~JUEGO~

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•~Noche del mundial•~

Harry al jamas haber asistido a un mundial de Quidditch no pudo rechazar la oferta de su padrino. Quería experimentar esa sensación de alegría, ansiedad y adrenalina en un juego.

Entonces... ahí se encontraba, aunque no sabia exactamente donde. Rodeado de carpas mágicas de todos los colores y tamaños. Algunos eran increíbles, otros algo ortodoxos.

Había salido de la carpa extremadamente segura que Dumbledore le había proporcionado y que en ese momento compartía con su padrino y ex profesor, porque había escuchado sobre unos anteojos especiales y necesitaba probarlos.

Se paseaba por todo el campo repleto de magos, era un momento especial, todos convivían de manera jovial pero muy distantes. Los fanáticos de los equipos eran admiradores desde el inicio hasta el fin.

Sin pensarlo y como si sus pies tuvieran una conciencia propia. Llego a pasar cerca de la carpa de los Weasley. La reconoció al instante por el exagerado dibujo pintado en la entrada que se habría en dos.
No quería que lo vieran, aun le dolía recordar sobre la traición de Ron, pero de todas formas, el señor y la señora Weasley no le habían hecho ningún daño, hasta incluso le habían tratado como un miembro más de su familia.

Entonces lo decidió.

Se acerco a la carpa con la intención de saludarlos, pero de un brinco retrocedió al ver como alguien salia con algo de rapidez.

—Harry, muchacho, que bueno verte—le saludo el señor Weasley con una sonrisa. Olvidándose de su apuro. Tenía en la mano unas monedas de oro, tal vez de alguna apuesta ilícita que habían cometido los gemelos—. Dime... ¿Has venido solo?—le preguntó nada preocupado como si anticipara la respuesta.

—No, señor Weasley—le respondió amablemente—. El profe.. Eh... Remus me acompaña-se corrigió, le era algo difícil referirse de ese modo a su ex profesor—. También trajimos a pasear a Canuto.

El señor Weasley sonrió, guardo las monedas en su bolsillo olvidándose de lo que tenía que hacer con ellas. Puso su mano en el hombro de Harry y con un gesto le pidió amablemente que le siguiera al costado de la carpa.

Harry ya sabia de lo que quería hablar.

—Te debo unas disculpas, Harry, el comportamiento de Ron no es defendible—le dijo con una clara mirada avergonzada.

—No debe preocuparse, Señor Weasley—le tranquilizo el azabache

—Yo recién me entere hace semanas. Fred y George... ellos me lo contaron, me rehúse a creerlo... Y espero que tu perspectiva sobre mi familia no haya cambiado.

Harry no comprendía pero podía sentir la incomodidad del padre de Ron.

—Yo...—hablo el azabache con una sonrisa sincera—... Siempre voy a respectar a su familia. Ustedes me han dado más de lo que pude haber soñado.

El señor Weasley le agradece con una misma sonrisa calidad.

~•~

No le tomo menos de quince minutos regresar a su carpa, no había conseguido los anteojos ni tampoco los binoculares y eso lo tenía un poco bajoneado.

Al momento de ingresar presencio una pequeña discusión algo inmadura, aunque en realidad parecía un reclamo de Remus hacia Sirius. Le exigía que volviera a su forma humana y le respondiera con claridad porque había salido de la carpa a comprar un miserable caramelo, como había decidido exponerse de ese modo sabiendo que las consecuencias iban a ser de gran magnitud.

Canuto parecía ignorar de manera perfecta a su amigo de años, mantenía la cabeza levantada de forma orgullosa y tenía puesto unos anteojos negros muy elegantes, que Harry reconoció rápido, pues se trataba de una marca que su tío Vernon siempre mencionaba.

Al no poder conseguir Remus respuesta, agarro el caramelo que había comprado Canuto y lo aventó hacia la pequeña chimenea que había pasado toda la noche apagada pero que en ese momento se encendió para poder convertir en cenizas el duro caramelo.
Harry al notar la melancolía de su padrino viendo hacia la ahora apagada chimenea, decidió avisarles con una sonrisa muy brillante, que el mundial iba a comenzar.

Sin imaginarse que a pocas horas, un suceso le iba a demostrar que debía mantenerse mas fuerte que nunca.
Sin pensar que tal vez dentro de dos años iba a darse cuenta que la vida no es mas que una dura y cruel ironía, que te puede dar y al mismo tiempo arrebatar.

Que vería caer a los que mas amaba, que la soledad iba a ser su única acompañante en una búsqueda incansable, que conocería de forma dolorosa un pasado y secreto del que menos imagino.

Que lograría caer, perder, levantarse y ganar. Que lograría tener la paz que siempre soñó.

Pero ahora no, en ese momento no... Porque el juego estaba por comenzar.

Always-Nuevo inició.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora