~CALIZ~

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—Ey... Potter... Ey... Disimula, no mires, no mires.

Harry se puso estático. Todos caminaban rozándole sus hombros. Parpadeó y negó. De seguro solo había sido su imaginación.

Cuando se decidió a seguir la fila de alumnos una mano lo detuvo con fuerza, lo habían agarrado del brazo derecho.

Giro el rostro y quedo cara a cara con Blaise.

—Pero que demonios..

El moreno le guiño un ojo y jaló para que caminaran juntos, nadie se dio cuenta, todos estaban perplejos por la presencia de Krum.
 
—No me mires Potter o pensaran que somos amantes—le susurró con una pequeña risa el moreno. Lo dirigió hacia un lugar oculto, cuando confirmó que nadie los escuchaba, empezó—. Bien... Al grano. ¿Que rayos le has hecho a Draco?

—Eh...—Harry se encontraba perdido, sus pensamientos se entreveraban.

—Conozco a ese Malfoy desde hace tiempo. Es el único Malfoy que agrada si tienes el interés de conocerlo.

Harry resoplo.
—Sabes no... No estoy de humor para ser el villano.

—Ni yo estoy de humor para hacer esto. Solo actuó como alguien que esta preocupado por otra persona. Draco es muy... Le cuesta ¿okey? y decide reprimir sus emociones, se oculta bajo esa mascara. 

Harry desvío su mirada hacia la larga fila de alumnos que aun seguían caminando.

—De todas formas no se porque debo hablar contigo—le dijo al Slytherin—. Ni siquiera te hablaba antes.

Cuando Blaise estuvo apunto de decir algo. Una voz conocida los sorprendió.

—Con que ahora se esconden para llevar a cabo lo prohibido.

Harry fruncio el ceño y mejor prefirió ignorarla.

—Mejor sigue tu camino, quien quiera que seas—le dijo Blaise fastidiado, la joven lo miro de manera fulminante, murmuró algo que sonaba (“Raros”) y camino hacia donde se encontraba su amigo—. Su rostro se me hace conocido...

—Es Hermione—le informó Harry—. Y si no tienes nada más que decir. Adiós—se apresuró a entrar al gran comedor.
Una vez dentro, se dirigió a la mesa de Gryffindor. Los alumnos de Beauxbatons se habían puesto en la mesa de Ravenclaw. 
Viktor Krum y sus compañeros de Durmstrang se habían colocado en la mesa de Slytherin. Harry con un fastidió que prefería no expresar, veía  que Malfoy parecía muy feliz por el hecho. En el instante en que miró, Malfoy se inclinaba un poco para dirigirse a Krum.

Después de unos minutos los directores ingresaron al gran comedor, tomaron asiento en la mesa de los profesores, pero Dumbledore sin embargo, permaneció en pie, y el silencio cayó sobre el Gran Comedor.

Saludo a todos los presentes expresando su placer por tener a los extranjeros en Hogwarts.

Una joven hermosa y rubia de Beauxbatons se expresó con una risa despectiva.

Harry pudo escuchar claramente el fastidio de Hermione, que solo se encontraba  a unos cinco asientos lejos. Además de la defensa de Ron.

—¡Nadie te obliga a quedarte  rubia narcisista!

—Ay, Hermione, dejala en paz no te ha hecho nada.

Dumbledore continuo, confirmó que el torneo quedaría oficialmente restaurado y los invito a cenar con una brillante sonrisa.

A los veinte minutos del banquete, Hagrid entro en el Gran Comedor y ocupó su silla en un extremo de la mesa saludando a Harry con la mano.
En aquel momento la joven que se había reído del discurso de Dumbledore se acerco a donde estaba Ron y Hermione.
Harry reprimió su risa burlona al ver a Ron rojo y embobado por ella. 
Aparto su mirada hacia la mesa de los profesores, donde se podía ver a Ludo Bagman sentado al otro lado de Karkarov, en tanto que el señor Crouch, ocupaba el asiento que había al lado de Madame Maxime.

Harry fruncio el ceño. ¿Que hacían ahí?

