Las aventuras de la tercera generación no se limita solo para los más grandes, ahora los más pequeños ya no lo son tanto y empezaran a ver un mundo lleno de posibilidades a los que tendrán que enfrentarse, mientras los mayores deberán emprender nuev...
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—¡PAPÁ! Rose despierta totalmente alterada, mientras los recuerdos de los últimos días vienen a su mente como una ráfaga violenta que solo quiere atormentarla. De inmediato sus ojos que está segura que ya no pueden estar más hinchados por las lágrimas, que pensó que ya se le habían agotado horas antes cuando le pusieron el sedante, empiezan a caer por sus mejillas.
¿Acaso no volvería a dormir con tranquilidad? Despierta o dormida todo lo sucedido la atormentaban, ¿cuánto más aguantaría hasta volverse loca? Y estaba segura que ni perdiendo la cordura iba a tener paz, nunca volvería a tenerla.
Mientras abraza sus piernas con fuerzas las lágrimas caen más y más empapando la sábana, ¿alguna vez dejaría de llorar?
Dicen que el llanto ayuda, permite deshacerse de emociones reprimidas, eliminar el dolor y permite que llegue la cura, pero parecía que en su caso era todo lo contrario, no se sentía mejor al llorar, el nudo de su pecho solo parecía cerrarse más y más asfixiándola.
—Por Merlín, Rose —sus ojos se ven un tanto cegados por la luz que llega por el pasillo, pero su corazón encuentra un poco de alivio cuando los brazos de la persona que nunca volvería a ver la rodea dándole un poco de calor. —No pensé que despertarías hasta mañana.
—¿Has estado aquí todo el tiempo?
—Por supuesto que sí —el castaño limpia sus lágrimas con sumo cuidado y cariño que solo provocan que más lágrimas caigan por sus mejillas, no sabe si por dolor, por sentirse indigna de ese cariño o por felicidad de no estar sola.
Por Merlín, ¿cómo iba a seguir con su vida? Estaba muy agobiada y destrozada, ¿cómo iba a volver siquiera a tener alguna emoción positiva? Acababa de perder al hombre que la quiso incondicionalmente desde antes de que naciera, el que siempre tuvo una sonrisa, una caricia para demostrarle que era la niña de sus ojos, ¿cómo iba a poder volver a ver a la cara a su madre o hermanos? Su madre y hermano habían estado en ese oscuro lugar, nunca iba a borrar de su mente el grito de dolor que lanzo su madre que desesperada corrió hacia el cuerpo de su padre, el cómo Max se quedó tan quieto y pálido que parecía un fantasma.
Su llanto se ha vuelto más fuerte que ahora prácticamente está gritando de dolor, pero este parece aumentar más y más, ¿era posible que muriera por esa causa? Había casos en los que el dolor de una persona podía ser tan fuerte que era capaz de romperse un ligamento en el corazón que produciría su muerte casi de inmediato y tal vez eso sería lo mejor, después de todo ya se está muriendo.
—La maldición —logra decir al controlar su llanto y aclarar su mente un poco cuando los recuerdos de su conversación con Marcus regresan. Ella estaba unida a la vida gracias a Lyssander, pero no por mucho, el tapiz estaba destruyéndose y ella ya no había seguido arreglándolo. ¿Cómo estaba teniendo tanta energía para llorar si cuando todo sucedió prácticamente no podía ni moverse?