Las aventuras de la tercera generación no se limita solo para los más grandes, ahora los más pequeños ya no lo son tanto y empezaran a ver un mundo lleno de posibilidades a los que tendrán que enfrentarse, mientras los mayores deberán emprender nuev...
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Victoire corre de un lado a otro tratando de evacuar a todas las personas del hospital hasta que se encuentra con su hermana acompañada de Livvie y sus pequeñas sobrinas. Casi puede llorar del alivio de verlas a salvo, pero le dura poco al ver su cara de preocupación.
—¿Qué sucede?
—Tessa fue al quinto piso para buscar a Molly.
—¡¿Qué?!
—Molly estaba en el laboratorio y no sabemos si está bien o no.
Victoire de inmediato sale corriendo hacia las escaleras encontrándose en el camino con Teddy.
—No puedes subir Vic.
—Quítate Lupin, debo hacerlo —el joven tiene que levantarla mientras ella se retuerce tratando de zafarse. —¡Suéltame, suéltame, Molly está arriba!
Ted de inmediato la coloca en el suelo, pero mantiene agarrada su mano para que no escape.
—Cálmate, no puedo dejarte ir sola.
—No lo entiendes, si algo le pasa...
—Lo entiendo, pero sería estúpido ir sin refuerzos.
Sin hacerle esperar demasiado aparecen dos aurores y dispuesta a no esperar sube a toda velocidad las escaleras.
Mientras sube por las escaleras va rezando a todas las entidades que conoce que su prima esté bien, que Tessa la haya encontrado y estén a salvo.
—¿Saben quién fue?
—Hemos atrapado a unos cuantos y están llevándolos a interrogar, pero el que orquestó todo es Jazmín. Le envió una carta a Clary y no es la primera.
Cuando llegan al quinto piso observa a un pelotón de aurores llevando a unos de los atacantes.
—Están asegurándose que no haya ningún daño a los laboratorios y evaluando los daños.
—No tengo tiempo para esto, necesito entrar —la joven rubia se abre paso entre los pasillos, directamente hacia el laboratorio donde no encuentra a nadie, pero conoce a Molly, si se vio atrapada de seguro intentó huir y tal vez recordó la escalera de emergencia.
—Vic...
—Quitate Ted —la joven puede parecer una loca, pero debe asegurarse de encontrar a Molly y lo hace, tras una extensa nube de humo y acurrucada en posición fetal. —¡Molly!
La rubia se pone de rodillas para tocar a su prima que está muy fría y con manchada de sangre.
—¡Ayuda!
Mientras escucha como se acercan por el pasillo encuentra la herida abierta y aunque trata de cerrarla no puede hacerlo con magia, parece ser producto de una maldición. Sin esperar se corta parte de su bata para tratar de parar la hemorragia. Cuando llegan los aurores rápidamente Ted toma en brazos a la pelirroja dispuesto a llevarla hacia emergencia lo más rápido posible, pero la pelirroja empieza a balbucear.