Una vez limpios los platos de oro, Dumbledore volvió a levantarse.
—Ha llegado el momento —anunció—. El Torneo de los tres magos va a dar
comienzo.

Todos estaban ansiosos. El director expreso unas palabras referentes al procedimiento que iban a seguir en la selección de los campeones. Les informó que pasarían por tres pruebas donde demostrarían audacia y habilidades en la magia.
Cuando llego el momento de presentar al juez imparcial, el cual era un cáliz de madera con unas temblorosas llamas de color blanco azulado,  el director aclaro que habría una línea de edad para evitar que los menores intentarán participar. 

Muchos alumnos ya pensaban que podían burlar la seguridad, lo consideraban fácil, solo poner su nombre en un papel y echarlo en el cáliz.

El director se despidió dándoles un consejo, que el torneo de los tres magos no era un juego.

~•

Al día siguiente, todos se levantaron para desayunar.
La decoración del Gran Comedor había cambiado, debido a que era halloween.
Todos los alumnos comentaban sobre los que habían puesto su nombre en el cáliz. Cada casa tenía su favorito.

Harry que no tenia ganas de unirse a ninguna conversación, decidió dirigirse a los terrenos de Hogwarts. Sentarse debajo de un árbol le serviría para calmar sus pensamientos.

Pero fue inútil. No podía evitar pensar en Draco. Se sentía frustrado, llegó a recordar cuando todo era más sencillo... cuando lo odiaba.   

Al llegar la noche. Todos los alumnos se reunieron en el gran comedor para el anuncio de los campeones.
El cáliz de fuego se encontraba delante de la silla vacía de Dumbledore, sobre la mesa de los profesores.
El banquete no se disfruto mucho, todos se encontraban con impaciencia. Cuando por fin los platos de oro quedaron vacíos, los murmuros de los alumnos empezaron a escucharse, pero al instante se corto cuando Dumbledore se puso de pie.
Ludo Bagman que también se encontraba presente, sonreía. Cosa contraria al señor Crouch.

Dumbledore anunció que el cáliz dentro de poco anunciaría a los campeones y que cuando el pronunciara su nombre deberían ingresar a la sala que estaba detrás de la mesa de los profesores.
Al cabo de unos minutos, sacó la varita, ejecutó un movimiento en el aire. De inmediato se apagaron casi todas las velas quedando casi a oscuras.
Todo el mundo miraba el cáliz de fuego. De pronto, las llamas del cáliz se volvieron rojas, y empezaron a salir chispas. A continuación, brotó en el aire una lengua de fuego y arrojó un trozo de pergamino.
Dumbledore cogió el trozo de pergamino.
—El campeón de Durmstrang —leyó con voz alta y clara— será Viktor Krum.

No muchos se asombraron. Era algo que todos esperaban.  Krum se levantó de la mesa de Slytherin y desapareció por la puerta indicada.

El cáliz tardo unos minutos en volver a arrojar otro pergamino. 

—La campeona de Beauxbatons —dijo Dumbledore—es ¡Fleur Delacour!

La joven se puso de pie elegantemente y desapareció por la misma puerta donde había ingresado Krum.

Volvió a hacerse el silencio. Todos los alumnos tenían el corazón en la boca. El siguiente sería el campeón de Hogwarts...
Y el cáliz de fuego volvió a tornarse rojo, Dumbledore retiró un nuevo pedazo de pergamino.

—El campeón de Hogwarts —anunció— es ¡Cedric Diggory!
Los alumnos de Hufflepuff eran los mas felices. Los aplausos duraron incluso cuando Cedric se dirigió a encontrar con Fleur y Krum.

Dumbledore se encontraba muy contento. Los tres campeones habían sido elegidos... Pero cuando creyó que todo había terminado, el fuego del cáliz había vuelto a ponerse de color rojo y arrojó otro trozo de pergamino.
Nadie entendía que pasaba.

Dumbledore alargó la mano y lo cogió. Lo extendió y miró el nombre que había escrito en él. Hubo una larga pausa, Finalmente leyó en voz alta:

—Harry Potter.

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