SEUNGYOUN

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Iríamos a casa de Lía para hacer el proyecto de biología. Después de seis horas de arduo trabajo, terminamos.

-Yuri ¿segura que no quieres quedarte a cenar? -insistió una vez más la madre de Lía.

-En serio muchas gracias, pero ya es algo tarde y no he avisado que me quedaría tanto tiempo.

-Esta bien, pero para la próxima te quedas a cenar -me dijo abrazándome.

-Muy bien -le contesté. -Nos vemos el lunes -le dije a Lía antes de salir.

Subí a mi coche para conducir a casa. En cuestión de minutos ya estaba aparcando. Cogí mi mochila y bajé. Apenas buscaba las llaves de la casa cuando la puerta se abrió.

-¡Hola! -le dije sonriendo.

-Hola bonita - contestó Seungyoun galán haciéndome reír. Caminé hacia él y lo abracé. -Ven -me dijo aceleradamente tomando mi mano para que entrara a la casa, cerró la puerta y luego comenzó a correr escaleras arriba.

-¿Cuál es la prisa Seungyoun? -le pregunté extrañada. Dejó de correr cuando llegamos a la puerta de mi habitación.

-Ponte aún mas guapa, te invitaré a cenar -besó mis labios y luego me hizo entrar a mi habitación. -Tómate tu tiempo, no hay prisa -me avisó, sonrió y se fue.

Aún sumamente extrañada por su comportamiento, decidí obedecerlo ya que nunca lo comprendería. Reí tontamente en mi interior.

Abrí la ducha para que las gotas de agua se fueran calentando. En unos segundos ya se estaba empañando el espejo, retiré tomas mis prendas para poder entrar. Seungyoun había dicho que no tenía prisa, así que me tomaría mi tiempo, no tanto como para hacerlo esperar pero no correría.

Después de unos minutos, me envolví en una toalla para poder salir a buscar lo que me pondría. Al rato de vaciar mi armario, encontré el conjunto que me pondría. No muy convencida me vestí, ya que no conocía la formalidad del lugar al que iríamos. Dejé mi cabello suelto como de costumbre, solo que esta vez me hice unas ondas. Me maquillé y cogí mi bolso para salir de la habitación.

Me encontré con Seungyoun que caminaba rápidamente de un lado a otro con algo de desesperación. Como siempre se veía perfecto, solo que esta vez vestía más formal.

-¿Por qué los nervios Cho? -le pregunté desde el umbral de la puerta.

Esta se giró para verme y me regaló una hermosa sonrisa mientras caminaba hacia mí.

-Estas guapísima -acarició mi mejilla. -Anda vamos -besó mis labios y comenzó a bajar las escaleras sin soltar mi mano.

-¿Y a donde iremos? -le pregunté entrelazando nuestros dedos.

-No te lo diré... -cantó como un niño pequeño. -Es sorpresa -subía y bajaba las cejas.

-¡Seungyoun! -alargue riendo.

-No te lo voy a decir...

Llegamos al último escalón. Estaba por caminar hacia la puerta, pero Seungyoun no se movió.

-Ven -me dijo caminando hacia el salón.

-Tal vez olvido algo -pensé. Pasamos por el comedor dirigiéndonos al jardín.

-¿Seungyoun? -le pregunté bastante extrañada cuando abrió la puerta del jardín. Sin responderme, siguió su paso. -Seungyoun a que veni... -no pude terminar la oración, ya que quedé en shock completamente con lo que veía.

El jardín estaba decorado con una serie de antorchas, que iluminaban de manera increíble la pequeña y cuadrada mesa que estaba en el centro. La cubría un mantel color crema, sobre esta había un jarrón con flores y unas cuantas velas blancas decoraban la mesa, además de los cubiertos y copas.

Seguía completamente anonadada sobre lo que miraban mis ojos. Me giré sorprendida a mirar a Seungyoun, quien me miraba expectante.

-¿Tu hiciste todo esto? -sonrió mostrándome su deslumbrante dentadura. -¡Es... hermoso! -le dije abrazándolo.

-¿Te gusta? -me preguntó dándome un beso en la mejilla.

-No me gusta... -tragué saliva. -Me encanta -le respondí tomando su rostro entre mis manos para guiarlo hacia mis labios.

Pasamos horas hablando sobre nosotros, sobre las cosas que nos gustaban, sobre las que no. Era increíble estar con él, parecía que el tiempo no avanzaba. No cambiaría su compañía por nada del mundo.

Estaba tratando de controlar mi risa, después de las tonterías que hacía y decía. Se puse de pie y me tendió su mano. La tomé e igualmente me puse de pie. Pasó su mano libre por mi cintura mientras que yo pasaba la mía por su hombro hasta llegar a la nuca. Me pegó a su cuerpo mientras empezaba a moverme con una música inexistente. Lo seguí ocultando mi rostro en su cuello, aspirando ese exquisito y característico aroma.

-Yuri... -me separé de su cuello para verlo de frente.

-¿Si? -le pregunté.

-Yuri -volvió a decir con un suspiro. -Quiero que seas mi novia -cogió mi mano que se encontraba en su nuca para entrelazar nuestros dedos, mientras me miraba fijamente. Abrí mi boca sorprendida, su manera de pedirlo era totalmente diferente, radical, única. Totalmente Cho Seungyoun.

-Y yo quiero que seas mi novio -le contesté con una sonrisa que apenas cabía en mi cara.

-¿Entonces? ¿Novio y novia? -pasó sus manos por mi cintura dejándolas reposar sobre mi espalda.

-Me encanta esa idea -susurré sobre sus labios, los cuales unos segundos después capturaron los míos y así fundirnos en un lento beso.

Me estremecí debido a la fuerte corriente de aire que nos arroyó. Seungyoun inmediatamente se separó de mí para quitarse la chaqueta y pasarla por mis hombros.

-¿Vamos dentro? -me preguntó acomodando un mechón de mi cabello que el viento se había encargado de desacomodar. Asentí con la cabeza.

Seungyoun se encargó de apagar las antorchas. Esperé a que llegara a mi lado y lo abracé por la cintura, así que él paso su brazo por mis hombros. Caminamos hacia su habitación.

-Ya vengo -me dijo sacando su brazo de mis hombros cuando llegamos a la puerta, pero antes de que pudiera dar un solo paso, lo cogí del brazo tirándolo hacia mí.

Recorrió lentamente mi cintura con sus manos, seguía caminando hacia mí, hasta que la puerta me evitó seguir. Sonrió pícaramente sobre mis labios, y sin darle tiempo a decir alguna palabra, capturé sus labios entre los míos. Rodee su cuello con mis brazos para afianzarme mejor y evitar que se me escapara. Conforme avanzaba el tiempo, la intensidad del beso aumentaba. Su lengua con suma libertad recorría mi cavidad. Las mortales caricias que brindaba en mi cintura y espalda me hacían estremecer por dentro.

Saqué una de mis manos de su cuello para buscar la perilla de la puerta. Cuando logré abrirla, Seungyoun sin separarse de mis labios bajo un poco para después cogerme por las piernas y cargarme acomodándome en su cadera, me sujeté de sus hombros mientras me reía.

-No te dejaría caer -me dijo sonriente mientras caminaba conmigo entre sus brazos.

-Lo sé -le contesté segura regresando a sus labios.

De un momento a otro estaba recostada en el colchón y Seungyoun estaba sobre mí sosteniendo su peso sobre sus codos, para evitar dejarlo sobre mí.

-No me quiebro -le dije riendo mientras ágilmente cambiaba de posición con él, dejándolo acostado, mientras yo me sentaba en su cadera.

Me incliné para acercarme a sus labios y delinear el marco de estos con la punta de mi lengua, mientras comenzaba a jugar con los botones de su camisa. Saqué botón por botón, me separé de sus labios y lo cogí del cuello de la camisa para acercarlo a mí. Se enderezó de la cama para permitirme sacar ese pedazo de tela y así dejar al descubierto su bien marcado y tibio torso. Con las yemas de los dedos, delineé su definido abdomen. Tomó una de mis manos delicadamente y dio un beso en ellas.

-Me encantas -dijo mirándome fijamente a los ojos. Sonrojada le sonreí. Introdujo sus manos por debajo de la camiseta y las posicionó sobre mis hombros para luego deslizarlas por los brazos y así al mismo tiempo deshacerse de ella. 

ONE SHOT [X1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora