Las aventuras de la tercera generación no se limita solo para los más grandes, ahora los más pequeños ya no lo son tanto y empezaran a ver un mundo lleno de posibilidades a los que tendrán que enfrentarse, mientras los mayores deberán emprender nuev...
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Molly tiembla sin parar mientras permanece en la sala de espera y eso que no está sola, la acompañan Nique y Orión. Nique se ve emocionada porque además de ir por ella van al siguiente eco de su bebé y después de tres meses de espera ha decidido pedirle a la doctora que le diga el sexo para elegir nombres.
¿Qué sucedía con ella? Lo único que venía a su cabeza cuando pensaba en que estaba embarazada era miedo a todo el proceso, miedo al parto, a las responsabilidades que tendría al ser la encargada de una persona que por lo menos dieciocho años dependería en su totalidad de ella. Nique y Dylan se veían emocionados por esa nueva responsabilidad, ansiosos a que su bebé viera la luz, Clary luego de la sorpresa inicial también había esperado con alegría la llegada de Luca; claro que sin duda tenían miedos, pero eran aplastados por ese amor de madre que se supone que nace de inmediato, sin embargo, lo único que podía sentir era miedo, mucho miedo.
—Molly Weasley —la pelirroja se levanta de inmediato al escuchar su nombre. —Siga por favor, la doctora Morgan la atenderá en un minuto.
—Tranquila, estoy contigo —Orión besa su mano antes de apretarla contra la suya para caminar hacia el consultorio seguidos de Nique y Dylan.
Cuando llegan al consultorio ver el mural de familias felices que cuelga de un lado provoca que quiera salir corriendo y lo hiciera si no fuera porque en ese instante ingresa la doctora. La mujer le recuerda a una de sus tías, tan segura en su andar, tan profesional y aun así la amabilidad en sus ojos le hacen confiar con ella.
—Buenas tardes con todos, Dominique, estás radiante. —Su prima solo acierta a dedicarle una sonrisa avergonzada y agradecerle por el cumplido. —Pero veo que no eres tú la paciente, sino tu prima, ¿cierto?
—Sí —logra responder la pelirroja que se siente cohibida. —Estoy embarazada, solo que no estoy segura de cuantos meses.
Luego de eso vienen preguntas sobre su periodo, si ha tenido malestares y el abrirle una ficha para futuras visitas.
—Me hice la prueba y salió positiva, por eso estoy segura —responde cuando la doctora le indica que pase a una camilla detrás de un biombo para darle un poco de privacidad. Sin duda hubiera más sencillo ir a San Mungo, pero Victoire era la encargada del área de obstetricia y la mataría en cuanto se enterará, además tendría que fingir una felicidad que no estaba sintiendo.
—Por lo que me dijiste puedes tener tres meses de embarazo, pero para prevenir posibles cosas será mejor un eco intrauterino, ¿quieres que tu novio también lo vea? —dado que él está más emocionado de ella no duda en asentir.
La cosa va relativamente bien, a pesar de sentirse incomoda al momento de que la doctora introduce la camarita en su interior y así pasa junto a su novio mirando a una pantalla blanco y negro todo hasta que aparece una pequeña masa en la pantalla, no debe tener más de cinco centímetros, pero está ahí, dentro de ella, dependiendo de su mamá para que lo proteja hasta que llegue el momento de su nacimiento.
