JUNHO

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Este era mi primer día de instituto, digo primer día porque me habían transferido,  mi otro instituto se inundó por las fuertes lluvias. En este nuevo sitio había que llevar uniforme, que consistía en una falda gris, camisa blanca, una chaqueta gris con los bordes rojos y la insignia del instituto. Lo que había aquí eran chicos y chicas pijos.

-Ey nueva ¿qué tal vuestra catástrofe? -dijo una chica rubia.

-Cállate estúpida, tenéis la suerte que vuestros estúpidos padres pagan aquí todo y tenéis más seguridad para que no le pase nada a este edificio de mierda -solté.

-Tienes razón, pero este es nuestro territorio así que más te vale que cierres esa boca sucia -pasé de seguirle el juego porque lo que hará es que le pegue un puñetazo.

El sitio era bastante grande, con sus taquillas a los lados del pasillo principal y todo muy limpio. Pocos de ellos parecían buenas personas, la mayoría te miraban por encima del hombro. Entré a mi primera clase. Al ser un instituto bastante bilingüe, me tocaba clase de alemán. Me senté en el único sitio que vi, casi al final de la clase. A mi lado un chico rubio y delgado me sonrió.

-Hola soy Kang Minhee.

-Un placer yo me llamo Nina.

-¿Un nombre extranjero? Tus padres deben de ser muy atrevidos -dijo sacando las cosas de la maleta.

-No, solo que estuvieron viviendo en Italia unos años y pues cogieron nombres de referencia de allí.

-Perfecto ¿Ya has visto el instituto entero? -este chico estaba siempre sonriendo.

-No, pero tampoco nos vamos a quedar mucho tiempo aquí, así que solo quiero saber lo necesario.

La clase pasó bastante rápido. Me fijé en un chico que no paraba de mirarme. Tampoco supe quién era por que no le quería mirar directamente a la cara, sólo sé que tiene el pelo castaño.

-Nina ¿tienes a alguien con quién irte ahora? -dije Minhee antes de salir por la puerta.

-La verdad es que no, pero no pasa nada.

-No, no, si que pasa, te voy a presentar a mis amigos, son de las pocas buenas personas que quedan aquí -después de las dos clases que tuve la suerte de compartir con Minhee, llego la hora de comer algo.

-De verdad, que no hace falta -me iba quejando por el pasillo. Entramos y unas cuantas personas se nos quedó mirando. -¿Por qué nos miran?.

-Digamos que soy un poco popular y que me vean con una chica nueva, es extraño -no sentamos en una de las mesas vacías a comer.

-¿Y los demás? -levantó la cabeza de su plato y miró enfrente mía mientras me señalaba con la cabeza. Me di la vuelta y por la puerta entraron cuatro chicos hermosos. Me puse nerviosa.

-Nina, estos son Eunsang, Hyeongjun, Dohyun y Junho.

Este último mencionado se quedó serio. Todos conversábamos, él hablaba poquísimo y a veces me miraba así de la nada, me incomodaba esa actitud.

-Bueno yo mejor me voy ya, no quiero llegar tarde a clase –dije cogiendo la bandeja para tirar las cosas.

-Pero si aún faltan cinco minutos para que suene el timbre –me dijo Eunsang agarrándome de la muñeca.

-Ya, pero tengo que coger alguna que otra cosa ¿me puedes soltar? -el pelirrojo me dio una sonrisa tímida y mee soltó lentamente.

Tiré las cosas y me dirigí a mi taquilla para dejar un solo libro que no me hacía nada de falta, cuando rápidamente, mi taquilla se cierra de un portazo acompañado por un gran estruendo. Miré al susodicho que hizo eso y me quedé impactada. El chico callado, serio y con cara de ángel ahora estaba enfadado.

-¿Eres tonto? ¿Por qué has hecho eso, quien te crees?

-¿No te acuerdas de mí? -dijo Junho.

-¿Qué estás hablando? ¡No!

-¿Te acuerdas que hace dos años había una fiesta en casa de tu prima? -dijo apoyándose con el hombro en la taquilla.

-Si ¿Y?

-Miraste con asco a un chico y lo evitaste –dijo acercándose.

-Si, me acuerdo. Era muy pesado, me estaba todo el día persiguiendo... -dije encaminándome a la salida, del cual no había nadie mientras Junho me seguía. -Oye, pero ¿cómo sabes eso? -dije una vez fuera.

-¿No te sueno te algo? -me agarró del brazo y me llevó detrás de los matorrales.

-Ese chico... ¿eras tú? No veas si has cambiado -solté una carcajada.

-Menos mal que te acuerdas –rio conmigo.

-Podrías habérmelo dicho en la cafetería, me estabas incomodando.

-Me tenía que fijar bien si eras tu o no, perdón. ¿Nos saltamos las clases?

-¿Estás loco? Yo nunca he hecho eso.

-Siempre hay una primera vez para todo -cogió mi mochila y empezó a correr en dirección contraria del instituto. Se había llevado mis cosas, no tenía nada, lo único que podía hacer era seguirle. Espero que no me pillen. Corrimos hacia un parque no muy lejano y allí nos quedamos.

-Te odio –dije corriendo hacia él y saltando para agarrarme en su espalda. En lo que pasó de tarde, nos hicimos muy amigos. 

Seguíamos quedando todos los días, hasta que se sacó novia y me dejó de lado. Lo que no sabía era, que me empezó a gustar.

ONE SHOT [X1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora