Las aventuras de la tercera generación no se limita solo para los más grandes, ahora los más pequeños ya no lo son tanto y empezaran a ver un mundo lleno de posibilidades a los que tendrán que enfrentarse, mientras los mayores deberán emprender nuev...
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La familia Meliflua Ross acuerda con la familia Jacobs Crouch unir en matrimonio a su primer heredero con la primera heredera con el fin de realizar un enlace beneficioso para ambas familias puesto que permitirá la permanencia de la pureza de la sangre de sus descendientes, así como elevar y mantener el prestigio y nivel social en la elite de la sociedad mágica.
—Son nombres de familias desaparecidas —dice sin poder creerlo Clary al leer por tercera vez el contrato con el que Jazmín se estaba aferrando para poder retener a su lado a Peter. Claro que después de cuatro generaciones en las que todos habían tenido hijas como primogénitas y pasando a ser squibs los apellidos Meliflua Ross habían quedado en el pasado. —¿Cómo es que la corte de magia siguió adelante con un caso sin sentido?
—Más que todo se activó el contrato cuando en la generación de Peter hubo rastros de magia, en su hermano, pero fue suficiente para alertar a los duendes —le responde Nique antes de sonreírle de tal forma que sabe que algo tiene bajo la manga. —Pero tú tranquila, ella no tendrá a tu hombre, yo lo protegeré.
—Primero, eso suena muy neandertal y segundo, no es mi hombre —sin duda con el comentario la castaña está roja de la vergüenza.
—Aun —es lo único que dice antes de entrar en el banco donde ya los esperan Peter y un poco más lejos Jazmín junto a su abogado.
—¿De verdad necesitamos hacer esto? —dice con un tono de aburrimiento el abogado de la casi pelirroja. —No hay nada que no puedan hacer.
—Quiero plantear una situación a los duendes, es algo que no me queda claro, una vez aclarado su clienta puede ir directo al registro civil si es su deseo.
—Muy bien, entre más rápido sea la señora Hamilton, mejor —responde Jazmín con una satisfacción en la cara que a Clary le provoca un deseo desmesurado de arrastrarla. Tal vez sí quería portarse como una neandertal.
Todos los involucrados son dirigidos a una oficina donde los espera un duende que como todos tiene un aspecto poco amable.
—Esto será rápido, ¿qué desean comprobar?
—La validez de este contrato en el caso de mi cliente —Nique sin duda se ve elegante y tan segura de sí misma mientras explica la situación de la familia de Peter y como el contrato fue firmado cuando la familia seguía teniendo lazos con los veintiocho sagrados. —Sé que esto ya lo discutió con su anterior abogado, pero hay una ley muy peculiar firmada hace más de doscientos años, para ser exactos, vigente en la época en la que el contrato fue firmado.
—¿Qué? —expresa con sorpresa Jazmín.
—Así es, en esa época se expidió una regla en la que si una persona perteneciente a una familia sangre pura se casaba con un mestizo o sangre sucia, como les decían en ese tiempo, perdía todo tipo de lazo con la familia.
—Sí, pero no aplicaba a squibs.
—No, pero hay algo más, en el caso de los squibs a estos se les quitaba el apellido y eran enviados a su suerte con los muggles.
