SEUNGWOO parte 2 (lemon)

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-Mas quisieras...

-No me dejabas de mirar en toda la actuación. Se te caía la baba –y tenía razón, me había dejado alucinada, sabía que era sexy pero no de esa manera.

-Lo que tu digas –dije saliendo de la habitación. En un abrir y cerrar de ojos Seungwoo me había agarrado del brazo y nos encontrábamos en la habitación de al lado. -¿Qué haces?

-Yo te conozco y no quiero llevarme mal contigo –dijo cerrando la puerta y echando el seguro.

-Déjate de tonterías y abre esa puerta. ¿Cómo me vas a conocer, si nunca nos hemos dirigido la palabra excepto ahora y esta mañana?

-Te recuerdo que Miyeon es prima de mi mejor amigo, Minhyun.

-¿Y qué tiene que ver eso? -dije acercándome a la puerta, pero él me lo impedía con su cuerpo.

-¿Sabes? Se llevan muy bien y es obvio que me ha contado cosas que le ha contado ella.

-¿Cómo qué? -dije ya molesta.

-Como que te cambias de ciudad. Que has tenido mala suerte con los hombres. Que ningún hombre te da lo que de verdad quieres... -en cada frase se acercaba más, hasta llegar a acorralarme contra el espejo que estaba colgado en la pared. -¿Qué es lo que quieres Soyeon? -dijo susurrándome en el oído, para después lamer la parte baja de mi oreja, ósea, el cuello.

Eso dio un tick en mis hormonas que no podía controlar. Lo agarré de la cabeza y empecé a besarlo desesperadamente. Me subió a la mesa donde se maquillaban a los artistas y me estampó contra el espejo. Seguíamos besándonos, le quité la chaqueta y él a mí la camiseta, dejándome en sujetador. De pronto escuchamos unos golpes en la puerta, eran los del guardia. ¿Tanto tiempo había pasado?

-Salid de ahí ya, vamos a cerrar, a ocurrido un problema –tan rápido como nos quitamos la poca ropa, nos la pusimos. Nos arreglamos un poco, abrimos la puerta y salíamos normales, para que no sospechara. Casi que saliendo por la puerta nos miramos, nos sonreímos y salimos corriendo a su coche para llegar a su casa y continuar allí. 

Como ya dije anteriormente, la mayoría de las personas se juntaban con él porque es guapo y rico. Nadie mentía, simplemente con ver la puerta exterior se veía que tenía dinero. Al entrar había unas cuantas de la limpieza.

-¿Y tus padres? -pregunté incomoda.

-Trabajando, no vienen hasta la noche –dijo yendo a la cocina. Abrió la puerta del frigorífico. -¿Quieres algo de beber? Hay que hidratarse –dijo guiñándome un ojo y cogiendo agua para él.

-Estoy más que hidratada, señor Han –se acercó a mi rápidamente acorralándome con la encimera.

-Me has puesto muchísimo al decirme así.

-Por favor...señor Han -sonreí maliciosamente. -Mantén las distancias, que están las trabajadoras aquí.

-Tranquila, ellas me han guardado bastantes secretos. Ven, subamos –me cogió de la mano y subimos las enormes escaleras.

Cuando nos dirigíamos al cuarto, me abrazó por la espalda mientras me daba besos en el cuello, cosa que no aguantaba.

-Para por favor, si no quieres que lo hagamos aquí en medio –dije dándome la vuelta.

-Te dije que no me importa, saben guardar secretos –me cogió de la cara y empezó a repartirme besos por la frente, ojo, nariz y así hasta llegar a los labios, esos besos adictivos que me brindaba.

No aguanté más y me subí a horcajadas, rodeándolo con las piernas fuerte para no caerme. Al ver que hice eso, colocó sus manos en mi trasero y con el codo abrió la puerta. No me di tiempo a fijarme en casi nada de su cuarto porque me tiró en la cama, del cual era bastante cómoda. 

-No te preocupes por mí, no le diré esto a nadie –dijo entre besos.

-Te creía él típico chulo que se lo iba a comentar a todo el mundo, no es la primera vez que me pasa, estoy acostumbrada -paró y me miró fijamente.

-Mira, nunca antes había hablado contigo, pero cuando pasabas por mi lado en los pasillos notaba una buena vibración tuya. Nunca me había pasado, no te dejaré ir, tiene que ser duro irte sola de nuevo a otra ciudad. Confía en mi palabra –todo eso me lo dijo mirándome a los ojos, nunca me habían mirado así. Por una vez en mi vida podría salirme algo bien. -Como ya sabes, se cosas de ti y te prometo que te haré ver las estrellas.

Dicho eso, me quitó la camiseta y yo se la quité a él. Ese cuerpo delgado pero trabajado me encantaba, su piel blanca... Hizo un recorrido de mis labios, bajando por en medio de mis pechos aún cubiertos, hasta llegar debajo del ombligo, donde se paró.

-¿Estás lista? -preguntó mirándome desde abajo con malicia.

-¿Mas que lista! -dije atrayéndolo a mi para quitarle de un tirón el pantalón y los calzoncillos, viendo esa magnifica amplitud de su miembro.

Me quité el sujetador con una mano y me puse encima de él. Lo recorrí al igual que hizo conmigo. Besé la punta y me lo metí entero en la boca, lo bueno de a verlo hecho varias veces es que se cómo le gustan. Gimió varias veces diciendo mi nombre.

-Para para, no quiero correrme antes de que lo hagas tu. Déjame ahora a mí.

Cambiamos posiciones. Metió unos de mis pezones en su boca y jugó con él, haciendo casi estremecer, pero no del todo, ya que mi punto débil era otro. Mientras estaba entretenido con mis pezones, sentí una de sus manos tocar mi clítoris, que hacía círculos en él. Me mordía el labio para aguantar el placer que me brindaba, pero de un momento a otro paró y chupó rápidamente mi clítoris con la punta de su lengua. Casi me moría de placer, gemía por todo lo alto, no podía aguantar, era un dios, un dios griego en todos los sentidos, lo hacía todo perfecto. No podía aguantar más.

-Seungwoo, por...por favor métemela ya -pedía agitada.

Me hizo caso. Sentí como me metía todo eso, que daba hasta miedo. Pero ¿y lo que lo disfruté? 

ONE SHOT [X1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora