HANGYUL

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Hangyul deslizó suavemente sus manos por los brazos ella, haciéndola estremecer. -Hay alguien que espera por ti -le indicó y su mirada se dirigió a la puerta.

-Maldición... -Hangyul se dio la vuelta. La mujer que había contratado le esperaba al borde de la puerta.

Jiho no había logrado observarla bien en la oscuridad hace unos minutos. Era muy guapa, a decir la verdad, era rubia y alta. Hangyul caminó hacia ella, sin decirle ninguna palabra a Jiho. Estaba enfadado tanto, que cerró la puerta de un golpe. Jiho saltó en su sitio.

Le pagó lo acordado. Una francesa que sabía como complacerlo, pero no lo suficiente, ya que Jiho lo había excitado en menos tiempo.

Narra Hangyul

Abrió con rudeza la puerta de la habitación. Jiho se giró sobresaltada. Cerró la puerta haciendo ruido de nuevo.

-Es muy tarde...

-Se me ha quitado el sueño.

-¿No confías en mí?

-¿Tengo que responderte?

-Si cariño...

-¡Que no me gusta que me llames así! -Le respondió ella.

-Y a mí no me gusta tenerte de invitada en mi casa -le retó.

-Es tu problema.

-Valla, valla... -dijo caminando a paso lento. Jiho sintió que la calentura le venía. Que hombre... -Hay alguien aquí que no tiene ni idea de que le pasará si se sigue portando mal -murmuró cerca de su rostro. Jiho intentó no mirarlo demasiado, concentrándose en otro punto que no fuera él. -Y de lo bien que se la puede pasar -Hangyul acarició su mentón con su labio inferior. -Si se porta correctamente...

-¿Tantas ganas tienes?

-Muchas... -le apretó la cintura, haciéndole cortar por un momento su respiración. Juntaron sus cuerpos. Una sensación increíble. -Me estoy aguantando mucho -le acarició la cintura con su mano, levantando la final tela que la cubría.

-Ya te lo he dicho. Nunca estaría con alguien como tú -murmuró ella a base de gemidos, ya que Hangyul había posicionado sus labios contra su cuello, recorriendolo tan sensualmente como podía. Jiho cerró los ojos. Hangyul levantó su mirada al escucharla hablar. Sabía lo que sentía en ese momento sabiendo el tono que manejaba. Estaba excitada. Lo único que le faltaba era un pequeño empujón, así que intentó besar sus labios. Ella volvió a apartarse. -Jamás dejaría que alguien como tú me besara los labios.

Y esa fue la gota de colmó el vaso. Hangyul la agarró con fuerza, estampándola contra la pared. Su mirada era otra, sus ojos ahora con lujuria. Le quitó la ropa tan rápido como podía. Observaba todo lo que hacía.

-Nadie va a besarte los labios... -le advirtió Hangyul. Ella sintió las manos de Hangyul apretarle la cadera. -será todo lo contrario.

Tenía a Hangyul besándole el estómago, mientras suavemente bajaba por sus caderas y ella decidió aferrarse a la pared para contener los gritos que quería soltar. Los dedos de Hangyul la tocaron desprevenidas, metiéndolos entre el espacio de su piel y su fina lencería. Los besos de aquel hombre la persiguieron por todo su cuerpo. Ahora se sentía atacada por debajo, justo ahí, donde ella no tardaría en gritar. Sus dientes mordieron ligeramente la ropa interior de Jiho por el costado. Ella se estremeció. ¿Qué se estaba dejando hacer?

-Ah.. -Un primer gemido que ya ayudaría a soltar los demás. Se mordió el labio. Sin darse cuenta. Ya tenía las bragas por las rodillas. Él seguía y seguía tocándola, pero por un segundo recordó las palabras de su amiga "valorate" y con la poca fuerza que le quedaba, lo paró.

ONE SHOT [X1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora