WOOSEOK

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Hoy era un día como otro cualquiera, excepto porque me graduaba de la universidad. Tanto tiempo estudiando y por fin tengo un estudio oficial. Hoy me lo pasaré muy bien.

-Jung Hasub, ¿qué te dije de que guardaras los zapatos? -dijo enfadada.

-Perdón, no lo volveré a hacer, te lo prometo-.

-Siempre dices lo mismo y nunca me haces caso, estoy harta, ¡y ordena todo tu cuarto! -dijo cerrándome la puerta en la cara.

Hoy tenía que hacer muchas cosas y mi madre diciéndome que ordene el cuarto, no se lo cree ni ella. A las cuatro ya empiezo a arreglarme y sí, es muy temprano, pero hay que estar en el teatro a las siete y media, ya que empieza a las ocho. Hoy espero que sea una noche inolvidable.

Me eché la siesta solo una hora. Al despertarme no había nadie en mi casa, mis padres y hermana ya vendrían arreglados de donde quisieran que estén.

Cogí las llaves, cerré la puerta y me encontré pasando frente a mi calle a quien menos quería, Wooseok.

-Mira a quien me encuentro por aquí-.

-Calla y sigue andando "piojo" -inicié el camino hasta la peluquería.

- ¡Oye! ¿Cómo me has llamado? -dijo cogiéndome de la muñeca.

- "Piojo", sordo -Rodó la cabeza entrecerrando los ojos poniéndolos en blanco y mirándome con la cabeza ladeada.

-Yo que tú tendría cuidado con lo que dices, o si no se lo voy a decir todo -dijo sonriendo con picardía.

- ¿Le vas a decir el qué a quién? -me crucé de brazos enfadada.

-Ya sabes... a Seungwoo, le diré que quieres algo con él y que estás todo el día viendo sus fotos y rogando para que te bese-.

-Vaya tonterías dices "piojo", no sabes de lo que hablas -tenía razón, pero tenía que fingir o si no todo se iría a la mierda.

-Deja de decirme... -le interrumpí.

-Si, si, nos vemos más tarde -dijo corriendo mientras gritaba aquello último.

Llegué a la peluquería a tiempo. Unos minutos más hablando con Wooseok y me hubiera saltado mi cita, lo que faltaba ya.

Después de dos horas en la peluquería, lo único que me faltaba era maquillarme y vestirme. Llegué a mi casa asfixiada por el calor y me fui a mi cuarto lo más rápido posible con cuidado de no estropear mi peinado. Mi peinado consistía en un medio recogido, me gustaba que mi pelo castaño y largo se notase. En cuanto al maquillaje, tenía la suerte de que mi hermana me había enseñado muy bien, ya que anteriormente ella estudió ese mundo.

Solo me quedaban unos diez minutos para que mi madre tocase el claxon y bajase para irnos al teatro. Mi vestido es rojo, por la parte del pecho es de "palabra de honor" con una tela fina holgada, una cinta en la cintura y la parte de la falda suelta en conjunto con unos tacones negros. Me sientan muy bien las cosas medio apretadas por que tengo cuerpo con forma de reloj de arena, estaba fantástica.

Mientras esperaba pensaba en todo lo que debían llevar mis amigas para que después no se anden quejando que le duelen los pies o que les incomoda la ropa.

Llamaron al timbre, abrí contenta pensando que era mi madre y me llevé otra gran desilusión.

- ¿Qué haces aquí?-.

-Por educación se deja pasar, ¿vale? -empujó el mismo la puerta adentrándose en el salón para sentarse en el sofá -Primero que nada, estás impresionante y segundo antes de que te pongas a gritarme y mirarme mal, me ha llamado tu padre diciéndome que venga a tu casa, sobraba un sitio en el coche así que no me negué-.

-Vale, pero no hagas nada raro, quieto ahí-.

- ¿No me vas a decir nada?-.

-Que pesado -pensé para mi misma. -Sí, Wooseok, estás también muy guapo -pesado.

-Gracias -nos quedamos en silencio, hasta que volvieron a tocar la puerta y esta vez sí se trataban de mis padres.

-Venga tenemos que irnos, vamos tarde -nos subimos al coche y llegamos justos de tiempo.

La graduación estuvo bien, alguna que otra lágrima pero nada importante. Ahora sí llegamos al sitio donde se iba a celebrar la cena y tan esperada fiesta. Dejamos todos de comer y retiraron las mesas para empezar a bailar y poder pedir bebidas en la barra. Yo suelo beber lo normal, o eso es lo que pienso yo, mis amigas dicen lo contrario.

-Estoy super mal Hasub -dijo Hana apoyando su cabeza en mi hombro.

-Estamos todas mal, pero venga, anímate, vamos a bailar -la arrastré como pude donde estaban todos bailando.

No había visto a Seungwoo en casi toda la noche y realmente lo estaba buscando como una loca. Bailaba con unos cuantos de mi clase, cuando veo a Wooseok mirándome.

-¿Qué quieres? -me acerqué a él con pasos torpes, me sonrió y me abrazó. No sé a que venía esto, nunca antes lo había hecho.

-¿Te quedas conmigo?, mis amigos dicen que soy un pesado-.

-Yo estoy mal, pero veo que tu estás peor. Ven, nos quedaremos un rato fuera a tomar el aire, eso nos despejará un poco-.

-Hasub, ¿por qué me odias tanto?-.

-No te odio, lo que pasa que a veces eres malo conmigo y me lo haces pasar mal-.

-Oye, ¿de verdad te gusta Seungwoo? -dijo apoyando los codos en mis piernas para mirarme más de cerca.

-Esto no es la Wiki Drama, deja de hacer tantas preguntas - quité sus brazos de encima mío.

Tenía muchísimo mareo como para fijarme en quién salía y entraba, pero a él lo reconocería incluso estando borracha. De lejos vi a un pelinegro, alto y delgado adentrándose en un coche con una chica, se me escapó una lágrima. Nunca estaría con él.

Wooseok me limpió las gotas que caían, me agarró de los hombros para girarme hacia él.

-Deja de llorar, además no tiene sentido. No quiero ser malo pero, ¿cuántas veces os habéis hablado, una? ¿cuatro como mucho?. Solo está en tu cabeza, pero no en tu corazón y sé que no te gusta, te conozco desde hace bastantes años por mala suerte -le golpeé en el brazo. Al ver que yo no le hacía caso me volvió a abrazar, pero más fuerte que antes.

-Piojo, siento estar así-.

-No pasa nada. Oye y ¿Por qué me dices piojo? -empecé a reírme como loca.

-Es que tienes cara de piojo-.

-Soy guapísimo y eres muy mala, después dicen que soy yo -me quedé seria mirándole. -¿Qué pasa?-.

-Nunca me había quedado mirándote tan de cerca-.

-Y has visto que soy una belleza -dijo sonriendo de lado.

Me fijé en sus labios, no era para nada feo, solo le llamaba así para fastidiarlo y pocas veces nos hemos llevado mal. Le miré a los ojos y estaba serio, su cara de siempre.

-Tienes algo aquí -dijo señalándome la boca, me intenté quitar lo que tenía.

- ¿Ya?-.

-No, aquí -y en un segundo se acercó y me dio un beso. Estaba impactada por lo que acababa de pasar, pero quería volver a hacerlo. Lo cogí de la cabeza y empezamos a besarnos. Esto no iba a acabar bien.

ONE SHOT [X1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora