Always-Nuevo inició.

~GEMELOS~

—¿Tienes algo que decir en tu defensa?—le dijo con molestia Fred a su hermano—. Aunque dudó que algo de lo que digas pueda salvarte.

Ron se llevo una mano al rostro y se acaricio en forma circular con molestia durante cinco segundos.

—No se de que hablas-dijo a regañadientes—. Se claro.

Fred miró a George, lo habían escuchado todo. ¿Porque era necesario mentir?

—Ronald, con nosotros no juegues—le aconsejó George, se le podía notar el enojo y el fastidio en la mirada—. Bien sabes de lo que estamos hablando.

—... No. No se—empezó con su mentira Ron. Haría lo que fuera para salir librado de ese problema—. Ustedes están cada día mas raros... ¡Además me acaban de golpear!

Fred se acerco rápido al rostro de Ron, causando que este sintiera una incomodidad muy grande, que los gemelos consideraban como remordimiento.

—Lo escuchamos todo. Sabemos lo que hiciste—le dijo con una voz muy sería que el consideraba perfecta para la ocasión—. Te dejaste llevar por un extraño plan de Dumbledore, te hiciste amigo de Harry para que el pudiera contarte con detalle todo lo que hacia, te aprovechaste de su bondad, te burlaste a sus espaldas, llevaste todo el monstruoso plan a magnitudes mayores. Pero algo salio mal, porque tu microscópico cerebro no se puso a pensar en las consecuencias que vendrían si alguna vez Harry escuchaba o se enteraba de tu propia lengua.

Ron se quedo frío. Uno de sus hermanos mayores lo sabía. A ese paso, todos los Weasley se enterarían. Seria como el apestado de su familia. Sus padres jamas se lo perdonarían.

Fred se alejo de Ron y dirigió una mirada afilada a Hermione.

—Ambos son una decepción—murmuró y se retiro con su gemelo lo mas rápido que pudieron. Como si la sola presencia de Hermione y Ron fuera tóxica.

El silencio fue pesado por unos largos segundos. Hasta que la voz sin fuerza de Ron se escuchó.

—Te juro que estaba a punto de decirle unas cuantas cosas a ese par—comentó mostrando una valentía falsa—. Pero mejor me guarde... Ya sabes, son mis mayores, no debo...

—Si... Claro—rodó los ojos la castaña. No le había agradado mucho que Ron no se hiciera respetar.

-Casa de los gritos-

Dumbledore no podía creer lo que había hecho, y todo por el pedido de Harry, se había olvidado de que Black era una máxima amenaza para el azabache, se había olvidado de todo lo que el creía sobre Sirius Black.

Pero en parte, no se arrepentía, en los largos minutos que había bajado la guardia, se había enterado de asuntos que ni el mismo ministerio había resuelto, y después de meditarlo, no tuvo mejor opción que creer en las palabras del prófugo, aunque sabia que sería una decisión sumamente criticada. 

Algo tranquilo, pero no del todo, se dispuso a regresar al castillo, miro a Harry y le prometió regresar lo más rápido posible, se detuvo en la puerta y suspiro. Le costaba dejar a Harry solo y más con una persona que aún no estaba bien en sus cabales.

Pero tenía que hacerlo, y lo hizo.
No se demoraría mucho, solo iría en busca de Remus.