Mi amiga Hasub llevaba ya un tiempo intentándome convencer de hacerme mi primer tatuaje a lo que yo le decía siempre que no.
Tuve malas experiencias con agujas desde pequeña y no podía acercarme a una sin que me diera un ataque de pánico, lo pasaba muy mal.
-Vamos Soojin, me dijiste que este tatuaje te gustaba mucho y te puedo llevar con un amigo para que te lo hagas, él no le hace daño ni a las moscas- me insistió Hasub por vigésima vez.
-No sé Hasub, ¿y si me da un ataque allí mismo?, pasaría mucha vergüenza-.
-Seungwoo no se reiría de ti por eso, es muy comprensivo, aunque su apariencia de a entender lo contrario- hizo una pausa- todos los tatuajes que llevo me los hizo él, confía vamos-.
Hasub tiene 7 tatuajes en total que la representaban totalmente, pero el que más me gustaba de todos es el de la corona en su hombro derecho.
-Vamos Soojin, piénsatelo-.
-Bueno, creo que puedo considerarlo-.
-¡Bien!, prepárate porque ya tienes cita a las cinco y media, se lo dije con antelación sabiendo que aceptarías-.
-¿!Qué!?, ¡espera, no me he preparado mentalmente!-.
-No hace falta que te prepares mentalmente, físicamente puede- dijo agarrándome del brazo y tirando de mí hasta el coche sin dejarme otra opción.
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En 15 minutos llegamos al lugar, era una tienda no muy grande con colores negros y rojos que atraía a la vista con solo pasar por su lado, me estaba poniendo nerviosa.
-Ey, Seungyoun, ¿cómo te va la vida?- dijo Hasub entrando y dirigiéndose al chico detrás del mostrador.
-¡Madre mía Hasub, qué de tiempo!, Hangyul mira quién está aquí-.
Después del llamado del chico, de una puerta salió un chico bastante guapo con una cara de felicidad extrema cuando vió a mi amiga.
Al ver como ellos tres entablaban una conversación en donde yo no entraba, me puse a admirar los cuadros colgados en las paredes que contenían fotos de tatuajes bellísimos, en otros también había piercings.
Oí a mi amiga llamarme y enseguida me di la vuelta encontrándome con tres pares de ojos mirando directamente hacia mi dirección, me sentía intimidada.
-Chicos ella es mi amiga Soojin, le dan miedo las agujas pero quiere hacerse un tatuaje, ¿Seungwoo está libre?-.
- Sí, ahora mismo no tiene a nadie, oye, Soojin te llamabas, ¿no?- me habló el chico más alto.
-Sí, ese es mi nombre-.
-Seungwoo es un buen tipo, él te ayudará a calmar tus nervios ya que es muy amable y paciente- me guiñó un ojo y me ruboricé.
¿Tan bueno es en su trabajo ese tal Seungwoo? Llevo todo el día escuchando cosas buenas de él y espero que sean verdad.
-Bueno Soojin entremos, Seungwoo está esperándote- habló Seungyoun.
-Hasub, ¿no entras conmigo?- el pánico me empezó a recorrer todo el cuerpo.
-No, así podrás enfrentar tus miedos con las agujas, mientras estaré aquí fuera para cualquier cosa que necesites- y se giró para volver a hablar con el segundo chico llamado Hangyul.
En el poco tiempo que estuvimos recorriendo el pasillo pude fijarme en los tatuajes que decoraban el cuerpo de Seungyoun. En sus dos brazos se podían presenciar dos fechas en números grandes, detrás de uno de ellos había un paisaje con una palmera, extraño. En uno de los lados de su antebrazo habían dos caritas sonrientes las cuales se me hicieron muy curiosas, quise mirar más pero el poco tiempo que estuvimos caminando detuvo mi análisis haciéndome volver a la realidad, agujas.
-Entra aquí y suerte- el chico de lo más amable me dió dos palmaditas en la espalda y se fue.
Como no me podía echar hacia atrás entré, me quedé sin habla.
Dentro un chico, de no más de 25 años me miraba sonriente, una sonrisa que me trasmitía la más pura tranquilidad, su pelo negro cayendo en su frente casi tapando por completo sus ojos, tez blanca, alto y bellísimo. Pude observar un tatuaje en su pecho el cual estaba un poco descubierto, otro más en su antebrazo y otro más en el largo de su hombro, números romanos, me encantaba.-¿Eres Soojin?- su voz solo mejoraba las cosas, dulce y suave.
-S-sí, soy yo- no podía hablar bien, me tenía embelesada con tanta belleza junta.
-Bien, Hasub me ha hablado muchísimo de ti, creo que me sé toda tu vida ahora mismo- me sonrió otra vez y se me antojó besar sus labios.
-Siempre le pasa igual, no le hagas caso a lo que te diga-.
-Bueno, si estás aquí es porqu quieres un tatuaje, ¿no?, enséñamelo-.
-Este es-.
-¿''I'm Fine''? ¿Tiene algún significado?, me intriga-.
-Dale la vuelta al papel y entenderás el porqué-.
Al girar el papel se podía leer perfectamente ''save me'' con el mismo tipo de caligrafía.
-Vale ya entendí el significado pero no preguntaré-.
-Te lo agradezco- sentía una extraña conexión desde que entré en la sala.
-Bien, necesito que te tumbes aquí, según me dijo Hasub lo querías en la parte baja de la espalda, te ayudo a quitarte la camisa mientras te tapas.
Sus manos, sorprendentemente suaves agarraron los dos extremos de mi camisa y empezó a subirmela, sentí una especie de corriente eléctrica cuando nuestras pieles se encontraron por primera vez, y sabía que no era la única pues lo sentí tensarse tras de mí. La acción parecía que pasaba a cámara lenta, no se terminaba ni quería que sucediera.
-Vale, ya puedes tumbarte- sentí el cambio en su voz completamente, antes era suave, como el susurro de un niño, ahora era ronca, con un toque de sensualidad que hacía que mis vellos se erizaran.
Escuché como se movía alrededor de la habitación, pasó un rato y dejé de escuchar movimiento, el ambiente estaba cargado, podía sentirlo.
Repentinamente sus manos se posaron alrededor de mi cintura haciéndome girar en la camilla dejando mi parte delantera al descubierto pero extrañamente no sentía vergüenza, al contrario, me encendía más por dentro.
-Mira, no sé ahora mismo lo que estoy haciendo, pero desde que has entrado has hecho que me sienta intranquilo, tu sola presencia me excita y creo que no soy el único aquí que lo nota- me susurró al oído con esa voz que tanto me gusta.
-El tatuaje puede esperar, ahora mismo los dos sabemos lo que queremos- y me acerqué a su boca sin posar mis labios sobre los suyos, solo rozándolos. Se separó bruscamente de mí para poder deshacerse de su camisa negra, dándome una mejor vista de sus tatuajes, esos tatuajes que tanto cautivan mi mirada, solo pensar en tocarlos hacía que mi cuerpo subiera de temperatura.
Empezó a besar mi cuello, a recorrer con sus manos mi figura, sus manos tatuaban todo el placer que él sentía por mi y yo con mis manos tatuaba en su piel el que yo sentía por él, juntos hacíamos del arte más perfecto llenando en poco tiempo esa pequeña habitación de nuestros gemidos.
Y desde ese día los dos creamos una marca que no se borraría de nuestros cuerpos nunca, una tinta transparente que solo nuestros sentidos podían captar, una unión imborrable.
Y era para siempre.
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ONE SHOT [X1]
Short StoryComo ven en el título, en este apartado nos dedicaremos a hacer One shots con los miembros de X1. Espero que apoyen este apartado y os gusten estas mini historias que vamos a ir haciendo de todos los miembros. X1 FOREVER!! 💙 [❗❗] Si queréis adapt...