó a sentirse muy estúpido. ¿Y si nadie estaba en el bosque?

Cerro los ojos con impotencia, y para mas molestia las palabras de Ron volvieron a su mente.

—¡Se acabó!—grito prometiéndose que sería la ultima vez de su vida  que llegaría a ese lugar.

Y sin que el mismo pudiera anticiparlo, una gruesa voz se escucho en algún lugar del bosque.

No era Malfoy, era Black.

El animago para evitar asustar a Harry, se acerco despacio, paso por paso.

Aunque no era lo que esperaba el prisionero, Harry no se alejaba ni un solo centímetro, ambos esperaban, aunque no de la misma manera, ese momento de confrontarse.

—Ahora si—hablo Harry tratando de controlar su enojo y repudio—. No podre estar toda la vida cuidando mi espalda de tantos miserables que buscan matarme.

Black negó despacio con la cabeza.
La emoción de tener por segunda vez a su ahijado  en frente, era demasiada.
Pero eso no eliminaba el horrible agotamiento que tenia, el huir y esconderse a cada momento sin nada de comida, no era nada sencillo y ni el mismo podía creer cuantos días había sobrevivido.

Black tenia muchas cosas que decir, pero no sabia de que manera hacerlo.

Y sin pensarlo mucho, se dejo llevar por sus emociones, al mismo tiempo sus labios dejaron salir la palabra “Padrino” y su cuerpo se desplomó en la húmeda tierra.

Harry intento reprimir su pena, quiso irse antes de hacerle daño, pero en vez de eso, hizo algo que el mismo pensó, por milésimas de segundos, se iba a arrepentir.

Se acerco a Black y lo ayudó a levantarse, pero sin dejar de estar alerta y siempre manteniendo sujeta su varita ante un posible ataque del prisionero.

Salieron del bosque prohibido, sin saber a donde mas ir.
El azabache solo se le ocurría el castillo, pero sabia que una vez dentro no le permitirían acercarse  a Black para hacerle las preguntas que tanto deseaba, llevarlo a la cabaña de Hagrid tampoco era buena idea, el semi gigante terminaría matándolo.

—Casa... Casa de los gritos—dijo Black totalmente cansado, como si hubiera logrado escuchar los pensamientos de Harry.

—Queda muy lejos—le dijo con enojo el azabache, no tenía miedo de quedarse a solas con un delincuente, pero debía prevenir.

—No...—sonrió Black con debilidad—... El sauce... el sauce boxeador.

Harry miro hacia el sauce con una mueca. ¿Como lograría ingresar sin lograr recibir un buen golpe?